Todos hemos notado que nuestra economía que ve afectada por el aumento de precios de los bienes y servicios de forma desmedida. Mes con mes, el incremento de precios va en aumento; sobre todo, el de los alimentos, y cada día para las familias mexicanas es más difícil adquirir la canasta básica porque la inflación no da tregua y no hay medidas inteligentes ni oportunas, por parte del gobierno en turno, para frenarla.
Si comparamos los precios registrados a finales de 2021, vemos que en 2022 están muy por encima. El precio de la canasta básica no deja de incrementar y la inflación general aumentó en la primera quincena de julio a 8.16.
Las familias mexicanas son las que más han resentido estos cambios tan bruscos de precios, pues no es lo mismo ver las cosas desde un palacio que desde una choza, y han tenido que implementar medidas urgentes para sobrellevar esta situación, por demás desesperante, como apretarse todavía más el cinturón y disminuir la compra de productos necesarios para la alimentación familiar o simplemente privarse de ellos, e incluso muchas familias se han visto forzadas en emplear a los miembros más jóvenes de la casa, quienes tienen que dejar forzosamente sus estudios e incorporarse al mundo de la explotación laboral.
Y como siempre, el gobierno de la 4T, representado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, bien gracias, solo sabe afirmar y parece que se cree que las cosas marchan requetebién. López Obrador solo se dio a la tarea de implementar un dizque Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), que consiste en un acuerdo con las empresas más importantes y poderosas como Walmart, Ley, Grupo Bimbo, Chedraui, Comercial Mexicana, para que no incrementaran los costos de sus productos, pero esto ha sido un fracaso, pues los precios continúan elevándose y golpeando, como siempre, a los más pobres que no tienen de donde echar mano más que de sus escasos recursos que adquieren al emplearse en trabajos mal pagados; a esos 38 millones 670 mil 234 de mexicanos que solo reciben entre uno y dos salarios mínimos. En estos hogares tienen que destinar cerca del 50 por ciento de sus ganancias a la compra de alimentos.
Este plan antiinflacionario solo sirvió para que el presidente se hiciera propaganda como un gobernante al que le interesa el bienestar de su gente, pero los hechos demuestran lo contrario.
Los malos resultados de las políticas cuatroteístas saltan a la vista y afectan los bolsillos, ya de por sí gastados, de las familias mexicanas. Tan solo entre el 1 de diciembre de 2018 y el 15 de julio de 2022 elevaron sus precios en 32 por ciento los más de 100 productos que el INEGI incluye en sus mediciones de la inflación.
Tropiezo tras tropiezo, eso ha sido el ingrediente del gobierno de López Obrador, que no está haciendo realmente nada para salvar a los mexicanos de la escalada de precios que traerá consigo desnutrición. Estamos viviendo momentos muy difíciles en el país que esta golpeando la economía y volviendo más triste la vida de los trabajadores, que ya no ven la salida a este negro túnel en el que nos ha inmerso la mal llamada 4T, y ante esto el presidente se placea por el país con una sonrisa cínica en el rostro o ve, desde su palacio, al pueblo pobre que a diario le grita que la cosas están mal y que nuestro país va de mal en peor, pero él solo se dedica a negar lo datos y a presentar otros que le sientan mejor exhibiéndolo como un mentiroso que oculta la realidad.
La verdadera tarea que se ha puesto este gobierno de la 4T y López Obrador es seguir en campaña electoral para perpetuarse en el poder, el cual no quiere soltar porque los llena de privilegios a costa de continuar empobreciendo a los mexicanos.
Es urgente que todos los habitantes de este gran país abran los ojos, se organicen y luchen por sacar del hoyo en el que se encuentra México, urge un cambio de modelo económico, por uno más justo que nos proporcione bienestar y seguridad, un sistema de realmente vele por los más pobres, no como el de López Obrador que solo se inclina hacia los ricos.
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