El programa de Escuelas de Tiempo Completo comenzó a operar en 2011, durante el sexenio del presidente Felipe Calderón Hinojosa. Su objetivo era promover mejor aprovechamiento del tiempo disponible y generar un mayor desempeño académico, así como desarrollar actividades relacionadas con el conocimiento del civismo, humanidades, ciencia y tecnología, artes y en la formación de educación física. Las escuelas en la modalidad de tiempo completo estaban al servicio de los estudiantes en un promedio de 6 a 8 horas al día, a diferencia de las escuelas de educación básica regulares donde los alumnos permanecen un promedio de 4 horas y media.
En las Escuelas de Tiempo Completo los estudiantes también tenían la oportunidad de prevenir o revertir la desnutrición y malnutrición, porque dentro de ellas recibían alimentos, así como recuperar aprendizajes académicos y atender su salud emocional.
Formaban parte del programa La Escuela es Nuestra, y pese a la existencia de un amparo emitido en septiembre de 2021, que ordenaba garantizar los recursos para ese fin, la decisión de su eliminación ya fue dada a conocer de manera oficial por la Secretaría de Educación Pública (SEP), a través del Diario Oficial de la Federación (DOF), en el que dispuso las nuevas reglas de operación de La Escuela es Nuestra (LEEN), para este 2022.
Con esta decisión, la SEP y el Gobierno federal afectaron a los padres de familia, ya que en su mayoría enviaban a sus hijos a las Escuelas de Tiempo Completo debido a que no podían estar con ellos por su necesidad de ir a trabajar. Ahora, esos padres de familia tendrán que buscar otras opciones, desde inscribir a sus hijos a escuelas privadas con ese servicio, o bien, extender su red de apoyo para que algún familiar se haga cargo del cuidado de los alumnos de educación básica.
Los maestros y personal administrativo que laboraba para las Escuelas de Tiempo Completo también se verán afectados porque dejarán de percibir los ingresos que recibían por trabajar horas extras.
Como siempre Delfina Gómez, secretaria de Educación Pública, justificó, con la necesidad de otros planteles, la desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo; en una conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador, la funcionaria recordó que las Escuelas de Tiempo Completo se solventaban, en la presente administración, con los recursos del programa La Escuela es Nuestra, pero de momento hay muchas con necesidades básicas como agua y sanitarios que se deben atender.
Sin pensar que, en las Escuela de Tiempo Completo, los niños y adolescentes además de recibir formación académica, también eran alimentados. El programa beneficiaba a 3.6 millones de niños y
Además de afectar a millones de estudiantes, también es una afrenta directa a los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes (NNA), un desapego absoluto a su interés superior e implica una regresión gravísima e inconstitucional en el ejercicio de sus derechos.
El programa Escuelas de Tiempo Completo (PETC) era una estrategia educativa encaminada a generar ambientes educativos propicios para mejorar las condiciones de aprendizaje y el desarrollo de competencias de los alumnos de las escuelas de educación pública de nivel básico.
Ahora sólo nos quedamos con los comentarios de la secretaria de educación, con su gran idea errónea, de que la desaparición del programa es para resolver carencias en las instalaciones del resto de las escuelas de educación pública en el país.
Por tal motivo, exigimos al presidente que reconsidere el cierre de las Escuelas de Tiempo Completo, toda vez que los estudiantes que asistían a los 25 mil 134 planteles que alcanzó el programa, los afecta a ellos, a sus padres y a los maestros; es decir, a todos los involucrados en la comunidad estudiantil.
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