A un paso del culminar el sexenio del gobernador Carlos Joaquín González, la cara de la marginación se manifiesta en las colonias populares del Estado, y de forma más enfática en las colonias irregulares que se ubican en las periferias de las ciudades, donde existen múltiples carencias de servicios básicos de miles de personas que viven también en condiciones de pobreza. Así pues, el mandatario estatal entregará un Estado olvidado las promesas que generó falsas esperanzas.
Cabe resaltar que el aumento de esta brecha de pobreza que vive México se vino a recrudecer con la cuarta ola del covid-19, afectando severamente a la población más vulnerable; es decir, al pueblo pobre, que es el que sufre con mayor intensidad los embates de la enfermedad, la inseguridad, la falta de acceso a la alimentación, la carencia de trabajo y la insuficiencia de los salarios. A todo lo largo y ancho del país, el clima de pobreza es más severo, hasta el grado de llegar a la pobreza extrema, donde las familias solo comen una vez al día, y que a su vez también carecen de los servicios básicos.
Al respecto, es alarmante conocer las cifras de pobreza en Quintana Roo, pues desde el 2020 se venía incrementando esta situación en un 17.3 por ciento, y ese mismo año se pronosticó que subiría 30.20 por ciento, quedando en 47.5 por ciento de pobreza según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social en el último informe del 2020.
En este contexto, cabe resaltar que en Quintana Roo, el municipio más golpeado por la condición de pobreza es Benito Juárez con el 26.8 por ciento de la población, seguido por los municipios de la zona maya José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto y Lázaro Cárdenas.
Es evidente que Carlos Joaquín no ha podido hacer algo al respecto para controlar y disminuir las pésimas condiciones en que habita la mayoría del pueblo quintanarroense, ya que de los 11 municipios ninguno se escapa, y la pandemia del covid-19 solo vino a agudizar esta situación en toda la entidad.
A su vez, la administración estatal no ha logrado controlar la pobreza y mucho menos, combatirla. Las malas políticas económicas, aunado a la raquítica distribución de los recursos públicos, solo trajo consigo más pobreza en la población.
El actuar del Gobierno ha demostrado al pueblo que no está a favor del bienestar de todos y, sobre todo, que invertir en el campo no es prioridad, pues en el actual presupuesto de egresos 2021-2022 se aprobó para los programas de subsidio y proyecto de inversión 4, 807.2 millones de pesos, de los cuales solo se aplicaran de manera directa 882.5 millones, ni siquiera el 20 por ciento del monto presupuestal del Presupuesto de Egresos Estatal para el ejercicio 2022.
Estamos conscientes que la situación de pobreza no es única responsabilidad de esta administración estatal, pero sí podemos constatar que en 6 años no se ha mejorado la condición de vida de los quintanarroenses, existen muchas carencias, tanto en zonas campesinas como en colonias irregulares en todo el estado. El campo muere por falta de inversión y programas de apoyo, y en las colonias se ve marcada la carencia de agua potable, energía eléctrica, certeza legal de la tierra, infraestructura social y educativa, etc.
En estos momentos los quintanarroenses debemos unirnos y organizarnos, para solicitar que se cumplan los compromisos por parte del gobierno, hacerle saber y entender al gobierno que todo el pueblo estamos muy necesitados, despertando con hambre de justicia y cansados de promesas. Va.
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