La ignorancia y desatención de todos los niveles de gobierno ante la tragedia de miles de tabasqueños es verdaderamente inhumana. La primera inundación que se suscitó fue el 1º de octubre y afectó la zona de Centla que es pantanosa, a la cual decidió el presidente de la República inundar sin implementar un plan de contingencia por ejemplo, evacuar la zona; las únicas acciones puestas en marcha por el gobierno después de varios días de  inundación fueron algunas labores de rescate. Hasta el 7 de octubre se  dio la declaratoria de emergencia, con los pocos recursos del Fonden 2020 que empezaron a liberar entregaron unas cuantas colchonetas, botellas de agua y algunas despensas.

 El Gobierno estatal sólo destinó 3.5 millones del Fondo de Contingencias de Tabasco, recursos insuficientes que se ocuparon en costales, arena, albergues temporales que no solucionaron el problema de todos los afectados; también es sabido que el Gobierno federal envió a sus siervos de la nación a realizar censos para el programa de Bienestar, con la promesa de otorgar un bono por diez mil pesos,  pero dicho por los propios afectados, no censaron a todos, situación que originó bloqueos y manifestaciones en varias colonias en su desesperación por ser beneficiados de dicho programa, y solo obtuvieron como respuesta la represión con golpes como lección para todo aquel que quisiera manifestarse.

Los testimonios de los afectados son verdaderamente estremecedores: "no podemos salir de nuestras casas para ir a trabajar por lo tanto, no tenemos ni para comer”; "estamos olvidados, tenemos a mi abuelita bien enferma y necesitamos medicamentos”; "el gobierno no se digna ni siquiera a  enviarnos un vaso de agua. Como ellos están cómodamente, tienen olvidado al pueblo”; "pedimos que nos apoyen con alimento, no tenemos qué comer ni ropa ya que perdimos todo”; "no tenemos el apoyo del gobierno las miles de familias provenientes de Armenia, Gaviota norte y sur, perdimos todo; apenas nos reponíamos de una inundación y llegó la segunda…se nos negó el albergue”.

Ante esta situación y al escuchar estas voces que claman ayuda desperados, "estamos olvidados por todos&rdquo, la organización más grande y mejor estructurada que existe en el país, Movimiento Antorchista Nacional, ha emprendido en los 32 estados de la República, un programa nacional de recolección a través de centros de acopio de víveres, ropa, cobijas, medicamentos, etc., haciendo la invitación a la población en general a participar en esta gran hazaña del pueblo organizado para extender nuestro brazo solidario y ayudar a nuestros hermanos afectados de Tabasco.

Los resultados de dicho programa han sido exitosos, se han hecho llegar poco más de cien toneladas de ayuda, incluso en los lugares que quedaron incomunicados  como el Ejido de Tlacotalpa por la caída de su puente, a través del apoyo de los helicópteros de la Marina nacional. El acopio por ejemplo en el municipio de Ixtapaluca, en 18 puntos que se colocaron, han tenido una muy buena respuesta de la población en general; los ciudadanos integrantes del nuevo Chimalhuacán han colocado también varios puntos y la colecta la harán durante tres meses para llevar víveres, medicamento y ropa. Hasta hoy, han enviado 30 toneladas aproximadamente a Tabasco; los dirigentes de Antorcha  manifiestan su agradecimiento y reconocimiento a la solidaridad de la población en general que ha otorgado su ayuda.   

Los antorchistas están dando una lección de humanismo al socorrer a los damnificados de Tabasco, una lección al país entero, al pueblo mexicano, demostrando que la unidad y organización del pueblo es superior y como dijo el dirigente del Movimiento Antorchista en Tabasco, Pedro Ramos Mondragón, "sentimos el sufrimiento de nuestros compañeros… queremos que el pueblo deje de sufrir. Busquemos juntos la solución, sólo el pueblo ha ayudado al pueblo; la organización y solidaridad del pueblo va a sacar del atraso y mal gobierno a nuestro país”.

¡Palabras sabias ingeniero, toda nuestra solidaridad y fraternidad! No dude que todos los antorchistas del país continuaremos con nuestra labor humanitaria.