MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Claudia Sheinbaum y se descarado servilismo con López Obrador

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Es de elemental justicia, entendimiento y obligación de todos los ciudadanos de México, obedecer y ceñirnos, sin excepción, a los lineamientos de la Constitución Política de los estados Unidos Mexicanos.

De las autoridades, ni siquiera hay que preguntar si ellas también están llamadas a respetar nuestra ley superior dado que, por precepto, todos juran ante la patria respetar y hacer respetar las leyes que nos rigen.

Estando tan parejo el suelo, entonces, ¿Por qué los morenistas desde 2018 que tomaron el poder se dedican a violar descaradamente nuestras leyes? La razón es que para ellos lo fundamental es el poder y para conservarlo les vale un comino atentar contra la Constitución, sea de día o de noche, a como dé lugar quieren perpetuarse en el poder.

Carcajadas y sonrisas piadosas es lo que produjeron las palabras de santificación de la jefa de Gobierno, al corrupto régimen que nos gobierna, cuando hace unos cuantos días estalló el escándalo de la Casa Gris de Houston, Texas, que disfrutó con su familia José Ramón, hijo de Andrés Manuel López Obrador, y con lo cual se le cayó todita la máscara de anticorrupción y austeridad que tanto presume de su gobierno y de su persona el propio presidente.

A la tundida de críticas por la vida regalada del hijo, Sheinbaum saltó a la palestra para declarar, ante los medios de comunicación, en defensa de su jefe y de ella misma por ser parte del gobierno obradorista: “Se ha gestado una calumnia permanente durante la administración obradorista. Descalificaciones que provienen de grupos económicos que perdieron privilegios” (Infobae 24 de feb 2022).

Antes, con motivo de la elección de revocación de mandato del presidente que transcurrirá el domingo 10 de abril, el Instituto Nacional Electoral (INE), de acuerdo con la ley electoral vigente, determinó que del cuatro de febrero al 10 de abril está prohibido a los partidos y funcionarios de gobierno hacer campaña pública a favor de algún candidato. El candidato es el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Retadora, la jefa de Gobierno, el 9 de febrero, realizó el encuentro de mujeres por la Cuarta Transformación, que en realidad fue publicidad de gobierno, y de ahí se siguió. El 12 de febrero manifestó su apoyo a la Reforma Eléctrica, que va a encarecer el gas y la electricidad a los hogares mexicanos, promovida por el presidente de la República.

El 13 de febrero, publicó en sus redes sociales la carta de apoyo a Obrador que firmaron gobernadores de Morena, mismo desplegado que el 16 de febrero el INE le ordenó retirar de redes sociales.

Sigue la cuenta; el 18 de febrero Claudia Sheinbaum realizó dos publicaciones en su cuenta de Twitter, en el primero dio a conocer logros de su gobierno en la ciudad, en el segundo, creyéndose muy lista escribió: “Buenas noches, les invito a participar en eso que me prohibieron hablar”.

Del primer mensaje, el INE le ordenó que se abstuviera de realizar o emitir logros y actividades de su gobierno y le recordó que era la segunda vez que difundía propaganda electoral en un periodo prohibido.

Del segundo posteo en Twitter, el INE dio plazo de tres horas para que eliminara de sus redes sociales el mensaje que difundió en apoyo a la consulta de revocación de mandato. (El Financiero del 24 de febrero).

Es indudable que la jefa de Gobierno se lleva las palmas al declararle tanto afecto y ser tan recia defensora de tanto desacierto y escándalo que comete López Obrador en el gobierno, errores y desaciertos que se suman a los propios de ella al frente del Gobierno de la Ciudad de México

La fijación que tiene entre ceja y ceja es que ella debe ser la próxima jefa de la nación. Con este futuro inmediato, su mente se oscurece descarrillándola en el servilismo y la ignominia con tal de conservar la preferencia de quien dirá la última palabra, de quien designará al o a la candidata de

Morena para gobernar a los mexicanos.

Falta tiempo, pero en el gobierno de Morena varios ya se comen las uñas y pelean por ser los señalados del dedo presidencial.

Pedir que primero resuelva algunos de tantos entre muchos problemas de la ciudad es como pedirle peras al olmo. Sheinbaum ya se siente arriba y, como su jefe, actúa en el gobierno de la ciudad como una autócrata, como una dictadora sin atender las quejas y peticiones de sus gobernados.

Los 126 millones de habitantes de este México debemos seguir organizándonos y exigir a los gobiernos locales, en cada uno de los estados de la república, y a los tres poderes de la nación, legislativo, ejecutivo y judicial, solución a nuestras verdaderas demandas que no son solo dinero en programas sociales jaladores de votos. El verdadero problema es la pobreza de las grandes masas en nuestro país, pobreza que crece imparable cada día.

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