MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Quintana Roo necesita más seguridad

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Cuando hablamos de bienestar social, nos vemos obligados a no omitir lo que este concepto deriva, pues el bienestar social es un estado final en el que se cumplen las necesidades humanas básicas y las personas pueden convivir pacíficamente en comunidades con oportunidades de progresar, así lo marca el concepto. 

Entonces, ¿cuáles son las necesidades elementales que se deben considerar al hablar del bienestar social? Se expresan en diferentes aspectos de la vida social de la población: en el acceso a la educación, la salud, la alimentación, la vivienda, bienes de consumo, diversión y seguridad.

No es que Chetumal sea una de las ciudades más inseguras del país, pero lamentablemente se ha suscitado una serie de casos: personas baleadas, embolsadas, una balacera…

Quisiera centrar mi análisis en un aspecto muy importante, no sólo para los quintanarroenses, sino para todo mexicano o extranjero que esté viviendo o de vacaciones en este país: hablar de la seguridad hoy por hoy se convierte en uno de los eslabones más importantes para que este país funcione correctamente.

En el caso del estado más turístico de todo el país, Quintana Roo, no se salva en lo absoluto de tener una población que vive en la incertidumbre de salir a la calle y regresar con bien a su hogar.

Basados en los datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe), publicada por el INEGI, se menciona que de 603 mil 612 hogares estimados hasta 2022, un total de 168 mil 232 hogares fueron víctimas de delito.

Estos números evidencian lo que en el día a día sufren quienes viven en ciudades como Cancún y Playa del Carmen, siendo vulnerables una población muy importante de familias que con mucho esfuerzo construyen un patrimonio o un negocio que sin titubeo alguno los grupos criminales se encargan de destruir llevándose no sólo parte del patrimonio de las familias sino también la vida de muchos inocentes.

Esta misma encuesta también publica que la tasa de víctimas por cada 100 mil habitantes en 2022 fue de 22 mil 401 en hombres y 23 mil 703 en mujeres, lo que sin necesidad de hacer conversión alguna nos muestra que el indicador delictivo por habitante es muy alto; basta con salir a la calle para sentirse inseguro.

No todos los municipios de Quintana Roo se consideran inseguros; incluso la capital, Chetumal, hasta hace un par de años se consideraba un municipio del estado donde se podía vivir, trabajar, recrearse y poner un negocio de manera segura, el lugar perfecto para vivir, con el plus de ser zona libre de impuestos. Ahora las cosas han cambiado; algo le está pasando a Chetumal.

No es que Chetumal sea una de las ciudades más inseguras del país, pero lamentablemente se ha suscitado una serie de casos: personas baleadas, embolsadas y, el último caso, una balacera que culminó con la vida del que fue el exdirector de la cárcel de Cancún, conocida por muchos como el “Torito”, situación que tiene conmocionado a todo Chetumal.

Según la gente oriunda del lugar, estas cosas no ocurren o, al menos, no pasaban. La Secretaria de Gobierno, Cristina Torres Gómez, emitió un comunicado donde le pide a la población que no entre en pánico, pues no es una situación aislada; tiene su razón y origen.

Ante dicho crimen, la Fiscalía General del Estado se está encargando de buscar a los responsables; Cristina Torres también pidió que se le dé el matiz debido a la noticia, pues hay quienes están empeñados en decir que Chetumal es una ciudad controlada por el crimen.

Lo relevante de esto tiene que ser cómo hará el gobierno de Quintana Roo para garantizar a la población no sólo de Chetumal, sino de todo el estado, que puedan salir tranquilamente a las calles porque tenemos una política de seguridad eficiente, segura, en la que la población puede confiar, pero sobre todo preparada y equipada con el objetivo de hacer de este estado un lugar seguro para todos.

El movimiento Antorchista ha dicho, en palabras de nuestro secretario general, Aquiles Córdova Moran, que la forma en que una sociedad pueda convivir consigo misma es a través de educar al pueblo, de darle trabajo a todos los que estén en edad de trabajar; hay que hacer del hombre un mejor hombre.

Para finalizar, quisiera decir que no basta con tener más policías, mejorar el equipamiento o construir más prisiones o penales de alta seguridad; eso, en términos estrictos, es necesario, pero no es la solución.

El Gobierno tiene que acabar con la inmensa desigualdad y la brecha tan amplia entre ricos y pobres; tiene que construir más universidades, más calles, centros deportivos, de recreación donde los niños y jóvenes puedan invertir su tiempo para hacer de su mente y persona la de un hombre integral, capaz de tomar decisiones en beneficio suyo y de su comunidad. Conste.

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