La crisis derivada de la pandemia por la covid-19 ha generado trastornos en diversos ámbitos del quehacer diario. La educación escolar no está al margen de esta realidad y es una de las causas de los principales cambios en la cotidianeidad de las familias.
Como directora del Instituto de Estudios Superiores “Ignacio Zaragoza” plantel San Pedro, integrante del Movimiento Antorchista, me doy cuenta de que los padres y madres no pueden (ni deben sustituir a los y las docentes) y que los y las profesoras no estaban preparados para un cambio de tal magnitud, pues no se trata solo de cambiar el formato de la clase sino de comprender que la real educación a distancia requiere de modelos pedagógicos propios.
Esta situación ha implicado aumentar el agobio de las familias, de las y los profesores de los y las estudiantes que antes de la pandemia trabajaba para sostener sus estudios, en un contexto de crisis sanitaria mundial, histórica, que en si misma genera un contexto de incertidumbre, aflicción y pesar cotidiano. Y tras el tremendo esfuerzo realizado por todos los actores, las declaraciones del ministro de salud con relación a que el cierre de las escuelas fue un error, es cuando menos una ofensa a las familia y estudiantes que a la vez son trabajadores jóvenes, ya que un cierto porcentaje de ellos perdieron su empleo y algunos de ellos no cuentan con aparatos electrónicos para poder atender sus clases y actividades escolares, pues se han privado de seguir con sus estudios.
Como ya mencionaba anteriormente, soy antorchista y he tenido la oportunidad de participar en actividades en diferentes sectores del nuestro municipio de San Pedro, Coahuila, he observado que personas trabajadoras (padres, hijos, etc.) se tuvieron que quedar en sus casas, en teletrabajo, o bien tuvieron que afrontar consecuencias de la crisis como bajas de sueldo o despidos desde finales de marzo del 2020.
En los primeros meses de la pandemia se observó una salida masiva de personas de la fuerza laboral y la perdida de millones de empleos formales e informales.
La organización antorchista bajo esta situación ha estado al pendiente de las personas más necesitadas y afectadas en esta pandemia, han estado apoyando con recursos que las familias solicitan o bien que por iniciativa se los hacen llegar, me siento orgullosa de formar parte de esta organización y de esta labor con los más humildes.
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