Hace cinco mil años a. C., fue la época en que nuestros antepasados tenían que cazar para poder alimentarse, vivían en manada y eran nómadas pues necesitaban ir explorando nuevos terrenos en donde proveerse sobre todo de alimento. Tras varios años, se dieron cuenta de que, al agruparse para cazar, aumentaba la posibilidad de una caza más exitosa, justo en esos momentos nuestros antepasados se dieron cuenta del poder de la organización y del trabajo en equipo.
Una vez aprendidas las técnicas para cazar y elaborar herramientas, se empezaron a compartir estas lecciones dentro de los diferentes grupos hasta convertirse -miles de años después- en civilizaciones estructuradas y organizadas. Éste fue un pilar base no solo para la evolución, sino también para dar apertura a la historia de la educación.
En la civilización egipcia, en el año 3 mil a. C., la educación era dada dependiendo del lugar que se ocupara dentro de la jerarquización social. En Grecia pasaba algo parecido a Egipto, pues sólo las clases élites podían tener acceso a la educación sobre arte, filosofía, educación física y política. Y qué pasaba con los demás hombres, a esos se les enseñaban una serie de oficios.
En México, los aztecas educaban a los hijos de los gobernantes y a los de altos rangos para administrar su imperio y para la guerra en los Calmécac, que significaba "en la hilera de casas", ahí se les enseñaba religión, historia, pintura, música, medicina y matemáticas, estaban también los Tepochcalli ("Casa de los jóvenes"), donde asistían principalmente los plebeyos.
Como podemos observar, ya desde la antigüedad los hombres sabios sabían que sólo el conocimiento hace libres a los pueblos, decían también que un hombre ignorante no sirve, que todo hombre debería ser educado y que al frente de un gobierno deben estar los más preparados.
Nuestros indígenas para su época, ya eran un pueblo muy destacado en el conocimiento, sobresalían en matemáticas, historia, arte de la guerra, y en otras áreas del saber, de otra manera cómo se explica el hecho de que los aztecas gobernaran sobre muchos pueblos, para esta labor tuvieron que tener gente muy capacitada para poder administrar la producción, los tributos que imponían a los pueblos sometidos, los gastos para las guerras y muchas otras actividades importantes de su gobierno. O sea, la educación, sin lugar a dudas, era fundamental.
Todas estas civilizaciones antiguas tienen como común denominador que al frente de su pueblo se establecía a los más preparados, los que mejor ejemplo representaban para su pueblo, los más inteligentes.
Hoy, en nuestros días, el país padece un tragedia en distintos ámbitos, pues en lo que va del sexenio de la 4T ha incrementado el número de pobres a más de 6 millones más, la inseguridad nos acecha, pues entre diciembre de 2018 y junio de 2023 se registraron 157 mil 910 homicidios y hay 111 mil 098 personas desaparecidas y no localizadas, esto demuestra el fracaso de la política de seguridad del gobierno cuatroteísta.
Y qué decir de la educación, que ha quedado en el olvido de las autoridades, que lejano a las enseñanzas de nuestros antepasados, ha puesto al frente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), por ejemplo, a los peores elementos, que demuestran su ignorancia hasta cuando hablan, y que han venido a dañar todavía más nuestro sistema educativo.
Con la 4T se ha golpeado en todos los términos posibles a la educación, con la desaparición de las escuelas de tiempo completo, descobijando a los niños que antes además de recibir un extra de enseñanza, podían ser alimentados en sus escuelas.
En medio de este clima de tristeza que padecemos, que ha llevado a muchos a incluso quitarse la vida, mencionaba el maestro Omar en su intervención en la clausura de cursos de la secundaría Wenceslao Victoria Soto, hoy surge una luz de esperanza, nuestras escuelas antorchistas, instituciones desde el nivel preescolar hasta el medio superior, ubicadas a lo largo y ancho del territorio nacional. Y es que Antorcha desde su nacimiento le ha dado principal importancia a la creación de escuelas, en donde navegando contra corriente, se imparta una educación de calidad e integral, en donde a los niños y jóvenes no sólo se les imparten los conocimientos científicos necesarios para ser competitivos, sino que además se les fomenta el amor por las bellas artes y sobre todo su práctica.
Estos conocimientos, nuestros estudiantes los manifiestan de una forma bella en diferentes foros en los que se presentan, que van desde una colonia popular, en donde se le lleva arte a los más pobres, para devolverles un derecho que les ha sido arrebatado y se ha puesto en charola de plata sólo para las clases pudientes que pueden pagar grandes sumas de dinero para presenciar los grandes espectáculos artísticos.
En los últimos días hemos venido presenciando las clausuras de cursos de todas nuestras escuelas antorchistas a lo largo y ancho del país, y quiero referirme muy particularmente a las clausuras de las escuelas en la Ciudad de México, en donde han egresado generaciones que han sido apadrinadas por nuestros compañeros más queridos e inteligentes, como la maestra Marisela Serrano, el doctor Abel Pérez y el Ing. Omar Carreón, que han pronunciado discursos muy importantes a los jóvenes, como el expresado por el doctor Abel, que señaló “México tiene problemas gravísimos, por lo que necesitamos cambiar urgentemente esta realidad, urge cambiar el país, los jóvenes tienen que ser la vanguardia del cambio, y a ellos hay que encargarles especialmente que nos ayuden a construir una patria más justa para todos los pobres de este país”.
Tengan por seguro que Antorcha continuará, sin claudicar, con esta tarea que se ha echado a cuestas, la de formar generaciones de ciudadanos más comprometidos con su patria, más inteligentes, que coadyuven en la creación de un México más justo para todos los mexicanos.
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