La inquebrantable resistencia de habitantes de la colonia Nueva Revolución es de reconocerse, cierto es que, la lucha que emprendieron desde el año 2013 -cuando intentaron despojarlos de sus predios y solicitaron el respaldo del Movimiento Antorchista, que frustró el desalojo- ha sido incesante, ha cobrado una vida, ha tenido altibajos y la indiferencia de las autoridades en turno, sin embargo, siguen firmes en su exigencia de regularizar la colonia y recuperar su tan anhelada tranquilidad.
Los hechos: Con la esperanza de tener un lugar propio donde vivir, los colonos adquirieron en pagos sus lotes entre los años 1999 – 2000 y al darse cuenta que habían sido víctimas de una estafa, Florián Reyes Rafaela se puso al frente de sus vecinos en busca de resolver esta injusticia y posteriormente solicitó el apoyo del Movimiento Antorchista.
En noviembre de 2013, el Movimiento Antorchista frustró el desalojo que encabezó la actuaria del Juzgado Segundo Civil, Niridia Vázquez Hernández, respaldada por elementos de la Policía Preventiva Municipal y la Policía Investigadora Ministerial; primero, se ordenó el desalojo de la vivienda de Florián Reyes Rafaela, de donde sacaron sin ninguna precaución muebles, ropa, aparatos electrodomésticos y todo lo que había, luego se trasladaron a otra casa donde no estaba el propietario, donde nuevamente, de manera prepotente e irónica rompieron chapas y candados para irrumpir y sacar a la calle las escasas pertenencias, ante la incrédula mirada de niños, mujeres, hombres y adultos mayores.
Enseguida se trasladaron a la humilde vivienda de Floriberta Santos Castro, donde los vecinos se colocaron en la puerta y advirtieron que no permitirían ni un desalojo más, iniciando un jaloneo que afortunadamente no pasó a mayores.
“Quieren someternos y no lo vamos a permitir, aquí ya no entran a ninguna casa, no es posible que como siempre la justicia se venda al mejor postor”, protestaron y mostraron con documentos en mano, que compraron sus terrenos en pagos a María Guadalupe Nieto Álvarez en 1999 y que posteriormente, Gilberto Gutiérrez Viguri, uno de los siete hijos de Esperanza Gutiérrez Viguri, quien vendió el terreno en mención a María Guadalupe Nieto, falleció y comienzan los problemas al pretender recuperar el predio.
Esa tarde, los colonos atravesaron una camioneta e instalaron un campamento para vigilar e impedir que en el transcurso de la noche fueran sorprendidos; al lugar llegaron a solidarizarse vecinos de las colonias Plan de Ayala, Mártires Antorchistas, Alborada y Wenceslao Victoria Soto para impedir más desalojos arbitrarios.
Integrantes del Comité Estatal del Movimiento Antorchista informaron que desde principios del 2013 se solicitó al Gobierno del Estado negociar con el supuesto propietario, luego de comprobar que los colonos de la Nueva Revolución habían adquirido sus terrenos y fueron víctimas de una estafa.
…y a partir de ahí comenzó una lucha que parece no tener fin ante la apatía de las autoridades competentes. Han sido víctimas de constantes amenazas de desalojo y de muerte, han realizado marchas, mítines, plantones, cadenas humanas, reuniones con funcionarios estatales y municipales, han recibido compromisos de muchos actores políticos, entre ellos del aún gobernador Héctor Astudillo Flores, quien, al enterarse del caso, desde el inicio de su sexenio se comprometió a resolver el asunto de la regularización de la colonia, lo cual no ha cumplido.
A unos días de que concluya la actual administración estatal, enarbolando banderas de la organización social y con pancartas, los colonos se apostaron nuevamente frente al Palacio de Gobierno para exigir cese a las artimañas y se concrete la regularización de su colonia, la Nueva Revolución, para poner fin a más de 20 años de zozobra y problemas que ya cobraron una vida, la de Florián Reyes Rafaela, muerte que por cierto, continúa impune.
Funcionarios del gobierno estatal exigieron la actualización del Plan Rector de Desarrollo Urbano Municipal, que ya fue autorizado y publicado en el Diario Oficial del Estado, después dijeron que iban a publicar el decreto de expropiación para regularizar la colonia y no lo han hecho, ya se subsanaron las fallas y se cubrieron todos los requisitos, lo único que falta para resolver este asunto, es sensibilidad política para brindar certeza jurídica a colonos de la Nueva Revolución, que siguen firmes en su exigencia.
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