El presidente de la República no cambia su discurso acerca de la causa principal de la pobreza en México. Es la corrupción, afirma permanentemente en cualquier foro en que se presente. Combatiendo la corrupción ahorraremos dinero para apoyar a los que menos tienen dice una y otra vez. En afirmaciones más atrevidas ha dicho que “ya no hay corrupción en el gobierno”, “como el presidente no es corrupto ya no cabe la corrupción en los funcionarios de menor nivel”. Sin embargo, se ha demostrado que la principal causa de la pobreza y la desigualdad se debe a la concentración de la riqueza en unas cuantas manos. Que los directamente productores de la riqueza de nuestro país y del mundo, los trabajadores, no reciben una parte proporcional, equitativa de la riqueza producida y se tienen que conformar con lo que los dueños de los medios de producción tienen a bien cederles para que recuperen sus energías y puedan seguir produciendo más riqueza.
La machacona repetición acerca del papel de la corrupción en la mala situación del país desvía la atención de las clases más pobres e inconformes, y logra que dirijan su mirada a un origen falso de la miseria del pueblo, logrando con ello darle vitalidad al actual modelo económico injusto, precisamente porque el pueblo, único capaz de realizar transformaciones radicales de la sociedad se conforma y asume que con el combate a la corrupción remediará todos sus males. Así, la masa manipulada, embelesada con la política de AMLO, cifra sus esperanzas en el encarcelamiento de los grandes corruptos, sueña con ver a los expresidentes tras las rejas, anhela con atestiguar cómo la “justicia” lopezobradorista les quita las riquezas a los ladrones y reparte esos recursos recuperados entre los más pobres.
Solo un corrupto o alguien que esté mal de la cabeza estaría en desacuerdo con la lucha a fondo contra la corrupción, pero, a estas alturas de la historia, con lo que se sabe acerca del funcionamiento del sistema capitalista, que es el predominante en nuestro país es necesario dejar claro que la lucha contra la corrupción se queda en una de las consecuencias del funcionamiento propio del sistema económico y no ataca la causa que se encuentra en la esencia misma de dicho sistema.
Tan alejado de la realidad está AMLO con su cruzada contra la corrupción que, en sus propias narices, sus familiares, amigos y compadres han sido sorprendidos in fraganti cometiendo actos de corrupción y él ha utilizado a los organismos encargados de sancionar estos actos, pero para exonerarlos. Su enfoque es pernicioso para el pueblo al achacarle a la corrupción ser la causa de todos los males del país, además es incongruente e inconsecuente por no castigar ejemplarmente a los corruptos de su círculo cercano, lo que lo convierte automáticamente en cómplice de dichos actos.
En su repetitivo discurso también ha señalado la cantidad ahorrada en el combate de este flagelo. Veamos. En un mitin en Puebla el día 1° de septiembre de 2019, aseguró que se habían “ahorrado hasta ese momento 500 mil millones de pesos, gracias al combate a la corrupción y al plan de austeridad” (Expansión-Latinoamérica).
El 27 de diciembre de 2019 señaló que “la lucha contra la corrupción le permitió al país ahorrar la cantidad de 230 mil millones de pesos que servirán para financiar la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y el proyecto de desarrollo del Itsmo (El economista, 27 dic 2019). En su segundo informe de gobierno el primero de septiembre de 2020 afirmó “según cálculos oficiales…por hacer un gobierno austero y por el combate a la corrupción hemos podido ahorrar alrededor de 560 mil millones de pesos (El Financiero). El 21 de diciembre del 2020, apenas 3 meses después, en su conferencia mañanera, AMLO calculó cuánto se han ahorrado por el combate a la corrupción: ¡Un billón 500 mil millones de pesos! (Infobae) .
¿Qué es lo que nos permitiría creer en este vaivén de cifras acerca de los recursos obtenidos por el combate a la corrupción? ¿Sólo porque lo afirma AMLO? Y lo más importante ¿En dónde están esos ahorros?
Para la adquisición de vacunas contra la covid-19, México cuenta con 20 mil millones de pesos para la compra de ellas “decidimos destinar todos nuestros ahorros para apoyar a la gente más necesitada” dijo AMLO en Oaxaca (Aristegui noticias, 19 septiembre de 2020); se firma primer acuerdo para anticipar compra de vacunas. El gobierno tiene finanzas sanas que le permiten disponer de 35 mil millones para invertir en 198 millones de dosis, dijo el 13 de octubre de 2020 (AMLO pág. oficial). Ese mismo día aseguró “que parte del dinero que se reintegrará por los fideicomisos (desaparecidos) servirá para pagar las vacunas (Animal Político). El 7 de noviembre afirmó que el costo total de la vacuna es de 1600 millones de dólares que se atenderán con recursos de los fideicomisos (el Financiero).
México ya pagó 6,500 millones de pesos en vacunas, los contratos ascienden a 32 mil millones: Arturo Herrera, titular de la SHCP (el financiero.com.mx 31 de diciembre de 2020) México tiene 4 mil millones de dólares (¡80 mil millones de pesos!) para comprar vacunas afirmó (animalpolitico.com.mx). EL 12 de febrero AMLO volvió a afirmar que “el ahorro del combate a la corrupción se destinará para la compra de vacunas” (La jornada). El 15 de febrero, AMLO afirmó que nuestro país ha comprado ya 140 millones de vacunas “ya se tienen, ya se compró toda la vacuna” dijo en Oaxaca, pero el 14 de marzo le pidió ayuda a Estados Unidos para tener más vacunas y que no falten dosis en el país.
En síntesis, no está claro el origen de los recursos para comprar la vacuna, no se saben cuántas dosis van a comprar, si ya las compraron o apenas lo van a hacer, y de los ahorros por el “exitoso” combate a la corrupción que ascienden ya a un billón y medio de pesos ni sus luces, y pagarán las vacunas con recursos de los fideicomisos desaparecidos.
Tan mal andamos. Urge el remedio definitivo a nuestros males y ese está en la educación política y en la organización del pueblo para cambiar el modelo económico. No hay más.
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