El Tren Maya que se construye en el sureste del país es un proyecto neoliberal y caprichoso del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que, a pesar de no ser viable ni rentable, particularmente del Tramo 5, traerá muchas consecuencias negativas para el ecosistema de la zona, y pese a los amparos y denuncias para frenar la obra, debido al daño ambiental que ocasiona, esta continúa por indicación de la Cuarta Transformación.
Pese a las opiniones y advertencias vertidas por intelectuales, artistas y académicos acerca del proyecto, a las que también se sumaron ambientalistas e investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) quienes expusieron incontables veces sus propuestas y estudios científicos para advertir que la faraónica construcción sería un gran ecocidio, una devastación al ecosistema de inmensas proporciones para hacerle entrar en razón al inquilino de Palacio Nacional, fue inútil, pues fueron ignorados, a tal grado de que el Gobierno federal los tildó de falsos y conservadores porque según él, están en contra del desarrollo y progreso.
La perspectiva de los académicos del INAH delibera que es importante el salvamento del patrimonio arqueológico, así como analizar el despojo de tierras en que incurre la industria del turismo, por ello destacaron la necesidad de un reordenamiento territorial; asimismo, pusieron en cuestionamiento el modelo de desarrollo económico que López Obrador y la 4T proponen para la región del sureste y los verdaderos fines que persigue el proyecto del Tren Maya detrás de la idea de beneficiar a las comunidades originarias.
Desde su ascenso al poder, López Obrador se caracterizó por necio y terco, pues es más grande su ceguera de poder que el bienestar de los mexicanos. Este personaje tilda de enemigos de la 4T a quienes se atrevan a hacer sugerencias y cuestionamientos por lo malo que está conduciendo al país.
El mandatario sólo cree en sus amuletos y en el argumento de que tiene otros datos, y así sin escatimar pruebas que afirmen sus acusaciones, volvió a arremeter contra intelectuales, ambientalistas, artistas y organizaciones de la sociedad civil, de traidores y férreos defensores de los conservadores; según él existe una campaña en contra del Tren Maya, financiada por organismos internacionales y empresarios como Claudio X. González. A ese nivel razona el que tiene en sus manos los destinos del país, ese es el verdadero rostro de la 4T y de Morena, y así pretenden perpetuarse en el poder, que mal nos irá a los mexicanos.
Para muestra un botón. Las personas más ricas en México representan el 1 por ciento de la población y acumularon el 31 por ciento de la riqueza total del país en 2020 (Banco suizo Credit Suisse), en contraste, la pobreza es un problema que ha ido en incremento para las clases media y baja del país. Se calcula, por ejemplo, que sean cinco millones de personas las que viven en la indigencia en México.
México, al ser un país grande, lamentablemente su población en situación de pobreza también lo es. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), señala que existen distintas perspectivas sobre el concepto de pobreza, y cada uno utiliza métodos específicos para medir y cuantificar a la población pobre, en concreto.
Suma y sigue. El Coneval, también afirma que más de la mitad de los niños y adolescentes mexicanos viven en situación de pobreza, mientras que una cuarta parte no puede acceder a una alimentación nutritiva y uno de cada 10 presenta rezago educativo. El organismo refiere que en 2016 un 50.8 por ciento de la población se encontró debajo de la línea de pobreza por ingresos, cifra que se incrementó a 52.8 por ciento en 2020, o lo que es lo mismo, 2 por ciento más de la población es pobre con la 4T al mando.
Particularmente, bajo el mando de López Obrador en el Gobierno mexicano, todos los rangos de pobreza aumentaron, lo que detalla la errática posición de su gobierno, que sólo en la retórica ha combatido la pobreza y la marginación social.
Con la 4T en el poder, todas las mediciones empeoraron, lo que echa por tierra el supuesto éxito de la política social del Gobierno federal, que pese a la insistencia de promover que en ningún otro sexenio se ha abatido la pobreza, la realidad le estalla en las manos. Entonces, 3.8 millones de mexicanos más cayeron en sus garras para un total de 55.7 millones. Sin duda, México es el país más desigual de América Latina, región que caracteriza las disparidades económicas y sociales en el mundo.
Entonces, ¿cuáles serán los otros datos del presidente?, organismos serios nos dicen con precisión lo mal que nos encontramos por las malas políticas de AMLO y el Tren Maya, que es una de las mega obras que no van a resolver los problemas de los pobres, y las protestas contra su construcción, obedece a que debe ser un proyecto bien pensado, bien elaborado, con el fin de garantizar que sean pobres los que más se beneficien. Y no razonar como lo hizo el director de Fonatur, quien declaró que “no ganamos nada como país con tener jaguares gordos y niños famélicos”, a lo que el artista Francisco Toledo respondió que seguramente no habrá jaguares ni niños gordos, lo que sí tendremos serán empresarios gordos, esa es la realidad con ese proyecto neoliberal, los ganones de siempre seguirán siendo los pudientes, ese uno por ciento que acaparan cerca de la mitad de la riqueza nacional.
La obra que tenía un costo inicial de 140 mil millones de pesos, se irá a casi 200 mil millones, muy caro le está costando a los mexicanos los caprichos de la 4T, y en efecto, no contribuirá al desarrollo, para los pobres del sureste sólo dejarán las minucias. Podrían dar ciertos empleos, los menos calificados, podrán lavar baños, limpiar pisos, dar ciertos servicios, pero no vemos cómo el gran proyecto de desarrollo que está impulsando el presidente pueda ayudar a desarrollar el sureste del país.
Así el panorama, aunque hace un par de días, el Juzgado Primero de Distrito, radicado en Mérida, Yucatán concedió una nueva suspensión que detiene provisionalmente cualquier obra o actividad en todo el Tramo 5 del Tren Maya, que va de Cancún a Tulum. No hay amparos que detenga las obras, el capricho del presidente no cesa, ya lo dijo, que ninguna de sus mega obras quedará a medias. “Vamos a seguir ganando por paliza”, advirtió, claro, tiene el poder del Estado para violar las leyes las veces que se le antoje hacerlo.
Pasa el tiempo y el Tren Maya va tomando forma de juguete, entre jaguares o empresarios bien comidos y limosnas cercanas a casa, se construye el capricho del presidente y de la 4T, proyecto que no reducirá la pobreza, esos recursos que se destinaban para obras y servicios para los más pobres, ahora se enfocan en los grandes proyectos de esta administración.
Por ello, el pueblo ya no debe dejarse seducir por los cantos de sirenas, a lo mejor podremos soportar todo: frío, hambre; falta de empleo, de vivienda y de salud, pero no debemos permitir la burla ni el engaño de los gobernantes, ahora más que nunca estamos llamados a la unidad, a caminar en una sola dirección para hacer valer nuestra voz, ya es urgente e indispensable que el pueblo tome en sus manos su destino y lo conduzca a mejores rumbos.
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