MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Reformas que hunden a México

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Las leyes que se llegan a aprobar en una nación utilizando el poder político de quienes las promueven para que éstas sean votadas por mayoría, mediando amenazas, persecución y demás para obligar a las fuerzas opositoras de un gobierno a su aceptación, de ninguna forma contribuyen al avance y la democracia, se convierten tarde que temprano, en medidas que hunden y llevan al fracaso.

Lo anterior viene a colación para poner un claro ejemplo de las sucias maniobras que utilizó el gobierno de la Cuarta Transformación para que alrededor de 20 Reformas lanzadas por el ex presidente de México Andrés Manuel López Obrador, fuesen aprobadas en las cámaras de diputados y senadores sin quitarles una sola coma, con votos emanados de las “presiones”, muchas de ellas cargadas de amenazas unas, y otras, de cuantioso ofrecimiento económico.

Todo en esas iniciativas refleja un propósito de control, exclusión y concentración del poder en una sola persona

Es decir, se vivió una etapa gangsteril, donde aquellos legisladores que eran necesarios para inclinar la balanza en favor de esa veintena de Reformas, debían enfermarse o echar mano de cualquier pretexto con la finalidad de salir bien librados y no ser encarcelados, después de que por desgracia habían incurrido en ilegalidades de diversa índole y que sus expedientes estaban en manos de las huestes morenistas.

Después de que el Rey de España Felipillo Sexto advirtiera que México se está cayendo a pedazos, habría que revisar entonces que después de las Reformas aprobadas a “chaleco” en el país, esa versión tiene mucho de cierto, porque se trata de iniciativas presidenciales que no buscan el bienestar de los mexicanos, sino engendrar el poder en unas cuantas manos, en lo que se puede llamar una dictadura que muy pronto le habrá de estallar en las manos a la nueva mandataria Claudia Sheinbaum, al mirar destrozada a la nación entera.

De ninguna forma se pretende decir que durante el sexenio de la 4T todo estuvo mal, se debe decir que todo fue peor que antes, que no se estableció un gobierno solidario con la población, que no se combatieron la pobreza, la corrupción, la falta de salud para nuestras familias, el desempleo, y tampoco se avanzó un céntimo para vanagloriarnos de tener una educación de excelencia.

Que contraste tan preocupante se vive en esta hermosa nación: por un lado la inseguridad con guerras en los diferentes estados entre narcos y las fuerzas armadas, con inocentes muertos bajo la lluvia de balas; por el otro, gente inmersa en la miseria, niñas, niños, mujeres y hombres con hambre, sin esperanza alguna en su propia patria, abandonados a su suerte, olvidados por un gobierno populista que miente y amenaza, que confronta a su propio pueblo, que ha llegado a pensar que el dinero que reparte sale de sus bolsillos y que cometiendo una y mil tropelías piensa que hizo bien las cosas como para festejar su anunciada partida.

Porque si el pueblo estaba con AMLO, él no estuvo para sus compatriotas, sólo para sus seguidores donde muchos ricos se enriquecieron más, donde familias pobres empobrecieron más.

Pero regresando a las 20 reformas de AMLO que dejaron al país más daños que beneficios sociales tal como lo plasma el comunicador Martín Morales, una vez aprobadas en el Senado de la República, provocará más daños que beneficios socioeconómicos a millones de mexicanos.

Ahí refiere que mediante un típico “albazo priista”, la mayoría conformada por los partidos Morena, del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM) aprobaron previamente el conjunto de reformas en la Cámara de Diputados; y casi a la medianoche del 8 de septiembre, las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos del Senado revisaron en lo general la reforma judicial con 25 votos a favor y 12 en contra, provenientes de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y Movimiento Ciudadano (MC).

Dieciocho de las 20 iniciativas promovidas por AMLO se aplicarán a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y dos a leyes reglamentarias. Inicialmente fueron presentadas el cinco de febrero de este año, pero como fueron rechazadas o anuladas por la oposición y el Poder Judicial de la Federación (PJF) porque violan la Carta Magna, el presidente las promovió nuevamente con algunos cambios de contenido.

En los cambios fue eliminada definitivamente la repetición de derechos sociales que ya figuran en la Constitución y subrayan el supuesto contenido “popular”; aunque los especialistas en economía las han exhibido como financieramente inviables y como una estrategia para que Morena y sus aliados empresariales acumulen más atribuciones en el Poder Ejecutivo.

Al interior del país, e internacionalmente, sus reformas han sido descritas como una maniobra política para concentrar exageradamente el poder presidencial, con lo que la economía nacional y los derechos civiles de 130 millones de mexicanos estarían expuestos al mayor riesgo.

AMLO revertiría al menos 30 años de avances democráticos logrados con el esfuerzo de opositores políticos, académicos y analistas críticos del oficialismo, que también conformaron instituciones de Estado que ejercen contrapesos al Poder Ejecutivo.

Se consiguió reducir al presidente “todopoderoso”, a quien nadie debía hacerle sombra, que podía designar libremente a su sucesor y hacerlo ganar, escribir en la Constitución o dictar leyes secundarias, incluso asegurar a su partido la continuidad en el mando.

Es evidente que dichos proyectos legislativos esbozan claramente el espíritu que los originó. Todo en esas iniciativas refleja un propósito de control, exclusión y concentración del poder en una sola persona.

“Para el presidente saliente, lo único que es relevante es el monopolio del poder, lo que por definición excluye a todos los demás, incluyendo, por supuesto, a sus propios votantes”.

En contraparte la reforma judicial tiende al debilitamiento del Poder Judicial de la Federación (PJF); la supresión de organismos autónomos otorgará mayor poder a la Presidencia de la República; y la militarización definitiva de la policía aumentará los riesgos de encarcelamiento sin juicios ni sentencias.

“Hacer historia” es uno de los eslóganes de Morena; y AMLO lo usa para desviar la atención sobre los abusos en que ha incurrido desde su arribo a la presidencia en diciembre de 2018 para acumular fuerza e imponer reformas acordes a sus ideas.

Aquí parece demostrado que lo único que persiguió López Obrador fue su afán de venganza, después de que durante años se hizo llamar el presidente auténtico, después de que prometió proteger a sus compatriotas, su poder absoluto será como un boomerang que se le habrá de regresar porque evidentemente le falló a sus gobernados, partiendo de la presidencia con sobrada inseguridad, con un país inmerso en la desgracia, con mayor pobreza y desigualdad.

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