MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Coyomeapan: ¿quién genera la violencia?

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El gobierno de Miguel Barbosa defiende públicamente a los caciques de Coyomeapan, a quienes se les conoce como “Los Celestino”. Ellos han gobernado a ese municipio de la Sierra Negra durante más de 11 años y ahora, debido a que la mayoría de la población se les ha rebelado, no han podido siquiera establecer un gobierno municipal porque los ciudadanos les impiden el ingreso a la cabecera. Los caciques “ganaron” las elecciones de junio pasado con la compra de votos, del Instituto Estatal Electoral (IEE) y la amistad con el barbosismo. Los coyomeapenses, conocedores de todo eso a detalle, instalaron desde junio un plantón en la presidencia municipal y mantienen guardias en todas las entradas para impedir el ingreso de los caciques al municipio.

En Coyomeapan los ánimos se calientan todavía más y es probable que haya una represión violenta contra los opositores de “Los Celestino” para imponer la “justicia” caciquil desde el gobierno del estado. En la última semana, los integrantes de la Unidad por Coyomeapan han denunciado el ingreso de sicarios pagados por el hermano de Araceli, el médico David Celestino. Y los caciques exigen desde la Cámara de Diputados que se les respete su “triunfo” y dicen que todos los males de Coyomeapan son culpa de Antorcha. Nos acusan de golpizas, de detenciones, de amenazas y de hartos crímenes más para convencer a la opinión pública de que es necesario que llegue la Guardia Nacional a someternos en Coyomeapan. Es decir: El pueblo se les rebela. Ellos acusan a los antorchistas. El gobierno somete a los rebeldes. Y ellos instalan su poder en la presidencia durante tres años más. Como en una dictadura, no piden hablar con los rebeldes, ¡claro que no! La consigna es clara: reprímanlos y volvamos a vivir felices en el gobierno.

La calumnia contra Antorcha no es nueva. El viernes 10 de septiembre, ante las calumnias de Miguel Barbosa sobre el mismo asunto, publicamos un desplegado en El Sol de Puebla en el que dijimos: “Como organización social, estamos fuera del conflicto en Coyomeapan. Nuestros dirigentes en la Sierra Negra no tienen contacto con los grupos que representan a los pobladores y no los lideramos”. Eso no impide, también lo dijimos en el desplegado, mostrar nuestra simpatía con ese movimiento. “Antorcha está de acuerdo con los opositores y, solo si ellos lo pidieran, nos sumaríamos con toda nuestra fuerza”, dijimos entonces. La voz de la resistencia, tomada por el portal proceso.com el 15 de diciembre pasado, sostiene: “los pobladores han asegurado que el movimiento no tiene una filiación política y es realmente una lucha social contra el cacicazgo y la corrupción”.

¿Cuáles son los últimos hechos? El 8 de diciembre, el portal e-consulta publicó: “Mediante un punto de acuerdo, el Senado de la República pedirá al gobierno del estado (de Puebla) que realice las acciones pertinentes que logren a conciliación entre las partes del conflicto político en el municipio de Coyomeapan, para que se puedan dar las condiciones de unidad y cohesión social que faciliten la gobernabilidad democrática, a partir de la reposición del proceso electoral para elegir a un gobierno municipal indígena, con base en sus sistemas normativos propios, atendiendo a la libre determinación del pueblo indígena de Coyomeapan. A la Comisión de Derechos Humanos del estado de Puebla para que en el ámbito de sus atribuciones realice las investigaciones correspondientes por posibles violaciones a los derechos humanos de las personas acusadas por los hechos acontecidos en Coyomeapan el pasado mes de septiembre de 2021. Y a la Fiscalía General del estado de Puebla, para que retire los cargos en contra de las personas privadas de su libertad y brindar garantías que permitan esclarecer los hechos acontecidos en Coyomeapan”. Esas personas privadas de su libertad, por órdenes del gobierno estatal, son: Anastasio González Sanjinéz, Eruviel Aguilar Gómez y Basilisa Montaño Gutiérrez. Fueron llamados a inicios de septiembre a una “mesa de diálogo” en la que, tramposamente, los detuvieron.

En Puebla el gobierno se pasa por el arco del triunfo las recomendaciones del Senado, porque entre caciques se entienden. Lo dijo así en septiembre la diputada federal por Ajalpan, Inés Parra Juárez, en una conferencia de prensa: “Barbosa es el mayor cacique de Puebla”. Entre caciques hay unidad.

El lunes 15 de septiembre, gente de la Unidad por Coyomeapan se manifestó en la Ciudad de México para “pedir la intervención del Gobierno federal para encontrar una salida política al conflicto e impedir que el gobierno de Miguel Barbosa, quien apoya a los Celestino Rosas, emprenda una represión contra la población”, nos dice la nota de proceso.com. Y agrega: “La semana pasada, la resistencia también detuvo a un hombre, originario del Estado de México, que llevaba consigo dos granadas y un arma y que confesó que lo habían contratado para lanzar los explosivos en el pueblo”. Y más adelante: “El caso más reciente ocurrió este miércoles, pues los pobladores detuvieron a cuatro hombres que portaban armas largas y que confesaron que David Celestino les había ofrecido el pago de medio millón de pesos a cada uno para que entraran a la localidad y mataran a once líderes del movimiento de resistencia”. Todos, pues, sostenemos que la represión oficial y caciquil está cerca.

