En Chiapas, la vivienda es una asignatura pendiente que sigue sin resolverse, datos oficiales arrojan que las malas políticas empleadas para combatir este problema nos han llevado a ocupar el penoso tercer lugar a nivel nacional, primero en carencia de vivienda propia, y segundo, en condiciones de precariedad de las viviendas. Aunado esto, existen también el hacinamiento en las viviendas, ya que hay hogares habitados por tres o cuatro familias, según datos del mismo Coneval, en donde señala que son más de 200 mil familias de la zona urbana que carecen de vivienda propia. Además, el 42.8% de la población en Chiapas, carece de agua entubada dentro de la vivienda, el 38.7% no cuenta con drenaje conectado a la red pública.
Aunque es peor la condición en las que se encuentran las familias en las zonas rurales, las estadísticas indican que el 96.5% se encuentran en rezago, es decir carecen de una vivienda digna, encontrando miles de casas con techos de cartón y con piso de tierra y el factor principal que condiciona este rezago es la falta de un empleo digno y bien remunerado, ya que el 77% tienen un ingreso mensual menor a 4 mil pesos y el 68.7% no posee un empleo formal.
Así pues, estos datos duros nos obligan a reflexionar en medio de un panorama desastroso en el que solo el Movimiento Antorchista Nacional sigue en pie luchando para que más chiapanecos logren contar con una vida más justa y equitativa, en la que sus familias, vecinos y demás pobladores puedan tener una vivienda digna y un espacio en que puedan estar con seguridad.
Por lo anterior vale mucho el ejemplo de la colonia Unidad Antorchista en Tuxtla Gutiérrez, que en sus inicios de lucha se mantuvieron durante cuatro meses de plantón y que sus dirigentes Alejandro Vázquez Nájera y Tania Zapata Ortega fueron reprimidos con cárcel, hasta hoy se han mantenido firmes en la lucha por lograr un mejor desarrollo social.
Como resultado del trabajo, abnegación y compromiso junto al Movimiento Antorchista Nacional se logró ganar en 2006 dos nuevos asentamientos humanos: colonia Jorge Obispo en Chiapa de Corzo y colonia Unidad Antorchista en Tuxtla Gutiérrez. Y desde ese año se comenzó a ocupar los terrenos. En la unidad Antorchista se entregaron más de 500 terrenos para las familias de escasos recursos y luchando arduamente se han logrado obtener bienes y servicios públicos tales como:
• Energía eléctrica
• Drenaje
• Planta de drenaje
• Pavimentación de calles con empedrado y cemento hidráulico
• Guarniciones y Banquetas
• Oficialización y construcción de escuelas: preescolar, primaria, secundaria y bachillerato que autoriza la SECH en Chiapas
• Construcción de casa de cultura
• Construcción de domo y teatro al aire libre
• Construcción de casa de salud en su primera etapa
• Construcción del campo de futbol
• Alumbrado público (incluyendo a las familias que viven en el cerro)
• 105 techos dignos
• 234 acciones de pisos dignos
• 478 paquetes de mejoramiento de vivienda (cemento, láminas y tinacos)
• 29 cuartos rosas
• Autorización del programa Prospera
• Apoyos para el pago de cortejo fúnebre de diversas familias
• Entrega de despensas
• Entrega de apoyos económicos para la compra de pipas de agua
• Introducción de servicio del transporte público
• Así como apoyos en alimentos durante el confinamiento por la pandemia de la covid-19
Solo por mencionar alguno de sus logros, a sus casi 15 años de fundación, la colonia Unidad Antorchista es un ejemplo de lucha social y aunque hay tareas pendientes que solo se lograran en unidad, quienes se mantienen firmes en esta lucha, tienen claro que aún no es suficiente, pues el enemigo a vencer “la pobreza” sigue existiendo y mientras exista ahí esteremos los Antorchistas para combatirla.
Compañeros refrendemos nuestro compromiso con la lucha del pueblo, lucha continua, pues solo con unión, fraternidad y lucha alcanzaremos a resolver las tareas pendientes para llegar a ese desarrollo al que nos proponemos, y los resultados obtenidos hasta hoy, están a la vista y son palpables.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario