El Servicio Meteorológico Nacional (SMN), fuente oficial del Gobierno de México, acaba de dar a conocer que, del 1 de enero al 11 de abril, se han presentado 2 mil 298 incendios forestales en 28 estados de la república mexicana, afectando una superficie de 96 mil 262.88 hectáreas, lo que ha sido considerado por expertos como una crisis en la propagación de incendios forestales en todo el país, provocando que cientos de brigadistas, así como la población civil se sumen a combatirlos.
En cinco años se quitaron 3 mil 488 mdp a la Conafor, complicando prevención, manejo de plagas y combate de incendios, aunque algunos han querido argumentar que los problemas se deben a la mala planeación de los campesinos.
Las entidades que han tenido mayor superficie afectada, hasta el momento, son: Guerrero, Chiapas, Jalisco, Estado de México, Durango, Puebla, Veracruz, Chihuahua, Yucatán y Oaxaca; de este último, en conferencia de prensa en el palacio de Gobierno del estado, el pasado 15 de abril, Magdalena Coello Castillo, directora general de la Comisión Estatal Forestal (Coesfo), informó que del 1 de enero al 14 de marzo se han presentado 107 incendios, dañando una superficie de 13 mil 364 hectáreas.
En el Gobierno de México, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) es la entidad responsable del combate de incendios, ya que se requiere el personal calificado y las herramientas necesarias para sofocar los siniestros; sin embargo, ante el incremento de estos acontecimientos la reacción de la Conafor ha sido “lenta”.
Esto se refleja en que, a pesar de que las comunidades directamente afectadas solicitan a la brevedad posible el apoyo, éste demora en llegar, generando con ello inconformidad que se ha mostrado en diversas manifestaciones por parte de los comunidades siniestradas, por ejemplo, en el Estado de México:
“Comuneros y ejidatarios han tomado la decisión de bloquear la autopista Toluca-Naucalpan en ambos sentidos como medida de protesta y solicitud de apoyo gubernamental en la lucha contra los incendios forestales que están devastando los bosques de la zona” (Uno TV, 24 de marzo de 2024).
Lo mismo ha ocurrido en Oaxaca, donde: “Unos 300 pobladores del municipio de Santiago Lachiguiri, comunidad zapoteca del Istmo, bloquearon la carretera Panamericana en el punto conocido como El Caracol, distribuidor vial de Tehuantepec, para exigir ayuda en el combate de un incendio forestal” (El Universal, 14 de abril de 2024).
Es decir, el retraso del personal de la Conafor al combate de los siniestros, ha generado diversas consideraciones que conviene analizar para entender lo que ocurre, y más aún que, de acuerdo al SMN la temporada de incendios aún no llega a su punto de mayor auge, ya que la sequía en gran parte del país y las escasas lluvias, facilitan la propagación de las llamas.
De acuerdo con el Diario Oficial de la Federación (DOF), en su publicación del 30 de diciembre de 2023, se muestra que para el ejercicio 2024 la Conafor tendría un presupuesto de 903 millones de pesos para su funcionamiento; sin embargo, dicho presupuesto año con año ha sido menor, acorde a la línea de “austeridad” que el gobierno de la Cuarta Transformación ha seguido, pues según el portal Transparencia Presupuestaria:
“… la Conafor tuvo un presupuesto aprobado de 4 mil 391 millones 393 mil 228 pesos en 2018, año en que inició el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, desde entonces ha recibido diversas disminuciones” (Infobae, 27 de marzo de 2024).
Es decir, en cinco años se quitaron 3 mil 488 millones de pesos a la Conafor, complicando así labores de prevención, manejo de plagas, enfermedades forestales y combate de incendios, aunque algunos funcionarios han querido argumentar que la propagación se debe a la mala planeación de los campesinos para la preparación de sus terrenos de siembra, a través de la roza y quema.
Lo cierto es que la institución encargada del combate a los incendios al no contar con los recursos necesarios no puede hacerles frente de manera pronta y decisiva. Con ello, se confirma que la política de austeridad del Gobierno morenista no sólo ha afectado a la salud, a la economía, a la educación, sino ahora también a los bosques.
Por tanto, urge que los mexicanos nos concienticemos, que reflexionemos sobre la falacia en que la Cuarta Transformación se ha convertido, y que desafortunadamente está llevando a un camino de retroceso a nuestro país, al cual habrá de sacar muy pronto.
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