Hace 50 años, en un municipio de la Mixteca Baja Poblana que se encontraba sumido en la marginación, el pueblo se levantó en la lucha por sus derechos y libertades. Los campesinos venían sufriendo bajo las manos del cacicazgo retrógrado que impedía el desarrollo de sus habitantes.
Los pueblos necesitan atención integral a sus necesidades, y por ello es indispensable su organización, como lo demuestra Tecomatlán con su ejemplo de lucha y transformación.
Así inició el Movimiento Antorchista, con un grupo aproximado de 30 personas en Tecomatlán, Puebla: unos cuantos profesores y el resto, pueblo campesino. Comenzó la organización de los pobres aquí, en este pequeño y soleado pueblo.
En cuanto a infraestructura, sólo existía la Escuela Primaria “Miguel Hidalgo y Costilla”; no había casa de salud ni nada que se le pareciera, no había parques ni espacios para practicar el deporte y de la cultura mejor ni hablar. En esas condiciones vivía y padecía la gente de este lugar.
Algunos habitantes preocupados comenzaron a platicar acerca de la forma de salir de tal situación y lo hicieron organizándose. Al inicio, cuentan los que conocen la historia porque escucharon de cerca las vivencias y además por tener contacto con ese honroso grupo de 30 entre hombres y mujeres, fueron ellos quienes invitaron a más campesinos, estudiantes y algunos profesionistas que llegaron a realizar actividades entre ellos.
Así dieron forma a la primera organización política que se constituyó con el objetivo de detener esa forma de explotación y vida. Surgió entonces la organización de Antorcha Campesina, nombre propuesto por Margarita Morán Véliz junto con el ingeniero Aquiles Córdova a la cabeza.
Campesinos progresistas y algunos profesionistas más, egresados de la Escuela Nacional de Agricultura —actualmente Universidad Autónoma Chapingo—, se dieron a la tarea de hablar con los habitantes de la cabecera municipal y localidades del mismo municipio e iniciaron la labor de convencimiento para que en las próximas elecciones participaran y ganaran la presidencia con un candidato del mismo pueblo.
Y lo lograron, ganando la presidencia en el periodo de 1978 a 1981. Desde esa fecha, los presidentes municipales antorchistas han sido ejemplo para muchos pueblos de la región y del país.
Actualmente, el municipio cuenta con una infraestructura educativa que va desde la educación inicial hasta el nivel superior, con dos centros de este nivel: el Instituto Tecnológico de Tecomatlán y una Escuela Normal Superior. También tiene un hospital integral del sector salud, que es ejemplo de atención no solo para los habitantes del municipio, sino también para los pueblos circunvecinos e incluso para los estados de Oaxaca y Guerrero, con los que colinda.
Además, cuenta con avenidas amplias y bien alumbradas, una casa de cultura conformada para la práctica de las artes y un albergue estudiantil, ejemplo de lo que el pueblo y el estudiantado organizados pueden lograr.
Este albergue ofrece instalaciones adecuadas y, sobre todo, proporciona alimentación y hospedaje a los jóvenes que tienen la necesidad de instalarse para poder realizar sus estudios.
Año con año, el pueblo de Tecomatlán se viste de gala para recibir a miles de visitantes en los primeros meses del año por eventos culturales y deportivos, así como por su tradicional “feria de la unidad entre los pueblos”.
Desde 1985, surge el primer evento en Tecomatlán conocido como “Espartaqueadas”. La Espartaqueada Deportiva de Antorcha surgió a raíz de una manifestación de la organización Antorcha Campesina en la Ciudad de México, donde un grupo de artistas se unió a la lucha de sus compañeros para conseguir recursos para obra pública a través del canto, el baile y la cultura.
Las justas, que se realizan en su modalidad deportiva un año y al siguiente en su modalidad cultural, reúnen a más de 30 mil artistas o deportistas durante ocho días. En cada disciplina no se otorgan premios económicos, sino que se reconoce el triunfo de los participantes mediante medallas y trofeos.
Los pueblos necesitan atención integral a sus necesidades, y por ello es indispensable su organización. Como ejemplo está Tecomatlán, Puebla, “Atenas de la Mixteca y ciudad de bellos arreboles”, el municipio que gobierna en favor del pueblo trabajador y de los que menos tienen, que verdaderamente desea sacarlos del atraso para elevar su calidad de vida y así seguir siendo un próspero modelo a seguir.
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