Con la promesa de que con las nuevas políticas del Gobierno de Quintana Roo, adherida a la Cuarta Transformación, la pobreza y el desempleo serán extinguidos desde el primer día de gobierno, sin embargo, los quintanarroenses siguen a la espera de que sus gobernantes hagan efectivo la palabra empeñada, pues no es para menos los altos índices de desigualdad y marginalidad en la entidad.
Aunado a ello, en muchas colonias y comunidades aún existe la escasez de los servicios básicos y vivienda, mientras que la canasta básica está por los cielos y los salarios permanecen igual, es decir, salarios de hambre, porque no alcanzan para adquirir lo necesario para que las familias humildes puedan sobrellevar la difícil situación imperante.
Si bien es cierto que, muchos de los problemas económicos que padece el Estado no son propios del gobierno en turno, aun así, es su responsabilidad tomar todas las acciones necesarias para contrarrestarlas, tarea difícil, pero que en sus manos está el saber administrar cada peso que ingresa al erario para destinarlo en obras sociales, servicios básicos, programas emergentes, pero sobre todo para impulsar el desarrollo económico y que las riquezas beneficien a los trabajadores y no solo a una cúpula de potentados como siempre ha sucedido.
Desde la creación de Quintana Roo, como estado libre y soberano en 1975, la calidad de la población ha sido muy precaria, y aunque ha habido cambios, porque nada es estático, lo cierto es que la pobreza también va en aumento y muy poco se ha hecho para combatirla. Los políticos de administraciones pasadas, que en su momento tuvieron la oportunidad de gobernar, no lograron o no quisieron combatir los males y lastres que enfrentamos y otros solo usaron el poder para enriquecerse a expensas del pueblo trabajador.
Según cifras del Coneval, en los últimos años, de 2021 a 2022, el índice de pobreza en Quintana Roo subió de 30.2 por ciento a 47.5 por ciento respectivamente. Si hablamos que somos 1 millón 857 mil 985 habitantes, entonces, alrededor de 882 mil 542 se encuentran en algún grado de pobreza.
Por lo anterior, el gobierno de Mara Lezama tiene una labor titánica, y debe ser lo bastante certera para acabar o disminuir la pobreza en todo lo ancho y largo del estado. Seguramente tiene en cuenta que los apoyos asistencialistas del Gobierno federal, no nos van a solucionar de fondo el origen de la pobreza y otros males que de ahí se desprenden. Tendrá que hacer su mayor esfuerzo para revertir el grave problema del desempleo que azota al estado.
El pueblo sabe que sí es posible erradicar la pobreza, pero debe impulsar la creación de empleo para todos y que estos sean bien remunerados; para que no falte un plato de comida en la mesa, que también se reoriente los gastos sociales en las necesidades del pueblo, en la creación de hospitales, escuelas y servicios básicos; como también una política fiscal equitativa y justa, es decir que paguen más impuestos lo que ganan más, que a los pobres ya no se le siga aplicando la ley del embudo. Sería lo justo.
Por último, hago un llamado fraterno a los quintanarroenses, en estos tiempos difíciles es indispensable organizarnos y quitarnos la venda de los ojos, para exigir al unísono el derecho a una vida digna y justa. El llamado a no vender nuestra conciencia y tomar decisiones en beneficio de nosotros y nuestros hijos. Debemos caminar como un solo núcleo de hierro, con una misma visión ideológica y sobre todo en una misma dirección para desterrar al enemigo de los pobres, la pobreza, un gran anhelo de todos los quintanarroenses.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario