El hombre siempre es más de lo que se sabe de él
Jaspers
A diferencia del resto de los animales que se representan en los cuerpos exteriores a él, obra sobre ellos y se los apropia sin razonarlo, sin concientizar el acto, solo el hombre es capaz de captar las cosas que se le presentan físicamente de forma inmediata, las conceptualiza, las nombra y las concibe como lo que son; hace un juicio sobre estas y al hacerlo, combina las imágenes y sensaciones que estos objetos le producen de forma consciente; es decir, crea la capacidad de reconocer la realidad y relacionarse con ella.
Esta capacidad de dar razón de ser a las cosas es gracias al intelecto que ha desarrollado el hombre por necesidad. Y así, se empieza a gobernar a sí mismo y utiliza todo su entorno para cubrir esas necesidades.
Pero el ser humano no cuenta solo con el intelecto, no solo cuenta con la capacidad de entender, aprender, de razonamiento, sino también tiene la facultad de tener conciencia estética, la facultad de sentir, de generar todo tipo de emociones según se le presenten los distintos fenómenos. No soy un experto en psicología, pero si pudiera asegurar que, en este sentido, no hay arma más poderosa para potencializar esta facultad humana que el deporte, el arte y la cultura.
Decía Aristóteles que la conciencia estética, el sentido estético, no es algo innato, biológico del ser humano, sino que surge histórica y socialmente sobre la base de la actividad práctica material que es el trabajo.
Y en efecto, el ser social es social debido a la necesidad innata de toda sociedad de producir sus medios materiales de subsistencia. Pero además es considerada como una forma particular de conciencia social, a pesar de que el objeto estético existe muy independientemente de la concientización que hace de éste el ser humano.
Es a través del arte y la cultura que podemos conocer que históricamente el hombre ha estado en constante desarrollo gracias a estas dos poderosas armas. Desde la comunidad primitiva, en donde la monotonía de la actividad física, del trabajo por la producción de medios de subsistencia, de forma inconsciente le hace recurrir o buscar formas que amenice su labor y la hagan menos pesada o fastidiosa. De esta forma empieza a crear ritmos, compases que encuentra en la naturaleza misma y que, haciendo uso nuevamente de la abstracción, recrea a su gusto.
Por lo tanto, y gracias a innumerables especialistas que han intentado desentrañar la relación entre el hombre, la naturaleza, la conciencia, el alma, el intelecto, y qué elementos intervienen en la historia de la humanidad para llegar a ser lo que somos actualmente, sabemos que el arte y la cultura son elementos esenciales e inherentes al desarrollo del hombre y de la sociedad.
Ante esta realidad inapelable, el Movimiento Antorchista fomenta el deporte, arte y cultura. Pero no solo ha incentivado su práctica, sino que también ha luchado incansablemente porque el pueblo, las mayorías de cada país que son los trabajadores, obreros, campesinos, amas de casa, tengan acceso a estas indispensables herramientas que, además, casi por derecho de antigüedad, le corresponden.
Pero como sabemos que en México nuestros gobiernos y sus instituciones no respetan el artículo cuatro de la constitución en el cual explícitamente dice lo siguiente: “toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los bienes y servicios que presta el Estado en la materia, así como al ejercicio de sus derechos culturales…”, nuestra organización se ha dado a la tarea de armar al pueblo de conocimiento, de llevar arte y cultura a todos los rincones posibles que sensibilice y cree mejores hombres, el tipo de hombre que tanto necesita nuestra sociedad. Solo así el pueblo trabajador podrá encontrar el camino correcto para su liberación y desarrollo, sólo así nuestra sociedad se transforma realmente.
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