MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Chihuahua: ¿salarios justos y calidad de vida?

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La queja proviene de lo más profundo de la clase obrera. El testimonio, en su base, es una denuncia, una denuncia social que, por su contenido y por sus implicaciones, es un grito de alerta para todas las conciencias sensibles. Es también, a fin de cuentas, la justificación y la prueba irrefutable, entre otras muchas pruebas de ello, de que todos los que se encuentran en este país luchando por un cambio de modelo económico, tienen la razón histórica de su parte. Nancy Vázquez Téllez ha trabajado durante toda su vida adulta en la industria maquiladora en Ciudad Juárez, y ella considera esta experiencia como "un martirio", porque ha tenido que sacrificar tiempo, familia, salud y educación, para devengar un sueldo precario que solamente le ha servido para comer sopa, frijoles, arroz y tortillas. Ella dio su testimonio en el foro "Por un Salario Justo y Digno" que organizó el Comité de la Huelga General de Obreras de Maquiladoras de Ciudad Juárez, en el auditorio del Instituto de Ciencias Sociales y Administración (ICSA) de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.

Nancy se pronunció en nombre de las obreras de la maquila, y dijo que "es muy triste y desesperante trabajar mucho tiempo para tan poco dinero, y lo peor aún, el cansancio, el estrés y no tener tiempo suficiente para ponerles atención a mis hijos" (El Heraldo de Chihuahua, 5 de marzo de 2018). "Es muy triste estar cansada para no jugar con los hijos, para disfrutarlos, para cuidarlos y para ayudarles en sus tareas", expresó con evidente tristeza. En momentos se traslucía la indignación de quien se sabe impotente ante las fuerzas sociales que están en juego en el proceso de producción. En éste, ella y sus iguales, los demás miembros de la clase obrera, son engranes de una maquinaria ciega e insensible que se mueve con el único fin de extraer riqueza para sus amos, los dueños de los medios de producción, sin contemplar para nada el beneficio de los productores directos, que son los obreros, y cuyo trabajo aplicado es la fuente de toda la riqueza social. "En estas fechas sufrimos mucho, por lo regular comemos sopas, frijoles, tortillas fritas. Mi esposo trabaja de 4 de la tarde a 1 de la mañana, trabaja nueve horas diarias, en total 45 horas por semana, y yo trabajo de las 6:00 a las 15:30 horas, a la semana trabajo 47 horas", especificó, con una gran agilidad mental. "Me da tanto coraje que los empresarios y dueños de las maquiladoras no valoren el sacrificio de lo que hacemos. Ellos se hacen ricos a costillas de nosotros, y ellos muy felices disfrutando lo mejor con sus hijos, y mis hijos comiendo frijoles y sopas". "¡Ya basta de tantas injusticias!"

¿Cuánto gana un obrero en Ciudad Juárez, Chihuahua? El salario promedio para un operador en una planta maquiladora, es de 3 mil 787 pesos al mes, que es un 19 por ciento más bajo que el promedio nacional. (La fuente es Indeed: indeed.com.mx/salaries, citada en La Crónica de Chihuahua, octubre de 2017.) Indeed, empresa que ayuda a los inversionistas a encontrar empleados y que se dedica a estudiar el mercado laboral y las condiciones de trabajo en diferentes áreas, encontró que la percepción semanal de los empleados del sector maquilador en Juárez es de las más bajas del país. Van en seguida algunos casos a manera de ejemplos: En Lear Corporation, de ocho salarios declarados, la media fue de mil un pesos por semana. En Foxconn, de seis salarios declarados, la media fue de 3 mil 725 pesos al mes, es decir, de 935 pesos con 25 centavos a la semana. En Cordis de Mexico, con cinco salarios declarados, el promedio resultante fue de 5 mil 562 al mes, o sea, mil 390 pesos a la semana. De Lear, con cinco salarios declarados, la media resultó en 3 mil 129 al mes, 782 pesos con 25 centavos a la semana. Para el estudio fueron muestreadas 24 empresas, con un total de 185 trabajadores que mostraron sus comprobantes de pago. El promedio semanal resultante de este ejercicio estadístico, para un obrero u obrera de las maquiladoras, fue de 946 pesos con 45 centavos.

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¿Qué repercusiones sociales tienen estos salarios?

