Diez mineros se encuentran atrapados en una mina de carbón en Sabinas, Coahuila”, “Muere minero en Galeana, al caerle una piedra encima”, “Dos trabajadores de la construcción mueren al caer de 25 metros de altura”, “Trailero se estrella debido al cansancio”, “Repartidor muere atropellado”, “Transporte de personal choca en Mina, Nuevo León”, estos son algunos titulares en medios de comunicación que refieren sobre accidentes de trabajadores rumbo a su trabajo o en su entorno laboral. Y no debemos olvidar al trabajador atropellado en la Alianza Real al esperar su camión para ir rumbo al trabajo.
“Muchas más personas mueren por culpa del trabajo que por los conflictos en el mundo”, afirmó Guy Ryder, director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), quien estima que más de 3 millones de personas mueren al año por accidente de trabajo o para llegar a él y enfermedades relacionadas con su labor.
En el mismo reporte informa que es una de las razones por las que México debe firmar el convenio 187, una herramienta que tiene como propósito la mejora continua de las acciones para promover los entornos laborales seguros y saludables. No se ha firmado, lo que demuestra que el actual gobierno no se preocupa ni siquiera la mínima parte para resolver en algo el problema. En México, según reportes, se estima en 400 mil accidentes al año.
En este contexto y el de la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a la mina de Sabinas donde se comprometió a sacar a los mineros atrapados; se informa que no ha cumplido las promesas, que les hizo a los mineros de Pasta de Conchos, una mina del Grupo México, ubicada en Santa Rosita, Coahuila, que cobró la vida a 65 mineros de los 73 que estaban de turno. Sólo dos cuerpos fueron recuperados. Quedaron atrapados 63. Que no han sido recuperados, como fue la promesa.
Mientras siga el reino del capital, las muertes causadas por el trabajo serán inevitables; desde el surgimiento de las maquinas éstas han acelerado la muerte. La máquina como alargamiento de la mano del hombre y el aumento de la productividad, trajo el aumento y el cansancio de los trabajadores. Desde el telar mecánico hasta las máquinas de vapor. Mientras el trabajador mantenía el control de la herramienta, se sujetaba a ella. Pero después, el trabajador pierde el control de ella y se sujeta al ritmo y la velocidad que se le imponga. Todo ello, lo podemos apreciar en Tiempos Modernos, película de 1936… una perfecta descripción gráfica de lo que sucede al interior de las fábricas.
Recordemos la tragedia que sucedió en Nuevo León, la tragedia que sucedió aquí en fundidora, el 20 de noviembre de 1971, al interior del horno 4. “Un grupo de trabajadores debía transportar un perol (recipiente metálico) con 275 toneladas de acero fundido, el cual se encontraba a una temperatura de más de 1,500 grados centígrados. 17 obreros perdieron la vida, al chocar el perol y que su contenido se vació sobre los trabajadores. Fueron 25 toneladas de acero fundido las que prácticamente desvanecieron a los hombres. El estruendo y los gritos de dolor se escucharon en toda la planta e incluso en áreas vecinales”. Ahora, dicha tragedia ha sido enterrada, ahora es un parque de diversiones y recreación. Y ni siquiera hay una placa que lo mencione.
Sí, parece cruel y despiadado, pero la historia del capital está llena de sangre y muerte. Y seguirá siendo así, mientras siga su reinado, el cual lo siguen permitiendo los que se encuentran en el poder, y sólo asisten al lugar de la tragedia para parecer seres humanos y sensibles. Y así como la tragedia de pasta de conchos que sucedió en Coahuila, siguen y seguirán esperando justicia, mientras no haya un gobierno que realmente represente los intereses de los trabajadores y que busque reducir al mínimo estas tragedias. Las máquinas pueden y deben estar al servicio de la humanidad.
Mientras el negocio siga ocupando carbón, madera, arena, etc. miles de materias primas para su industria desarrollada (que usan máquinas gigantes), para que sigan vendiendo sus mercancías; las grandes marcas se enriquecen gracias a la explotación: Apple, Nike y Zara, sólo como ejemplos del gran dominio del capital y el afán de riquezas.
Los mineros de sabinas, al momento de escribir el presente, siguen sin ser rescatados, siempre se espera que aparezcan con vida, pero no quisiéramos que la tragedia de conchos se repita… después, los obreros tienen que regresar a las profundidades de la tierra a seguir generando una riqueza que muy poco, pero muy poco, se queda en sus manos.
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