De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en su censo 2020, existen 126, 014, 024 de mexicanos, de los cuales, el 48.8 por ciento son hombres y el 51.2 por ciento son mujeres y, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en su Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo social 2022 (IEPDS 2022) en el país hay 66.5 millones de mexicanos con algún tipo de pobreza, ya sea pobreza o pobreza extrema, y en el apartado Grupos históricamente discriminados y pobreza, menciona que, “en México, para 2020, las mujeres representaban más de la mitad de la población (51.7 por ciento) y, a su vez, para 2018 y 2020, poco menos de la mitad de ellas se encontraban en situación de pobreza.
Específicamente, en 2018, 42.6% de las mujeres (27.1 millones) estaban en situación de pobreza, de ellas, 35.6% se encontraban en situación de pobreza moderada y 7% en pobreza extrema, lo que significa que cerca de cinco millones de mujeres (4.5 millones) no contaban con un ingreso suficiente para cubrir sus necesidades alimentarias y, además, tenían comprometido el ejercicio de, por lo menos tres derechos sociales. Para 2020, el porcentaje de mujeres en situación de pobreza multidimensional fue de 44.4% (29.1 millones de mujeres), mientras que la proporción de mujeres en situación de pobreza extrema fue de 8.5%".
Esto quiere decir que, ese número de mujeres tiene rezago educativo, falta de acceso a los servicios de salud, falta de acceso a la seguridad social, falta de calidad y espacios de la vivienda, falta de servicios básicos en la vivienda y falta de acceso a la alimentación, si a eso le sumamos que, el 21% de las madres en México son solteras, la mayoría suelen enfrentar discriminación laboral, dificultades para acceder a servicios básicos como salud y educación, y una gran carga emocional y económica, lo anterior son datos del propio Inegi.
Además, muchas viven en condiciones de pobreza extrema, lo que agrava su situación. Y para demostrar lo dicho, solo hay que echarse una vuelta a los pueblos y colonias populares y ver y vivir en carne propia todas las peripecias enlistadas.
En los próximos días será el Día de las Madres, que aquí en México lo celebramos el 10 de mayo y muy seguramente el presidente de México se va a llenar la boca junto con sus corcholatas, flores, floreros y sicofantes en aplaudir y felicitar a las madres por su día y, por otra, muchos haciendo caso al capitalismo rapante que se ha encargado de llenarnos la cabeza la idea de celebrar, gastar y endeudarnos a mas no poder, para poder “consentir” con joyas, perfumes, prendas de vestir, zapatos, utensilios de cocina, muebles y todo lo que se le venga a la cabeza estimado lector, a sabiendas de todas las dificultades económicas que se tienen.
Está claro que al gobierno de la 4T le hacen falta políticas públicas concretas para que no solo el 10 de mayo se celebre a las madres, sino que todo el año ayuden al desarrollo de las madres, tanto en el incremento al salario mínimo para que puedan costear la canasta básica y pagar todos los servicios mínimos necesarios, como obras públicas para sus pueblos y colonias como calles, pavimentaciones, agua potable, drenaje, energía eléctrica, alumbrado público, servicio de salud digno y mejor que el de Dinamarca, falta de una espacio y una vivienda digna.
Para un pueblo lacerado por el sistema capitalista como el mexicano, ya no basta con la felicitación, urge la unidad, solidaridad, la lucha por un futuro mejor, ese sería el mejor regalo para todas las madres del planeta.
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