Increíble, una familia de la mixteca mira el trabajo de los grupos culturales nacionales y entiende el mensaje.
Sí, es mi familia.
Yo provengo de un lugar de la mixteca baja llamado Chila de las Flores, Puebla.
Cuando salí de ese municipio para estudiar en la capital poblana sabía que quería dedicarme al teatro, pero, ¿para qué hacer teatro? Eso aun no lo tenía claro.
Me uní a las filas del Movimiento Antorchista y no, no es nada de las cosas malas que escuchas en los medios. Me arroparon como familia, entendieron que era una estudiante de escasos recursos económicos que buscaba hacer teatro. Y los Grupos Culturales de Antorcha son el mejor lugar para desarrollarte en una rama artística.
El 27 de marzo fue la clausura de la Espartaqueada Cultural, que cada dos años se realiza en Tecomatlán, pero en esta ocasión por la crisis sanitaria que atraviesa el mundo tuvo que adaptarse de manera virtual.
Entonces compartí con mi familia la transmisión del montaje de Espartaco para que, de esa manera, por primera vez, pudieran disfrutar el banquete cultural.
Le pregunté a mi hermana y a mi madre si lo habían visto, contestaron que sí, y cuando les pregunté si le habían entendido, ellas respondieron que se trataba de un hombre llamado Espartaco que luchó con los pobres para vencer a los ricos. Me describieron la anécdota, las escenas, los momentos en que yo aparecía interpretando varios personajes.
Y al escucharlas reafirme que a los pobres de nuestro país se les debe educar y politizar con arte, que lo pueden entender y ejecutar. Y que además la labor artística de Antorcha es ya una vanguardia en el país, porque se propone un avance artístico, porque en estos momentos de pandemia decidimos seguir creando y buscar nuevas alternativas para la escena.
Nuestro trabajo artístico está pensado para nuestra clase: la de los pobres; y sí, yo me sentí identificada con ese ideal y, si mi familia pudo entender el mensaje de Espartaco; entonces, estoy convencida de que para una verdadera transformación se debe educar, explicar y motivar al pueblo para luchar por mejores condiciones. Estoy convencida de que el camino de los pobres es Antorcha que, cual Espartaco, busca todos los días su liberación. Yo soy Espartaco, yo soy Antorcha.
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