Cuando desaparecieron el Seguro Popular, Prospera, las guarderías infantiles y, por último, los Fideicomisos (entre ellos el Fondo Nacional para Desastres Naturales), nos dijeron que de todas formas la ayuda se seguiría brindando por otros medios. El caso de Tabasco fue el primero que se vio en la necesidad de recurrir del apoyo del presidente, pero éste, como en muchas otras cosas, se hizo sordo y bizco.
Las quejas se acumulan día con día. Ya nos afectó el apagón como consecuencia de un frente frío, que tuvo como consecuencia heladas que acabaron con mucha vegetación dejándola seca completamente. Ahora la sequía amenaza con acabar con los pocos recursos que tiene la gente que vive en el sur, y en los días que corren, se han desatado incendios forestales en las sierras de Santiago, Galeana; además de Arteaga municipio de Coahuila que colinda con estos municipios neoloneses. Que amenazan con acabar con más de 1200 hectáreas, afectando a las familias que viven en esa zona.
En lugar del siniestro, hacen su mejor esfuerzo, las corporaciones de bomberos que aún quedan en pie, los miembros de Protección Civil del estado y de los municipios que están sufriendo afectaciones. Se han sumado brigadas de Durango y se espera que se sumen también de Tlaxcala. Además, uno que otro candidato que busca sacarse la foto, llevando algún apoyo y con buenos deseos.
Como siempre, ante la contingencia, se han sumado voluntarios que buscan apoyar con lo que pueden, pero lo que más llama la atención es que no se ve por ningún lado, el apoyo del presidente de la República, no ha mandado nada para apoyar a combatir los incendios forestales, que estaba dentro de las atribuciones del Fonden, porque parte de dicho Fideicomiso es tomar medidas preventivas para evitar más daños.
Gracias a su iniciativa de desaparecer los fideicomisos municipios y estados están despojados de elementos para enfrentar contingencias como los incendios forestales que se dan a lo largo y ancho de la república mexicana. Antorcha a través de nuestros diputados federales, estuvimos en contra de la desaparición de los Fondos, que funcionan como un seguro para que cuando se presente una emergencia, como la que ahora vemos, se puedan usar dichos recursos y no se desestabilice el presupuesto que normalmente ejercen los municipios y los Estados.
Él tiene un programa que se llama Sembrando Vida, con la finalidad de rescatar la vegetación de nuestros bosques y selvas, pero mientras se queman las hectáreas, él no dice nada, peor, no manda absolutamente nada de ayuda.
Si el presidente sigue actuando como hasta ahora, donde los problemas de los mexicanos no existen, se seguirán agravando, con consecuencias nefastas, que se presentan como el que se menciona. ¿Quién apoyará a los campesinos por la sequía? Y sólo es un parte del problema, México ocupa el lugar número 23 a nivel mundial en riesgo catastrófico alto. El 45% del territorio nacional está expuesto a inundaciones y el 40% está clasificado como zona sísmica. Más de 77 millones de personas están expuestas a riesgos catastróficos.
El fideicomicidio, hecho por Morena y sus compinches, trae más daño que beneficio. Y nuevamente, la realidad nos da la razón; su desaparición no fue con la finalidad de crear algo nuevo y mejorado, aprovechando la experiencia anterior, para crear algo mejor, para que los mexicanos puedan realmente tener un seguro en caso de un desastre natural.
Los morenistas dijeron que desaparecerían los fideicomisos, porque en ellos había corrupción, mismo argumento que han usado para desmantelar otros programas. Queriendo acabar con la corrupción es sano, pero el gran problema es que no hay alternativas de solución para problema como el caso que aqueja ahora mismo como son los incendios forestales, ya que no se cuenta con recursos suficientes para enfrentarlos y combatirlos y no provoquen daños más severos al ecosistema.
En el caso de los desastres naturales como las inundaciones, un sismo, un terremoto, un incendio forestal, el fideicomiso funcionaba como un seguro, recursos que estaban predestinados listos para usarse cuando se requiriera. México es uno de los países que cuentan con mayor riesgo de sismos y terremotos, y Nuevo León, ya ha padecido algunos sismos de poca magnitud, en el 2020 hubo 21 sismos de los cuales, el de mayor magnitud fue de 4.3, es decir, el riesgo existe. Ha sufrido el paso de los huracanes: Gilberto, Emily y Alex que han afectado a miles de ciudadanos, claro sin dejar de recalcar el caso de los incendios forestales que dañan al ecosistema y todo lo que le rodea, en los que el Fonden jugó un papel importante. Por eso, es necesario recalcar, que son importantes los seguros, que es algo que nos han enseñado los países más desarrollados, y que nos permite tomar medidas preventivas y lograr que no sucedan más desgracias en detrimento del medio ambiente y que la tal ayuda directa no ha llegado a falta de los fondos eliminados, como lo prometió el señor presidente.
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