"¿De qué sirve decir la verdad sobre el fascismo que se condena si no se dice nada contra el capitalismo que lo origina?"
Brecht
Bertolt Brecht tenía 16 años cuando la Primera Guerra Mundial estalló. Una vez que la guerra terminó en 1919, se comenzó a dedicar a su gran pasión, el teatro, actividad que pronto se vio truncada por la llegada de Hitler al poder. En febrero de 1933 emigró a Dinamarca, después a Suecia mientras esperaba un visado para poder exiliarse en Estados Unidos. El 3 de mayo de 1941 por fin consiguió el visado con el que voló de Finlandia a Estados Unidos, donde en todo momento expresó su oposición al nazismo.
Mientras se encontraba en Helsinki esperando su visa, escribió IDer aufhaltsame Aufstieg des Arturo Ui (La resistible ascensión de Arturo Ui), con la colaboración de Margarette Steffin. Esta obra relata el ascenso al poder de Arturo Ui, un mafioso de Chicago de la década de 1930, que mediante la extorsión de la venta de coliflor se hace del control absoluto a través de la eliminación despiadada de toda oposición. El objetivo de esta obra era equipar al grupo de bandidos con los nazis, poniendo a ambos como meros títeres de la burguesía financiera.
“Señores, no estén tan contentos de la derrota, porque aunque el mundo se haya puesto de pie y haya detenido al Bastardo, la Puta que lo parió está caliente de nuevo”, fueron las palabras que el dramaturgo revolucionario alemán pronunciara el 6 de mayo de 1945, haciendo clara alusión a la derrota de Hitler, la cual no tardó tiempo en traerle problemas, ya que en aquella nota Brecht exponía abiertamente su idea de que el fascismo simplemente había sido una causa directa del capitalismo.
Desde el triunfo de la Revolución Rusa se ha gastado mucha tinta y saliva para afirmar que el bolchevismo era la continuidad del marxismo para imponer al mundo el “terror rojo”. Si bien es cierto que Stalin impuso algunas de sus ideas matando incluso a varios camaradas, también es cierto que no era su plan la conquista del mundo entero (Esa fue pura propaganda). La mayor demostración, y que poco a poco el mundo se está dando cuenta, es que fue la URSS de Stalin la que le puso el alto al nazismo un 9 de mayo de 1945. Para mayor información les recomiendo ampliamente el folleto: ¿Quién ganó la Segunda Guerra Mundial? del maestro Aquiles Córdova Morán, editado por Editorial Esténtor.
Después de terminada la Segunda Guerra Mundial el país de las libertades no tardó en demostrar su verdadero rostro, ya que a través del senador republicano, Joseph McCarthy, (1947-57), comenzó una persecución contra los comunistas casi por decreto; el 9 de febrero de 1950 en el club de mujeres republicanas de la ciudad de Wheeling, en Virginia Oeste, advirtió tener una lista de 205 personas, todos miembros del Partido Comunista, según él, que trabajaban dentro del Gobierno.
Bajo la supuesta seguridad nacional (¿les suena?) y la preservación de unos valores determinados aprobaron varias leyes de corte anticomunista que incluyeron intentos directos de ilegalización del Partido Comunista de los Estados Unidos de América. En marzo de 1947 el presidente Harry S. Truman proclamó el “Decreto 9835”, que permitía la investigación de la lealtad de los empleados federales y que afectó a 6.6 millones de personas entre 1947 y 1952.
Como es sabido, fueron varios los intelectuales, los científicos y los artistas que cayeron en la trampa, pues viéndose obligados a exiliarse en “el país de la Libertad” debido a la persecución nazi, no esperaban que caerían en las garras de lo que se perfilaba como algo igual o peor de lo que huían. Esta cacería de brujas tuvo como consecuencia el arresto, el interrogatorio indiscriminado y la violación de los derechos fundamentales de cientos de personas, sin contar algunas ejecuciones, como la del famoso matrimonio de Ethel y Julius Rosenberg, ambos militantes del Partido Comunista y acusados de pasar la fórmula secreta de la bomba atómica a la URSS.
Pues bien, querido lector, es imposible no relacionar esta historia con lo que ha estado pasando en México con la 4T Transformación. Cuando eran oposición, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se rasgaba las vestiduras acusando a la "Mafia del poder" de perseguir, encarcelar y asesinar a sus miembros, su constancia y veracidad en sus señalamientos hacia el régimen, hicieron que se ganaran la simpatía no sólo del pueblo sino de académicos, periodistas, intelectuales, artistas, etc.
Sin embargo, desde el arribo de López Obrador toda crítica a sus errores y horrores se ha vuelto motivo de descalificación. Desde el nieto de Zapata hasta los artistas que más apoyaron a Morena son tratados como conservadores si éstos osan mostrar cualquier pequeña inconformidad con el zar del Palacio Nacional. El ejemplo más fresco es el de Carmen Aristegui (sí, la misma que los amlovers tanto defendían como aliada de las causas populares), quien por publicar un reportaje sobre el programa Sembrando vida, acaba de ser objeto de nulificación por parte de AMLO.
Es en este sentido que el Movimiento Antorchista a través de su Comisión Cultural -al igual que Brecht lo hizo con sus contemporáneos- ha venido denunciando no sólo la omisión asesina del gobierno de López Obrador en el caso de la pandemia, que asciende a más de 200 mil muertos, la pobreza y el desempleo en el que se están sumergiendo cada vez más mexicanos, sino el ascenso del fascismo en México, haciendo un llamado a todos los mexicanos a que se unan en una sola voz, antes de que sea demasiado tarde.
Esta semana se llevará a cabo el 21 Encuentro Nacional de Teatro, evento que se transmitirá los días 3, 4 y 5 de diciembre a las 8 pm a través de la página de Facebook del Movimiento Antorchista Nacional. Aquí podremos apreciar no sólo esta denuncia de Brecht presentada por la Compañía Nacional de Teatro Víctor Puebla, sino otras obras de calidad, por su contenido y presentación, que siguen siendo tan vigentes. Un llamado más a la unidad nacional.
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