Queridos compañeros antorchistas istmeños, la pandemia de covid-19 ha cambiado nuestras actividades cotidianas, los niños y jóvenes no pueden acudir a las escuela, los adultos no podemos trabajar libremente como antes lo hacíamos y nuestras actividades de lucha diaria para mejorar nuestras vidas y comunidades cambió también.
En todo el año 2020 fue complicado para dar la batalla por gestionar las necesidades que año con año veníamos solicitando ante las dependencias gubernamentales, ante la negativa del gobierno de entregar paquetes de alimentos y medicinas durante el confinamiento, no pudimos salir a las calles, a realizar cadenas humanas, marchas, protestas culturales para denunciar masivamente tal negativa, de haberlo hecho, nos hubieran señalado como los culpables y con razón, de ser los causantes de contagios. Para los que encabezamos la organización, preservar la vida de todos fue y será lo más importante, la pandemia nos limitó arrancar por la vía de la lucha, logros para mejorar la vida de todos los desamparados.
Por otro lado, desde que tomó posesión el presidente de la República, se nos acusó a los líderes de enriquecimiento, con recursos en efectivo, que otorgaban los gobiernos anteriores a las personas, que nos quedábamos con una gran parte de ese dinero y solo una mínima parte se lo entregábamos a los necesitados y por eso la consigna fue “que los recursos se van a entregar de manera directa”. Este planteamiento, aunque tenga lógica, es una falacia, una aparente verdad para alejar a ustedes de sus líderes, desaparecer a la organización para que el gobierno haga y deshaga con el país a capricho de un solo hombre, de esa acusación, no dieron una sola prueba y como a ustedes les consta y al pueblo entero de México, Antorcha nunca manejó recursos en efectivo de los programas de gobierno, esos siempre los manejaron los aparatos gubernamentales, nuestra labor siempre ha sido el de la gestoría, según los programas y reglas de operación.
Les narro esto porque la falta de resultados prácticos y esa embestida mediática seguramente puso a dudar a más de un antorchista y concluir que tenía que abandonar las filas de la organización. Para esto es importante recordar ¿por qué nació nuestro movimiento? Por una exigencia de la realidad: la injusticia, el abandono y marginación que viven los pueblos y colonias de México fueron las causas que le dieron origen a Antorcha, no por capricho de alguien, nació como la materialización de la idea de justicia" que tiene por objetivo combatir la injusticia social, que tiene como eje principal, que unos cuantos son los que concentran toda la riqueza social, manejan los medios de comunicación y todo el aparato del Estado, con lo cual, garantizan que funcione la sociedad injustamente, mientras la inmensa mayoría de los habitantes, que producen parte de esa riqueza social, no tienen acceso a lo elemental.
Esta situación de injusticia social, cada vez toma dimensiones más grandes, con la crisis económica, social, que estamos atravesando, las causas que dieron origen a antorcha no solo siguen vigentes, sino han aumentado, por eso, quienes se atreven a decir que el movimiento ya murió porque así lo decretó algún politiquillo, es un error de juicio y se van a esperar muchos años porque eso no va a pasar.
Por el contrario, la realidad está convocando a los pobres a organizarse y conquistar una patria más justa y por eso la vigencia de incrementar nuestros números, que nadie se engañe, los problemas de México se están agudizando y urge reforzar nuestras estructuras para ponernos a la cabeza del pueblo trabajador. Compañero antorchista te invito a que reafirmes tu compromiso con la organización y vayamos a luchar por el objetivo final de nuestra querida organización.
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