Este año se han cumplido 211 años del inicio de la guerra de Independencia, encabezada por don Miguel Hidalgo y Costilla, la noche del 15 de septiembre para amanecer el 16 del año 1810, hechos que marcaron el rumbo que ha seguido nuestra patria desde el momento en que comenzamos la guerra contra el coloniaje español. Para redacción de este trabajo retomaremos algunos planteamientos de la conferencia del ingeniero Aquiles Córdova Morán: Independencia y Revolución y posteriormente analizaremos lo que sucede en nuestros días.
Conocer su desarrollo, sus principios, sus objetivos teóricos y sus resultados concretos es una manera de ver al pueblo mexicano, como sucede con todos los pueblos del mundo, en marcha, en movimiento constante, en un proceso de desarrollo que se mueve de la barbarie, de la organización social primitiva, injusta, muchas veces sometida solo a las leyes del más fuerte, hacia adelante en busca de un país culto, civilizado, en donde los hombres vivan en paz, respetándose unos con otros y, sobre todo, en donde todos tengamos lo elemental pero suficiente para vivir como seres humanos.
“Este estudio de la historia, sin dejar de lado los acontecimientos mundiales, como la independencia de Estados Unidos de Norte América y la Revolución Francesa, nos llevan a aceptar que la verdadera razón por la que fue inevitable que estallara nuestra guerra de Independencia, se debió a dos factores básicos: Primero, la gran injusticia en la que vivía el pueblo mexicano. La colonia española (trescientos años), no había hecho prácticamente nada por las clases bajas, por las clases pobres. La Nueva España, como se le llamaba, estaba organizada de una manera absolutamente jerarquizada. En la cumbre de la pirámide estaban los llamados españoles peninsulares, es decir, los españoles que habían nacido en España y que habían venido a la colonia ya grandes; en seguida, los criollos, que eran los españoles nacidos en México; luego, los mestizos, que eran los productos de la mezcla de español con cualquiera de las distintas razas que había en nuestro país (esto dio origen a más de 30 castas que formaban la inmensa mayoría del pueblo)” (ACM).
“La otra razón es que, la clase dominante formada por criollos y peninsulares, estaba dividida por el exceso de privilegios de los peninsulares y, por lo tanto, no había una fuerza social cohesionada, firme, en torno al virrey, que representaba al rey, y que defendiera los intereses de la Corona; por eso bastó que don Miguel Hidalgo tocara las campanas y llamara al pueblo a decretar la lucha contra los gachupines, para que todo el pueblo, muchos de ellos criollos, se levantara contra el dominio español” (ACM).
Ahora que han transcurrido 211 años del inicio de nuestra independencia, podemos afirmar que nuestro país se ha transformado radicalmente, pasó de la organización colonial en donde la iglesia y unos cuantos gachupines tenían monopolizado el poder y la propiedad de la tierra, a un sistema feudal representado por las grandes haciendas, posteriormente en noviembre de 1910 inició un movimiento revolucionario, cuyo objetivo principal era una repartición de la tierra y cuyos estudios teóricos, nos permiten saber que fue la gran revolución burguesa mexicana. En la historia de nuestro país se tiene registro de distintos movimientos sociales, destacando tres, independencia, guerra de reforma (entre conservadores y liberales) y revolución mexicana, en todo el pueblo pobre mexicano, luchó y murió anhelando un México libre, con justicia social y una mejor distribución de la riqueza.
Y bien ¿Qué es lo que ha sucedido? ¿Se han hecho realidad estos anhelos por los que los mexicanos dieron su vida? A juzgar por los últimos acontecimientos debemos reconocer primero, que nuestro país tiene una constitución progresista, visionaria y pensada para hacer justicia a los pobres de México, constitución que se logró a costa de sangre, sin embargo, es letra muerta, ha quedado en el papel.
“Los verdaderos luchadores, Morelos e Hidalgo, murieron en el intento, y los que consumaron la independencia lo hicieron, cambiando lo viejo por lo nuevo, quitando el poder a las viejas y desgastadas figuras. Y aquí estamos. Las grandes fortunas de este país siguen estando, en una altísima proporción, en manos de gachupines; claro que ahora se le han venido a sumar libaneses, fenicios, árabes, ingleses, norteamericanos, pero la proporción de ricos españoles sigue siendo altísima. La gran riqueza de este país, por la forma en que se hizo la independencia, nunca ha sido nuestra; no nos engañemos. La guerra de Independencia la perdió el pueblo porque sus representantes eran Hidalgo y Morelos y ambos fueron fusilados. Por lo tanto, las cosas siguieron, en efecto, como ya estaban, y hasta el día de hoy, más o menos, así siguen” (ACM).
Y los pobres de México, cada día siendo más pobres, las últimas estadísticas nos dan cuenta de que en el último año 3.8 millones de personas se sumaron a las filas de la pobreza. Ahora México vuelve a emigrar a los Estados Unidos de Norte América, el siete de mayo de este año, el diario español El País denunció que “Con una caída del PIB del 8,5% en 2020, en el último año miles de mexicanos se han sumado a un flujo que aspira a llegar a Estados Unidos por cualquier vía. Cada mes 40.000 mexicanos son detenidos en la frontera, frente a los 16.000 de los dos años anteriores. En el último mes la cifra llegó a 55,000 mexicanos y, si se mantiene este ritmo, 2021 terminará como el año con un mayor número de mexicanos detenidos en una década, según cifras oficiales de Estados Unidos”. Las causas, los malos salarios, falta de empleo y oportunidades, la inseguridad, etc. Ahora el kilo de tortilla cuesta de entre 19 y 21 pesos de acuerdo a la región, no hay seguridad alimentaria, se importa el 45% de los granos y cereales, los mexicanos están indefensos ante los desastres naturales, el actual gobierno desapareció el Fonden sin dar ninguna alternativa; la colonia Ampliación Antorchista del sur de Tacámbaro tiene ocho calles sin ser pavimentadas y sus habitantes llevan más de 15 años luchando por mejorarlas.
En fin, los mexicanos sufren, enfrentan el desempleo, mala alimentación, enfermedad y malas condiciones para educarse y recrearse, transitan por calles sin pavimento o en pésimo estado, como al Av. Lázaro Cárdenas y la Av. Ejército mexicano, en el municipio de Tacámbaro de Codallos, se comunican con las grandes ciudades en carreteras desechas por la falta de mantenimiento e inversión y lo que sucede en este municipio es un pequeño botón del México actual, del México que enferma, sufre, emigra o muere, por la pobreza. Ante este tan difícil escenario, la organización y la conciencia, la lucha por una mejor distribución de la riqueza es necesaria.
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