¿Para qué sirve la historia? Por lo que se ve, a muchos para nada.Algunos porque la desconocen y otros porque la desprecian.Quienes la estudian la toman como una herramienta extraordinaria para no cometer errores, que en otro tiempo se han cometido.La historia no es solo la narración cronológica de los acontecimientos y hechos que han ocurrido, es también el estudio de las causas que originaron el fenómeno, la relación entre los diferentes agentes que participan, así como las consecuencias de las acciones realizadas.Quien estudia la historia sabe bien que no puede realizar a capricho lo que a cada quien se le ocurre, porque los resultados pueden ser contraproducentes y dañinos al individuo o a la sociedad.
El licenciado Miguel ángel Barbosa, gobernador del estado de Puebla seguramente está entre los que desconocen la historia y/o la desprecia.Su absolutismo, su prepotencia y engreimiento son monumentales.Siente que es un soberano absoluto al que nadie puede oponerse, objetarle, discrepar o protestar en lo mínimo.Quiere proceder bajo el lema de los monarcas: "Porque así lo mando", "porque así me place" y todos tiene que acatar sin remilgos, ni protestas.Es un pequeño dictadorcillo, con ínfulas de soberano, que no sabe dónde han terminado tales esperpentos.Precisamente en el basurero de la historia.
Los antorchistas no estuvimos ni estamos de acuerdo con su política, así lo hemos expresado y el resultado es que nos hemos ganado su odio visceral.Su predisposición enfermiza contra todo aquello que signifique la mínima disidencia y amparado en la política del presidente de la República de, "nada para Antorcha", hace que cada vez que la dirigencia y los grupos antorchistas se han acercado a él, como gobernador, para plantearle soluciones a problemas que los aquejan, lo único que han obtenido es el desprecio, la burla, el ataque mendaz, y la negativa rotunda a todas sus peticiones.
Para nadie es un secreto que ante la terrible pandemia que ha obligado a millones de trabajadores a dejar de trabajar, los antorchistas hemos solicitado a nivel nacional y por lo tanto también en Puebla, apoyo con despensas a la población más vulnerable del país.En algunos lugares de Puebla la distribución se realizó, pero solo a los simpatizantes de Morena, injusticia por la que hemos protestado, entre quienes lo han hecho se cuenta la dirigente poblana Rosario Sánchez.Pero, precisamente por oponerse a ese apoyo con sesgos políticos partidistas se ha ganado la amenaza de una orden de aprehensión y junto con ella, otros 15 dirigentes más del antorchismo poblano.
De concretarse esa forma de represión y recluir en la cárcel a nuestros compañeros se estará cometiendo una injusticia.En un México con hambre, pedir alimento se convierte en delito y pedirlo para todos, más.Ante las necesidades más elementales de la gente dar como respuesta golpes y cárcel lo único que hará será orillar a la gente a que tome acciones más graves de rebeldía.Conste, eso lo tiene bien probado la historia.
Los antorchistas, entre ellos los dirigentes, estamos conscientes que encabezar al pueblo para acceder a una vida digna, puede tener como consecuencia encontrar enemigos poderosos, entre ellos, a gobiernos que nos quieran ver como sus enemigos y que en función de lo anterior les parezca sencillo, tentador, encarcelar, desaparecer o matar a los dirigentes.Eso nunca lo hemos ignorado.No queremos la represión, pero además la historia también dice, ¡esa no es la solución!
Conscientes de ello, hemos preparado a nivel nacional y por lo tanto también en Puebla, dirigencias alternas entre cuyos integrantes hay jóvenes con la capacidad y el prestigio suficiente entre las masas, que les permitirán tomar la dirección del movimiento y llevarlo a la lucha en defensa de sus dirigentes.Ganaría poco el gobernador poblano encarcelando a los dirigentes más prestigiados, pues surgirían inmediatamente otros que tomarían su lugar.
También, estamos seguros de que la masa antorchista con la que hemos trabajado durante años y a la que hemos defendido, se sentiría agredida y respondería como un solo hombre en caso de que encarcelaran a alguno de sus dirigentes, pues, tiene claro que nuestra lucha es su lucha.
En síntesis, la historia ha demostrado que cuando el pueblo tiene hambre, lo que hay que hacer es darle de comer y no encarcelar a sus dirigentes, y que, si en lugar de hacer lo primero, se reprime y se golpea, lo único que se va a lograr es una rebeldía mayor que puede llegar a tener consecuencias gravísimas para todos.
Si se aplican las órdenes de aprehensión a nuestros compañeros ocurrirá, lo que alguna vez dijo Fidel Castro, será "una victoria militar Pírrica y una profunda derrota moral".
¡Por estas razones, cordura, señor Gobernador, de Morena!
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