MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Zipizape en militarizada FGE de Guerrero

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Otro escándalo coloca a Guerrero reflectores a nivel estatal y nacional; la tarde- noche de este jueves 10 de febrero, en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) se registró una reyerta entre la recién nombrada titular de la FGE, Teniente Coronel Sandra Luz Valdovinos Salmerón y la exdirectora de Recursos Humanos de esa dependencia, Marvilla Alicia Melo Vera. Hecho del que se desprenden varias opiniones, entre ellas, la denuncia de que la FGE ya está militarizada, que los abusos en esta dependencia están a la orden del día, dejando claro que a Guerrero sí llegó la 4T, con la bota muy picuda.

En conferencia de prensa realizada este viernes 11 de febrero, la exdirectora de Recursos Humanos de la Fiscalía General del Estado, Marvilla Alicia Melo Vela acusó a la fiscal general, Sandra Luz Valdovinos Salmerón de haberla golpeado, amenazarla con destruir a su familia, encañonarla, encarcelarla de manera arbitraria en las instalaciones de la dependencia con la participación de militares y de sus escoltas, en donde, asegura, fue desnudada por elementos del Ejército Mexicano.

Denunció que la FGE fue convertida en un cuartel militar lleno de soldados comisionados, donde las amenazas, vejaciones y abusos de la fiscal están a la orden del día.

La versión de la otra parte involucrada se dio a conocer a través de escueto comunicado de prensa, donde se informa que a las 19:10 horas del jueves 10 de febrero, en las oficinas centrales de la FGE, Sandra Luz Valdovinos Salmerón, fiscal general del estado, fue agredida por una servidora pública tras comunicarle su cambio de adscripción, noticia que le produjo una crisis, que se tradujo en tomar la mano de la fiscal y morderla. Ante esto, se interpuso la denuncia correspondiente por los delitos que resulten.

La servidora pública, agrega el documento, tiene como precedentes repetitivos en conductas violentas previas con compañeras, compañeros y otras personas fuera de la institución, como abuso de autoridad, lesiones y violencia, contando además con datos de probables actos de corrupción con motivo del desempeño de sus funciones, información que se habrá de analizar para su debido seguimiento.

Y continúa: La Fiscalía General del Estado ha sido garante de los derechos laborales de las y los servidores públicos de esta institución, en este caso, en todo momento se respetó la integridad física de Marvilla, a quien en ningún momento se le vulneraron sus derechos humanos y se actuó en estricto apego a la legalidad, con la presencia como testigos de la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos y el visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Guerrero, que avalaron un trato digno a la servidora pública… Tras este hecho, la fiscal continúa desarrollando sus actividades de forma cotidiana.

También se dice que, a la Teniente Coronel Sandra Luz Valdovinos le va a costar mucho trabajo terminar con años de corrupción, negligencia e ignorancia criminal solapada por la desidia de gobiernos anteriores, que han convertido a la FGE en una fábrica de delitos amparada por una gran red criminal y que, a la par del inicio de la limpia, comienzan también las reacciones de grupos que han hecho de la FGE un refugio ideal para negocios turbios, que toda la ciudadanía conoce.

Destacar que organizaciones de la sociedad civil, defensores de derechos humanos, académicos y otros organismos han criticado la militarización en México, pues cada día son más las tareas asignadas a las fuerzas armadas y en el caso que hoy nos ocupa, fue asignada como titular de la FGE, precisamente una Teniente Coronel del Ejército Mexicano.

En bien de la procuración de justicia, del pueblo de Guerrero, de la FGE, del Congreso Estatal y del gobierno estatal, estos hechos deben ser investigados por el Congreso del Estado, en tanto, ambas funcionarias deben separarse de manera provisional de sus cargos para dar independencia e imparcialidad a la investigación y no siga Guerrero siendo noticia por casos como este, donde la militarización continúa ganando camino, pues vemos a militares haciendo retenes a peatones, a quienes exigen identificaciones, saber a dónde van y revisan de manera autoritaria sus bolsas y/o mochilas.

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