Los hermanos Celestino Rosas han gobernado a Coyomeapan por 11 años, bajo el cobijo de gobernadores, aliados y diferentes partidos políticos. David Celestino, originario de Santiago Miahuatlán, llegó antes de 2010 a Coyomeapan. Gracias a las relaciones políticas que hizo, en 2010, arropado por el entonces poderoso PRI, logró la candidatura para la presidencia municipal y ganó; gobernando desde 2011 a 2014. En ese año, lo sucedió su hermana Araceli Celestino, quien ya era apoyada por el nuevo poder estatal, el morenovallismo panista. Araceli gobernó durante 4 años y ocho meses. Y en 2018, regresó David como presidente municipal. Ahora, en las elecciones de 2021, los hermanos pusieron como candidato de la alianza Morena-PT a Rodolfo García López, esposo de Araceli. Una vez que el Instituto Electoral del Estado validó unas elecciones que los pobladores acusan de fraudulentas, la familia de los Celestino gobernaría a Coyomeapan durante 14 años o más, porque se asegura que, en 2024, la candidata volverá a ser Araceli. Pero su poder no termina ahí: la misma Araceli Celestino se ha convertido en un cuadro de Morena y ahora es diputada federal por Tehuacán.

Estos nexos y su compadrazgo con el poder estatal han dejado a un lado las denuncias por crímenes que, de acuerdo con la población, han cometido.

            En las elecciones federales del 7 de junio de 2015, cuando el ahora prófugo de la justicia Nacho Salvador era candidato a diputado federal y competía contra la antorchista Edith Villa Trujillo, seis jóvenes antorchistas fueron secuestrados y torturados en Coyomeapan por órdenes de la policía municipal. Uno de ellos dijo: “Nos golpearon casi durante dos horas en las cuales nos daban descansos de 10 minutos. Todos los que nos torturaron iban encapuchados”. El comandante Quintana nos aseguró que la presidenta Araceli Celestino era la que había dado la orden para que los detuvieran y los golpearan. “Nos dijo que, si no decíamos lo que ellos querían, nos iba a cargar la chingada, que esas eran las órdenes de su jefa”. Gracias a la presión social en la capital del estado y a la denuncia en los medios de comunicación, los jóvenes fueron liberados. La denuncia quedó registrada en la carpeta de investigación con número 1312/2015/TEHUA. ¿Qué pasó con la denuncia? Nada. Se quedó en los papeles olvidados de la justicia.

            El 26 de junio de 2018, Diario Cambio publicó: “Alcaldesa de Coyomeapan ocultó al comandante que asesinó a su esposa”. En ella, se narra que: “La presidenta municipal Araceli Celestino Rosas encubrió al comandante de la Policía Municipal, Nicolás N, quien asesinó a su esposa de dos disparos. El hombre fue ocultado en las cabañas propiedad de la familia de la alcaldesa, (…) el detenido fungía oficialmente como comandante de la policía, pero en los hechos era escolta de David Celestino Rosas, hermano de la presidenta municipal, y candidato a la presidencia municipal de Por Puebla al Frente, por lo que era empleado del municipio”. En una nota de municipiospuebla.mx, del mismo día, se dice: “Cómo es posible que un comandante, asesino, prepotente, golpeador, no reciba el castigo de la ley, aun cuando en la necropsia la compañera, tienen varios golpes no de ese día sino de días anteriores y cómo es posible que haya pasado su examen de control y confianza, es una burla, tenemos asesinos que resguardan a la comunidad”, concluyó.”

            Unos días antes, el 22 de junio de 2018, “Jesús Saldaña Soto, candidato a la presidencia municipal de Coyomeapan por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) pidió una orden de protección a la Secretaría General de Gobierno, ante las amenazas constantes y de muerte que ha recibido de su adversario panista, el exalcalde David Celestino Rosas. (…) En un video que recibió este medio (municipiospuebla.mx), se escucha a un hombre armando y alcoholizado braveando: “Chucho Saldaña, se lo va a cargar su puta madre –momento en el que apunta a la cámara-; esta se la va a comer hijo de su puta madre…Chucho Saldaña es mi cuñado, pero se lo va a cargar su puta madre.” El hombre junto con otros que aparecen en el video está en lo que aparenta ser una cantina. Y, algunos de ellos han sido identificados como guaruras del ex priista y ahora candidato a la alcaldía de la coalición Por Puebla al Frente –PAN, PRD, MC–, quien es hermano de la alcaldesa en funciones, Araceli Celestino, que arribó a través de las siglas del PRI y del PVEM. Desde 2010 la familia Celestino Rosas gobierna y controla Coyomeapan, municipio con alto grado de marginación enclavado en la Sierra Negra de la entidad poblana”.

            Estos son algunos ejemplos de cómo usan el poder en Coyomeapan los hermanos Celestino Rosas y por qué, pese a la defensa de ellos que hace el gobernador Miguel Barbosa, la población busca todas las formas legales y democráticas para sacarlos del poder. Los poblanos deben conocer esta historia y apoyar a los ciudadanos humildes que solo buscan una cosa: vivir sin el temor de que una bota caciquil los aniquile. Por todo eso, Antorcha dice: para erradicar la pobreza de muchas comunidades campesinas, también se deben terminar los cacicazgos que la alimentan.

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