“Cuesta mucho no dar educación a un hombre, pero cuesta más no hacerlo”. Traigo a colación esta reflexión del destacado extitular de la SEP Jesús Reyes Heroles a propósito de los duros datos que dio a conocer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en días pasados, cuando publicó los resultados de la prueba PISA 2022, donde escolares mexicanos de quince a dieciocho años ocuparon el lugar 51 de los 81 países participantes en las asignaturas de matemáticas, lectura y ciencias.
Según datos de la OCDE, nuestro país obtuvo 126 puntos menos que Japón, la nación mejor evaluada; sin embargo, sólo seis puntos nos separan de Colombia, el último lugar de la OCDE.
Estos resultados ubican a México en una situación educativa similar a la que vivió en 2006. En el caso de Matemáticas, los resultados se acercan a los de 2003. En la edición 2022, el desempeño de México en Matemáticas y en Comprensión Lectora lo sitúan como el tercer país con los peores resultados de la OCDE; igual en Ciencias, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Algunos especialistas en política educativa señalan que el nivel de conocimientos y aprendizaje de los escolares mexicanos ha tenido una baja alarmante, tal como se registraba en el año 2003, o sea, un retroceso de veinte años, en un gobierno que se ufana de estar a favor del progreso y bienestar de los sectores más desfavorecidos; pero que en los hechos ejerce una política educativa que obedece a intereses neoliberales y está a favor de los más ricos y poderosos del país.
Así se explica el grave rezago educativo, la falta de infraestructura para levantar nuevos centros escolares, para la rehabilitación de los actuales, para emplear a maestros. Así se explica el cierre de escuelas de tiempo completo, la falta de apoyo a las universidades y a la investigación científica.
El IMCO analizó el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2024. En materia de educación se planea destinar un billón 19 mil 449 millones de pesos. Aunque este monto es el más alto del sexenio, la asignación presupuestaria para educación es (-) 3.6 % menor en términos reales, en comparación con 2015; el año analizado con mayor presupuesto.
El presupuesto de 2024 es muy restringido en cuanto a mejoramiento en la calidad de la enseñanza en México. En contraparte, se destinarán miles de millones de pesos para la construcción del Tren Maya…
El presupuesto de 2024 es muy restringido en cuanto a mejoramiento en la calidad de la enseñanza en México. En contraparte, se destinarán miles de millones de pesos para la construcción del Tren Maya, que está beneficiando a los más grandes y ricos constructores del país: para 2024 el gobierno proyecta entregar a los neoliberales más rapaces de México 482 mil 20 millones de pesos, que representan un gasto 208 % mayor de lo proyectado.
“A mi hija ya no la pude mandar a la universidad; tuvo que salirse, dado que tenemos que trabajar para dar de comer a otros dos de mis hijos, y para que vayan a la escuela, ahora vamos a trabajar a la zona industrial, y apenas nos alcanza para medio comer”, comenta Ernestina Juárez, habitante de la comunidad de Jassos, en la delegación de Villa de Pozos.
Juárez le pidió a su hija mayor, exalumna de la Facultad del Hábitat, que se saliera de la UASLP a falta de recursos. Los hijos de la señora no reciben apoyo de Beca de Bienestar a pesar de que viven en una localidad de alta marginación, dado que esa dependencia federal califica a Jassos en “color amarillo”.
Esta falta de apoyo a la educación por parte de las autoridades de los distintos niveles de gobierno motiva que millones de niños y jóvenes en el país deserten de sus escuelas por la falta de recursos; que tengan que ponerse a trabajar a temprana edad y otros, a falta de empleo, caigan en las garras de la delincuencia para poder “ser alguien en la vida”.
Por esa falta de apoyo ahora nuestro país, lamentablemente, se encuentra hundido en los peores registros de acciones delictivas, sangre y muerte de alrededor de 200 mil mexicanos en lo que va del sexenio de AMLO. Más muertes que en los gobiernos de Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto.
“Cuesta mucho no dar educación a un hombre, pero cuesta más no hacerlo”. Invertir en la educación en México cuesta mucho, pero no hacerlo nos está costando más. Tenemos dos hechos recientes que revelan la terrible y cruda realidad que vivimos en el país: Que nuestros hijos hayan salido reprobados en la prueba Pisa y que en poblados marginados del país, donde la gente ya se hartó de robos, extorsiones y muertes por parte de la delincuencia, se levanten en armas —como en Texcaltitlán Estado de México— para exigir la justicia que el estado les niega.
¿El pueblo de México se estará cansando de la falta de justicia, de educación, salud, vivienda, alimentación digna, etcétera? ¿Es tiempo de rebelión y de levantamientos sociales? El tiempo nos dirá.
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