La Suprema Corte de Justicia (SCJN), en un verdadero acto de democracia, invalidó la primera parte de la reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, conocida como “Plan B”, ya que generaba incertidumbre para las próximas elecciones presidenciales de 2024.
Fueron nueve votos a favor y dos en contra, y con ello el pleno de la Corte bloqueó las reformas de la Ley General de Comunicación Social y a la Ley General de Responsabilidades Administrativas porque la mayoría en el Congreso violó el proceso legislativo durante su aprobación.
La parte que fue desechada de la reforma electoral redefinía el concepto de propaganda para que los funcionarios pudiesen pronunciarse durante las campañas y elecciones, algo antes prohibido por la veda electoral; claro está que a los morenistas esto no les gustó y despotricaron en contra de la Suprema Corte.
Sin embargo, lo que ellos no ven es que, a pesar de que el Instituto Nacional Electoral (INE), denunció que las reformas disminuían su autonomía y su capacidad para ejercer las funciones que la Constitución le dicta, también perjudica la equidad en la contienda electoral, no por eso se dio el fallo sino que la Corte se basó en la violación a los artículos 71 y 72 de la Constitución, que establecen “el principio de deliberación informada y democrática”.
Esto quiere decir que la iniciativa no se conoció a tiempo ni se publicó con anticipación para su discusión en la Cámara. “Se emitió sin que todas las fuerzas políticas tuvieran conocimiento de la iniciativa que iba a votarse, además no tuvieron tiempo para examinar previo a la deliberación derivado a que se dispensaron los trámites sin justificar la urgencia de esa medida”, señaló la presidenta de la Corte, Norma Piña.
Este revés de la Suprema Corte, al “Plan B” de López Obrador, es obvio que molesta a los morenistas que han buscado, desde el año pasado, reemplazar al INE, acomodando a sus intereses las instituciones como sucedió con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Pero en el caso específico del INE, es prioridad para ellos, ante las elecciones por eso no es raro ver que la reforma en su totalidad recorta tres mil 500 millones pesos, elimina el 85 por ciento del servicio profesional electoral, y permite al Poder Ejecutivo intervenir en el padrón electoral, lo que afectaría las elecciones presidenciales de 2024; aún falta que la Suprema Corte analice el resto de las impugnaciones que la oposición y el INE han realizado contra el Plan B.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, en lugar de aceptar lo que la Suprema Corte señaló respecto al Plan B, fiel a su costumbre insistió en su mañanera que hace falta una reforma al Poder Judicial, y por eso mostró una lista con sueldos y prestaciones de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) asegurando que invalidaron la primera parte del Plan B en materia electoral para defender sus intereses, leyó una lista con 40 supuestas prestaciones y privilegios que reciben los ministros de la SCJN, la cual fue realizada por Ricardo Monreal, coordinador parlamentario de Morena en el Senado.
El tabasqueño asegura que los ministros actúan de esa manera para proteger sus salarios, ya que este es mayor que el de él, pues dice que ganan alrededor de 300 mil pesos mensuales que equivale al doble de lo que él gana y que, por tanto ellos, violan el artículo 127 de la Constitución.
Ante estas respuestas, vemos más capricho que coherencia, actitudes que el mandatario ha presentado desde que está en el gobierno. En su cabeza ronda la idea de ser recordado como el mejor presidente de México, sin embargo, sus acciones, a lo largo de su mandato, han perjudicado más al país, pero no todo es tomado a la ligera, algo que tiene bien pensado es asegurar que su partido permanezca muchos años en el gobierno, liberando algunos obstáculos como es el INE, sino veamos cuántas veces él y su partido han burlado la ley con tal de alcanzar sus objetivos, no es casualidad que muchos que lo siguieron cuando fue candidato le han dado la espalda, incluido algunos que estuvieron como parte de su partido.
La ciudadanía debe ser precavida y analizar lo que se avecina con las elecciones; de lo contrario, el país no sólo seguirá igual, sino que retrocederá y estaremos como en la época que había que pedirle permiso al presidente para decir y hacer algo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario