La transformación educativa que la actual administración morenista está impulsando carece de estrategias a largo plazo y de acciones concretas para ser materializadas en las aulas, esto se evidencia en que no se ha brindado a los maestros capacitación adecuada o el acompañamiento para que atiendan las necesidades actuales de los estudiantes. Esto provoca incertidumbre en las comunidades educativas y pone en riesgo el desarrollo de los estudiantes.
Realizamos un recorrido entre 2012 y 2022 de la política pública educativa para apreciar la prioridad que le asignan las administraciones a educación. Iniciaremos con la implementación de la Reforma Educativa de 2013. En este periodo, se le da importancia a la formación y evaluación del magisterio, esto modificó la relación que existía entre autoridades y sindicatos. Aunado a esto, se le otorgó autonomía al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), para garantizar mecanismos de evaluación educativa, lo que originó oposición por algunos sindicatos, pues consideraron que era una reforma laboral para el magisterio. En 2019 destaca la revisión de la Reforma Educativa de 2013 y se crea la Nueva Escuela Mexicana (NEM), desaparecen al INEE y es creada la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), organismo descentralizado, sin autonomía constitucional y encargada de generar los criterios de evaluación. En los hechos, Mejoredu no cuenta con autonomía ni con la atribución de levantar evaluaciones, aunque es su responsabilidad generar criterios de evaluación y materiales de apoyo para estas.
Por decisión de Andrés Manuel López Obrador se eliminó la prueba estandarizada del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA). Esta prueba medía habilidades de lectura, matemáticas y ciencias, precisamente lo que la NEM está tratando de discontinuar en sus nuevos libros de texto gratuito. A lo largo de los años, la prueba PISA arrojó información sobre la calidad y la equidad de la educación en México y, quizá lo más destacable de esa prueba, es que enfocó la atención pública sobra la urgencia de mejorar las oportunidades educativas en las comunidades más marginadas. Un argumento que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), da para no eliminar esta prueba en algún país, es que no se puede mejorar lo que no se puede medir. De acuerdo con el último informe PISA 2018, México se ubicó en los últimos lugares de la OCDE, al revelar que 45 por ciento de estudiantes tiene deficiencias en lectura, 56 por ciento en matemáticas y 47 por ciento en ciencias.
Con la modificación de la Ley General de Educación (LGE) nace la Nueva Escuela Mexicana (NEM). Especialistas en el tema señalan que no es del todo rechazable que el nuevo modelo ponga mayor énfasis en la dimensión social y que confiera a los docentes mayores resultados y compromisos en la enseñanza, sino que el modelo es operativamente inviable de acuerdo con la realidad del país. Algunos más señalan que este modelo debió ser antecedido por un proceso de formación magisterial, profundo e intenso y que esa carencia no se suple con las guías para maestros, ni mucho menos con los cursos que ofrece la Secretaría de Educación Pública (SEP), ya que en algunas ocasiones son aburridos y en el fondo no transforman la práctica pedagógica. Para que un modelo educativo sea exitoso requiere entre 25 y 30 años para consolidarse, tenemos como ejemplo el caso de China, Singapur, entre otros que hoy en día se han convertido en el gigante educativo de Asia pero en México por el contrario se carece de una política de Estado de largo plazo, lo mismo sucede con el proceso de formación docente.
El factor que empeoró la situación educativa en México y el mundo fue la pandemia por Covid-19, que dio paso al sistema de educación a distancia, esto agravó la problemática preexistente en materia educativa y arrojó mayores pérdidas en el aprendizaje, abandono escolar, salud socioemocional, así como carencia y deterioro de infraestructura educativa. El cierre total de escuelas duró 53 semanas y originó un rezago educativo equivalente a dos años escolares, según datos del Banco Mundial. El recuento total de los daños, a fin de cuentas, no ha sido posible por falta de evaluaciones estandarizadas, comparables y útiles para entender el estado educativo posterior a la pandemia. De acuerdo con estadísticas, en nuestro país murieron un total de 424 mil 509 personas por este virus, casi 100 mil más por esta enfermedad que los 327 mil 261 que la secretaría de Salud (SSa) del gobierno reconoció, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), sin embargo la Organización Mundial de la Salud (OMS), calcula en más del doble de los registros oficiales el número de muertes por malas estrategias que funcionarios de Morena dieron al tratamiento de la pandemia en México.
En 2021, se llevó a cabo la cancelación del Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC), con el argumento mentiroso de destinar los recursos para mejorar la infraestructura de las escuelas. La eliminación de este programa afectó a 3.6 millones de estudiantes y más de 25 mil escuelas en comunidades marginadas beneficiadas con el programa. Cabe señalar que de acuerdo con estudios del Banco Mundial, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), demostraron que el PETC mejoró el desempeño educativo, redujo el abandono escolar, disminuyó la desnutrición en los alumnos más vulnerables y a pesar de esos buenos resultados, López Obrador se empecinó en desaparecer este programa. Posteriormente los objetivos de este programa fueron incorporados dentro de la Escuela es Nuestra (LEEN). Los resultados de LEEN es por todos conocido que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó 573 millones de pesos perdidos en la aplicación de recursos a las escuelas.
2022 estuvo caracterizado por la publicación del nuevo plan de estudios, a la vez que Delfina Gómez, titular en ese entonces, dejaba la dependencia con el fin de perseguir la gubernatura del Estado de México, dejando incertidumbre respecto a su implementación en 2023. Los malos resultados de este nuevo plan de estudios se dejaran ver en poco tiempo y como siempre será en perjuicio de los más pobres y necesitados del país. Este ha sido el desolador panorama educativo que Morena está dejando durante su estancia en el poder, lo único reconocible e indudable es que Morena no sabe gobernar.
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