Y la sentencia cayó, como muchas otras, certera. El trabajo que hicieron los gobiernos antorchistas en Chimalhuacán e Ixtapaluca, dos importantes municipios del Estado de México, que concluyeron en 2021, fue ejemplar, “que no podrán mejorar, ni siquiera igualar; es más, ni siquiera podrán sostener lo realizado”. Esa fue la fatal sentencia; certera, pero desgraciada. La afirmación sucedió tras el arribo de administraciones morenistas en ambos municipios.
Ya han transcurrido 100 días desde que iniciaron las gestiones morenistas en Ixtapaluca y Chimalhuacán, y ya podemos hablar de una primera evaluación.
Antaño era costumbre, y hasta cuestión de honor, empezar fuerte la gestión municipal y llegar a ese primer periodo de evaluación, de los primeros 100 días, con algo que presumir; entonces, se convocaba a la ciudadanía a ser partícipe del entusiasmo con que se dirigía un municipio.
Salvo un posible error, pero la inmensa mayoría de los municipios, sin importar el color de su gobierno, este año no tuvieron nada que presumir en los primeros 100 días de sus gobiernos, y menos los que están gobernados por políticos emanados del partido Morena.
Si las cosas están así, ¿por qué exigir mejores resultados a los gobiernos morenistas? ¡Ah!, pues porque en su oferta política ofrecieron mejorar la herencia que dejaron los que ellos llaman malos gobiernos, corruptos y conservadores; por eso sus discursos estuvieron cargados de denostaciones y descalificaciones en contra de todo gobierno pasado, sin importar color, incluso en contra de su tutor putativo, el Partido de la Revolución Democrática; agarraron parejo y ofrecieron llevarnos a la prosperidad y abundancia con su política de combate a la corrupción, con la austeridad republicana porque dijeron ser los adalides de la esperanza, palabra que han envilecido para deshonra de Pandora.
Esa palabra esperanza la han llevado y traído los gobiernos amarillos, perredistas, pues es su motor político.
El partido Morena gobierna 28 de los 125 municipios mexiquenses, 52 los gobierna el PRI, pero hay que tener claro que Morena gobierna más población por haber ganado los municipios más poblados de la zona oriente mexiquense; sólo se le escapó el municipio de La Paz.
Hay que tener presente este dato, pues los destinos y vidas de 7.8 millones de mexiquenses (46.3 por ciento) dependen directamente del buen o mal desempeño de los gobiernos morenistas.
La inspiración de este texto la aportó la presidenta municipal de Chimalhuacán, Xóchitl Flores Jiménez, cuando reinauguró la Alberca Olímpica Noé Hernández, una obra majestuosa en honor al extinto medallista olímpico, oriundo de este lugar, construida en el lugar donde entrenaba para hacerse andarín y ganar la gloria mundial.
Ahora, la señora presidenta no tuvo obra que presumir y, por tanto, lo más sencillo fue montarse en una obra de la administración antorchista anterior a ella. Aquí algunos datos para leer objetivamente la mentada reinauguración: la alberca estuvo cerrada los primeros tres meses de la administración morenista; a sea, esas magníficas instalaciones, esa infraestructura construida para que los niños, jóvenes y adultos para practicar el deporte más completo, la natación, estuvivo cerrada durante los tres primeros meses del año.
Entonces, ¿en qué quedamos? ¿No que con Morena las cosas iban a ser mejores? Los hechos hablan por sí solos.
Por el momento es mejor dejar hasta aquí la narración de los no resultados, en territorio chimalhuacano, del partido del presidente de la república más mentiroso, cínico y perverso. Sólo cabe mencionar que la presidenta Xóchitl Flores brilla por su ausencia al frente de su gobierno.
Repasemos el trabajo realizado por el morenista que gobierna Ixtapaluca; ahí las cosas no van mejor: a los adultos mayores ya no les llega su despensa bimensual, el problema del agua se agrava, las albercas construidas por los gobiernos antorchistas están grafiteadas, cambió de nombre al centro donde dos veces al mes los adultos mayores acudían a recibir terapia en una amplia alberca, sesiones de bailes, pintura, computación, cocina, cine con todo y palomitas, una comida de tres tiempos, en grupos de 80 abuelitos; ahora, van a ir en grupos de 30, tienen que llevar su comida y sólo una vez cada medio año. La lista de servicios cancelados es larga, muy larga, con el argumento de que no hay dinero.
Algo muy grave en Ixtapaluca son los muertos; en los primeros tres meses y días que lleva abril, ya suman más de 20 asesinados. El hecho más grave, sin que los demás no lo sean, fue el ocurrido la madrugada del 11 de abril en un antro, donde fueron masacrados 4 ciudadanos y hubo más de una decena de heridos, de los cuales fallecieron tres más. Así las cosas con el gobierno de la esperanza y sus decisiones fuertes bajo las que vivimos los ixtapaluquenses.
El patrón político se repite, tanto en uno como en otro municipio: división de tribus, herencia perredista, envidias y ambiciones políticas malsanas, intereses de grupo y personales, carencia de conocimientos administrativos, designación de funcionarios por compromisos políticos, compadrazgos, favores electorales recibidos o, incluso, familiares.
En qué quedamos, ¿no que todos esos males de los gobiernos conservadores iban a ser erradicados de un plumazo?
Pensar que los ciudadanos votaron por estos resultados de gestión morenista sería fútil y ocioso. Muchos fueron los factores que debieron reunirse para que la única opción para elegir a sus gobernantes fuera la resultante. Cierto es que mucho tuvo que ver la parafernalia mediática de la esperanza, el manejo maniqueo de los programas sociales y la compra descarada de votos por hambre. Hay razones que no se deben dejar de soslayar, como la falta de organización y educación política, tan verdaderas y necesarias, para que el pueblo defienda sus logros, para que las anteponga ante todo contra los falsos redentores y nos permita avanzar a mejores condiciones de vida.
Morena no tiene nada que ofrecer a sus gobernados, menos a una nación tan rica y basta como nuestro querido México; tampoco es la esperanza ni el futuro de los mexicanos.
Chimalhuacán e Ixtapaluca son tan solo un botón de muestra de lo que viven los municipios y estados gobernados por morenistas; son tan solo una probadita de lo que nos espera de seguir inermes ante tales desgobiernos, son un ejemplo de que no hay capacidad para siquiera mantener lo ya avanzado, como sentenció el sabio.
De las entrañas de los trabajadores del campo y de la ciudad, organizados y educados políticamente, indudablemente saldrán los verdaderos dirigentes, mujeres y hombres probos y educados que nos guíen a un mundo mejor. En eso andamos.
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