El número de mexicanos laborando en empleos informales ha crecido de manera acelerada en lo que va del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, sin que éste eche a andar políticas para frenar el fenómeno.
En el primer trimestre de 2022, la suma en modalidades de empleo informal, sin acceso a los servicios de salud ni las prestaciones laborales, ascendió a 31 millones de trabajadores, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Lo anterior significa que 6 de cada 10 trabajadores en el país enfrentan violaciones a sus derechos laborales y humanos, ya que carecen de acceso a la salud y otras prestaciones.
Los estados con tasas más altas de informalidad laboral fueron Oaxaca con 81.3%, Guerrero 78.1% y Chiapas 73.8%. Además, los resultados de la ENOE indican que al corte del primer trimestre de 2022 fueron 55.2% los trabajadores informales, un aumento de 1.8 millones respecto al mismo periodo de 2021, siendo las mujeres las más afectadas, al pasar de 11.1 millones de trabajadoras a 12.3 millones de ellas en el sector informal.
Cabe destacar que en el primer trimestre de 2022, la población desempleada fue de 2 millones de personas. Más de la mitad de los trabajadores en el país no cuentan con prestaciones o acceso a servicios de salud, lo que los hace un sector vulnerable. Urgen que el gobierno de la “Cuarta Transformación” ponga en marcha medidas para frenar el desempleo y empleo informal, pues a pesar de asegurar “primero los pobres”, poco se hace por ellos.
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