“Nadie sabe, nadie supo donde quedó el dinero de la Conasupo”, fue una de las consignas que se repetían en 1990, año en que Raúl Salinas de Gortari nombró como director general de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo), la empresa del Estado encargada de garantizar la venta de productos de la canasta básica y de primera necesidad a precios accesibles, a Ignacio Ovalle Fernández, el mismo personaje que ha ocupado puestos públicos desde 1966 en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y actual amigo, muy preciado, por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien desde 2018 a 2022 fue director general de Segalmex.
La Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), fue creada por Andrés Manuel López Obrador, en 2019, para ser heredera de la Conasupo y dependiente de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, cuya misión fue buscar la autosuficiencia alimentaria, distribuir productos básicos a comunidades rurales y contribuir a rescatar el campo. Su finalidad para la que fue creada, era para coordinar la adquisición de productos agroalimentarios a precios de garantía que favorecerían a pequeños y medianos productores nacionales, vender y distribuir fertilizantes, semillas mejoradas y cualquier otro producto que ayudara a elevar la productividad del campo mexicano, promover la industrialización de alimentos básicos, la leche y sus derivados, así como la comercialización de los excedentes de la producción agroalimentaria, dentro y fuera del país.
Pero como muchas, si no todas, sus iniciativas y buenos deseos, no se ha cumplido. Al contrario, a cinco años de su creación y a más de cuatro con polémicas, Segalmex no logró su cometido y al contrario, generó problemas y anomalías por más de nueve mil 500 millones de pesos, de los cuales seis mil millones fueron señalados por la Secretaría de la Función Pública y 3 mil 500 millones por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), 100 denuncias contra la dependencia y 32 carpetas de investigación por delitos denunciados ante la justicia como enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, delincuencia organizada, defraudación fiscal y peculado (apropiación indebida del dinero público por parte de las personas que se encargan de su control o custodia, en beneficio propio o de terceros), según lo dio a conocer el titular de la Secretaría de la Función Pública, Roberto Salcedo en conferencia de prensa.
“El gobierno que nosotros representamos por mandato del pueblo es un Gobierno honesto, y repito, no vamos a ser rehén de nadie y es cero corrupción, cero impunidad”, dijo el mandatario el pasado jueves, pero hasta el momento hay algunos detenidos, menos el ex director de Segalmex, Ignacio Ovalle, gran amigo del presidente y al que ha justificado diciendo que se dejó engañar, que “cometió el error de llamar a participar a gente con malos antecedentes, a corruptos y lo engañan comprando con empresarios corruptos pagando sobreprecios”. Pero luego dice que no quiere que quede ninguna mancha en su gobierno y por lo tanto, no quiere que esto se quede sin ser aclarado”. Es decir, primero lo justifica como si tuviera completa claridad de lo sucedido, pero después dice que todo debe ser aclarado.
Esta no es la primera vez que, sin pruebas y a todas luces, defiende a su partido y a sus amigos que él nombró funcionarios de dependencias, a pesar de que se cuentan con pruebas de que cometieron actos de corrupción. El titular de la Procuraduría Fiscal de la Federación expuso que encontraron algunas dificultades en el proceso de investigación del fraude debido a la falta de documentación.
Pero a pesar de que este acto de corrupción es realmente vergonzoso, más ahora que después de tres años es aceptado por parte del mandatario nacional, es sumamente reprobable ver que mucha gente se vio afectada por la ineficiencia de este órgano. Desde su creación, Segalmex demostró que no tenía rumbo: hubo un manejo autoritario que desencadenó problemas serios de operatividad, pues el programa de abasto funcionaba con poco más de 33 mil tiendas Diconsa, pero la nueva administración eliminó alrededor de 5 mil tiendas; se perdió el dialogo con la Coordinadora Nacional de Consejos Comunitarios, dependencia que representa a las comunidades donde operan las tiendas; cambiaron la canasta de productos básicos, colocando productos que no eran prioritarios en lugares rurales como carnes en conserva, frutas deshidratadas, concentrados de sabores para aguas, entre otros que no se vendían, supliendo productos elementales y que sí consumía la gente como manteca vegetal, harina de trigo, cereales, café soluble, así como alimentos para aves y cerdos, machetes, clavos, limas, alambres de púas.
La coordinadora manifestó, en 2019, desabasto en tiendas rurales, además de que se generaran canastas de productos según las regiones y público a la que eran dirigidos, pero perdieron diálogo, ignoraron a los campesinos con los que no querían tener contacto, centralizaron las decisiones ignorando las propuestas de aquellos que tenían más experiencia y los únicos afectados, como siempre, fueron los obreros, campesinos, estudiantes, amas de casa y todo el pueblo en general.
Lo que vemos en una de tantas dependencias que ya existían pero cuyo nombre cambió como firma y huella de este gobierno, es corrupción y traición al pueblo de México. Mientras la población enfrentó pérdidas de empleos e ingresos económicos, Segalmex ni Morena hicieron nada para cumplir con su función esencial de garantizar el bienestar de los mexicanos y su derecho a la alimentación buena y de calidad; no lograron sus metas de avanzar hacia una autosuficiencia alimentaria del país; dijeron que trabajarían por resarcir los daños de la crisis que provoca el mismo sistema que ellos dijeron habían eliminado del país, pero el costo de las tortillas y la canasta básica en general, aumentó a niveles inalcanzables para el pueblo que tiene muy bajos salarios; incurrieron en lo que prometieron eliminar como la corrupción y, peor aún, se alejaron y engañaron al pueblo.
Eso es Morena fuera de tanto rollo y discurso, seis años desfalcó, engañó, robó, mató, desapareció, dejó en miseria y sin medicamentos a los mexicanos. No hay para donde mirar, pueblo de México, esta es la realidad nos guste o no.
Este es el gobierno que nos mangonea a gustillo y de aquí provienen todos los actuales despilfarradores de dinero que están en gira para seguir mintiendo mientras nos venden la idea desgastada de ser el cambio que el país necesitaba. Los de Morena mienten, pero si se dejan llevar por los cantos de sirena, no solo se quedará la mentira de palabra, lo sufriremos otros seis años más. ¿Eso queremos? Yo creo que no.
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