En esta última semana ocurrió un suceso escalofriante en el estado de Guerrero, en el municipio de Chilapa de Álvarez; dejaron 6 cabezas humanas sobre un auto y adentro del mismo se encontraban los cuerpos en unas bolsas negras.
La sangrienta escena se registró en una de las calles principales de la comuna, donde también fue localizada una lona en la que se explicaban los motivos de lo sucedido y advirtiendo que puede pasar lo mismo si no entienden.
Ante esto, el Gobierno estatal no ha hecho nada, a pesar de que este suceso es un gran golpe para demostrar que en Guerrero no hay gobernabilidad, que este tipo de cosas pasan y no hay consecuencias. Es necesario que tanto el Gobierno estatal como el federal tomen cartas en el asunto porque no es posible que los ciudadanos tengan miedo de salir a las calles por este tipo de actos, que ya no se sientan seguros donde viven.
Por este y otros actos que suceden día a día, urge un plan de seguridad para el estado, pero que sirva para detener la violencia, y que no pase lo que pasó hace unos meses en el municipio de Quechultenango, donde el ejército intentó ingresar y sus elementos fueron retenidos por la población para retrocederlos.
El pueblo de Guerrero quiere que regresen los tiempos tranquilos cuando no tenía miedo de salir y no volver a casa porque lo secuestraron, porque estaban en el lugar y la hora equivocada o porque por una bala perdida ya no puedo regresar con su familia. Para que la violencia se detenga es necesario encontrar y eliminar el motivo que lo provoca y esa es una de las tareas fundamentales que tiene el gobierno que está a cargo del estado y del país.
Si el gobierno no hace algo para evitar que dejen cuerpos humanos por donde quiera, la quema de negocios, la extorsión en el transporte público entre otras actividades delictivas, el panorama para Guerrero no se ve muy alentador, y así como van las cosas habrá más muertos en el estado que en el enfrentamiento que hay en Rusia con Ucrania.
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