"El tirano no es un producto de la generación espontánea: es el producto de la generación de los pueblos. Pueblo degradado, pueblo tiranizado. El mal, pues, está ahí, en la masa de los sufridos y los resignados, en el montón amorfo de los que están conformes con su suerte”.
-Ricardo Flores Magón
Todo el mundo ya habla de ellas, inicia el proceso electoral para renovar la Cámara de Diputados y diversos cargos en los 32 estados del país. Por ello, los diferentes partidos políticos ya empezaron la carrera y se encuentran en campaña o precampaña política. Es el 6 de junio de 2021 cuando se definirá al personal electo para gubernaturas, congresos locales, ayuntamientos, juntas municipales y alcaldías. Las piezas del juego ya se están moviendo. En Puebla, las precampañas inician del 8 de enero al 7 de febrero y terminarán el 16 de febrero. En este periodo de precampaña solo el PAN, PRI y PRD han formalizado alianzas en los 15 distritos electorales federales y solo tres diputadas informaron que entregaron ante el Instituto Nacional Electoral (INE) su carta de intención para reelegirse. Algunos buscarán la presidencia municipal de Puebla y otros prefieren esperar a que su partido firme un convenio de coalición.
En Puebla se disputarán 26 diputaciones locales, 15 federales, 217 presidencias municipales y el mismo número de sindicaturas, así como más de 2 mil regidurías. Aquí, aunque la dirigencia de Morena aún no cuenta con el listado final de todos los perfiles que buscan acceder a una candidatura, algunas personas que buscan contender bajo la bandera guinda por una curul en la nueva legislatura ya han manifestado su intención de acceder a la diputación mediante sus redes sociales y algunos más de manera oficial mediante la vía de la reelección.
Nuestra política mexicana parece ser secuestrada por prófugos y chapulines, más fieles a sus intereses particulares que por realmente ayudar a la ciudadanía. Poco les importa haberse servido de la militancia y los valores de un partido político en pasadas justas electorales. Las instituciones políticas que tenemos en nuestro país son empleadas como un simple método de traspaso que les fue útil para desempeñar un cargo público del más alto nivel, o acceder a las vastas arcas del erario para hacerse de nuevas propiedades, cuentas bancarias o beneficios particulares. Los cambios o traiciones partidistas son hoy una realidad constante que afrontamos los votantes mexicanos, en vísperas de tachar la boleta electoral para el primer domingo de junio.
A raíz de las próximas elecciones intermedias que se avecinan, hay personas que van de partido en partido en busca del hueso, buscando siempre sus propios beneficios, hay algunos ya con bastante trayectoria, mentirosos y cínicos, que han recorrido todos los partidos, los famosos ‘chapulines&rsquo, ahora se incrustan en Morena antes en el PRI, mañana en el PAN y así se la viven, chupando al pueblo como parásitos. Algunos, sin siquiera una carrera política ni trayectoria en el ámbito se apuntan: actores, deportistas, comediantes, actrices; gente de todos los colores sin ideología ni principios que cambian de siglas como de ropa.
Innumerables son las ocasiones en las que servidores públicos dejan su cargo y responsabilidad por ir en búsqueda de otro hueso, reelecciones a diestra y siniestra. Si les importa nada el programa ideológico que conlleva representar a un partido y justificar su salida de éste, mucho menos les importa el bienestar de la clase trabajadora. No se trata de satanizar a los que piensan dimitir para buscar otros puestos, especialmente cuando es un asunto que no está prohibido por la ley. Pero razones sobran para cuestionar y censurar, empezando por el abandono de sus cargos. Por ejemplo, un presidente municipal que deje el puesto cuando todavía le falta cumplir parte de su mandato tiene consecuencias delicadas: Los programas sociales, las gestiones, las obras y los planes que prometieron en campaña a sus electores; el proyecto de gobierno que procuraron cumplir fue por tres años. Al renunciar o pedir licencia no sólo dejan sin terminar parte de los trabajos para los que todavía deben y tienen tiempo para concluir, sino también se irán sin entregar cuentas sobre su ejercicio de gobierno.
Otra razón, que hace aún menos conveniente que los actuales gobernantes renuncien de forma anticipada, es que al frente de los puestos quedarán personas que no fueron elegidas por los ciudadanos, sino impuestas por el funcionario chapulín a través de negociaciones, pactos políticos, o complicidad con autoridades y los propios partidos. Sin duda, los sustitutos serán personas allegadas al gobernante saliente y estarán interesados en proteger toda clase de delitos cometidos por quienes fueron sus jefes, así como tener la posibilidad de desviar recursos para ayudar a sus antecesores a ganar el cargo por el que están compitiendo en la elección, podrán servirse con la cuchara grande y aprovechar el tiempo que les quede de gobierno para llenarse los bolsillos con el erario, a sabiendas de que los actos de corrupción en este país sólo se castigan por excepción.
Los políticos chapulines son un fenómeno que tristemente refleja nuestra cultura política. ¿Cómo quedan con su electorado al renunciar al cargo? Primero les prometen obras y programas, la idea de un cambio, que serán diferentes a los anteriores gobernantes y después los abandonan sin terminar el periodo. Los gobernantes están en su derecho de "saltar” a otros puestos, pero, ante la falta de limitaciones legales, los ciudadanos debemos castigar en las elecciones a todos aquellos que abandonen sus puestos y dejen un tiradero en los municipios que gobernaban. ¿Por qué el pueblo tiene que pagar las consecuencias de su ambición política?
Dentro de los aspirantes morenistas a una candidatura por los distritos federales que se tienen en la entidad poblana, se enlistan todo tipo de personajes de la política, algunos que han pasado por un cargo de elección popular, otros que han estado al frente de un partido político o que integran algún órgano colegiado dentro de la administración municipal; pero lo que se ha reflejado es la ambición por alcanzar un cargo dentro del Congreso de la Unión. Ellos piensan que si son candidatos por este partido tienen el triunfo asegurado, triste realidad, recuerden que Morena fue barrido por el PRI en las elecciones pasadas en los estados de Hidalgo y Coahuila.
El pueblo sabio no vota por los partidos, vota por la gente. Morena debe ir pensándolo muy bien, la gente ya conoció el desastre morenista que hoy nos gobierna, la sociedad no es la misma de hace dos años, ya vio, ya vive y está viviendo en carne propia el lema de "Primero los pobres” y no están nada a gusto como cuando emergió el tsunami lopezobradorista, aprovechándose del descontento social general. Ante la catástrofe que amenaza hoy a los mexicanos, después de que el gobierno emanado de Morena llevó a la crisis al país y el resto de los partidos son los mismos chapulines de siempre, el Movimiento Antorchista es la mejor opción hacer política en México porque es la única que tiene sus bases en el trabajo social de las comunidades, los hechos, las gestiones, las obras y la gente lo respaldan. La situación actual requiere de candidatos comprometidos y propuestas sólidas, salidas concretas a la pobreza, la marginación y la inseguridad para un modelo de país y les aseguro que en Antorcha los tenemos.
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