Para empezar, y según datos del Inegi, el 42 por ciento de las personas ocupadas viven en condición de pobreza, pues su nivel de ingreso no alcanza para cubrir la canasta básica de una persona. Por su parte, la analista Lourdes Almada Mireles, en su trabajo "Maquila y pobreza: el salario en Juárez", sostiene que "En la historia de nuestro país, durante muchos años, el trabajo significó la posibilidad de ‘no ser pobre’. Un trabajo digno, con un salario que alcanzaba para cubrir la canasta básica de una familia, permitía asociar el trabajo con un nivel mínimo de bienestar y con la posibilidad de que en una familia se cubrieran las necesidades básicas de alimentación, educación, salud y vivienda. Así se construyó la idea de que Juárez, al ser la ‘ciudad del pleno empleo’, era una ciudad sin pobres...Se nos vendió la idea de que el empleo era suficiente y que deberíamos estar eternamente agradecidos con la generación de los empleos que, gracias a la maquila, hemos tenido en la ciudad". Según la misma analista, una evaluación sobre el valor real del salario, encontró que en México, el nivel salarial más alto se alcanzó en 1976, año a partir del cual se ha mantenido constante la pérdida paulatina de su valor adquisitivo, de manera que un salario mínimo en la actualidad alcanza para cubrir ¡apenas una cuarta parte! de lo que cubría en aquel año lejano.

Y en este escenario, Ciudad Juárez es la demostración de esa realidad en lo tocante a la relación entre pobreza y salario; el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), dio a conocer que, en comparación al primer trimestre del 2017, el estado de Chihuahua incrementó en 2018 en 2.8 puntos el número de ciudadanos a los que ya no les alcanza para comprar la canasta básica, y esto se supo con el análisis de diferentes variables en el índice de Tendencia Laboral de la Pobreza. Así, el estado de Chihuahua pasó del 22.8 al 25.6 por ciento de pobreza entre sus ciudadanos, nada más en un año.

Y tenemos necesariamente que preguntarnos: ¿esto va a seguir así?

Los que tienen el poder en Chihuahua, su burguesía industrial y financiera, los dueños del pueblo, pues, ya le advirtieron a su gobierno del estado, al que ellos consideran que les debe obediencia, que no van a tolerar que los obreros se "rebelen". Y este gobierno, que colocó en una posición clave del poder a una vocera de la alta burguesía juarense, se hizo eco de esa exigencia: La secretaria de Innovación y Desarrollo Económico del Gobierno del Estado, Alejandra de la Vega Arizpe, consideró que si la exigencia de los trabajadores de la industria maquiladora en Juárez llega a una huelga general, las empresas optarán por mover sus plantas a otros estados. "No somos la única alternativa, ni la única opción, las empresas tienen plantas en otros estados y países, y si la presión llega a equis nivel, ellos piensan en cambiar su producción a otros lados, esa es la realidad", advirtió la funcionaria-empresaria, en febrero de este año. Se entiende la amenaza.

Esto significa que si los obreros optan por utilizar los recursos legales que –teórica y formalmente al menos- pone en sus manos la actual legislación laboral, es decir, que si los trabajadores de Juárez deciden algún día rebasar el nivel de sumisión en que los han mantenido y mantienen empresarios y gobierno con la llamada "contención salarial", que en las palabras que se usan en mi pueblo significa que, si seguimos agachados y de espaldas, los perfumados señoritos detentadores de las fábricas van a agarrar sus cosas, van a desmantelar sus cascarones maquiladores y se van a ir a otro estado cuya clase obrera esté más agachada y más sometida que la de aquí. ¿Vale la pena seguir así, comiendo sopas, frijoles y tortillas fritas, y condenando a nuestros hijos a vivir en colonias como la María Martínez, en el oriente, donde ni luz hay, y donde la gente sobrevive en calles de tierra sin servicios y alejada de toda urbanización y ajena a todo desarrollo social? ¿O seguir viviendo en los otros cinturones de miseria del poniente y del sur, como Anapra, Lomas de Poleo, o en los llamados "Kilómetros" en la salida a Casas Grandes, verdaderos ghettos infectos no aptos para la vida humana? A la clase obrera no le queda opción más que dejar el miedo a un lado para convencerse de que ya no puede vivir peor, y de que, en cambio, mediante la lucha organizada, puede lograr que este país cambie y se convierta en una patria que brinde bienestar a sus hijos.

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