MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Crisis migratoria: intransigencia presidencial

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De acuerdo con la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), México registra en 2021 un nuevo récord de solicitudes de refugio para migrantes, 108,195 peticiones de asilo. Como resultado del acuerdo entre México y Estados Unidos (EE.UU), el titular del Poder Ejecutivo (AMLO) ha mantenido a miles de elementos de la Guardia Nacional fungiendo como patrulla fronteriza para detener el paso de migrantes hacia el norte, por supuesto que esto no ha sido un acto de mera solidaridad hacia el gigante norteamericano, por el contrario, los actos de violencia desatados contra los migrantes en México  han mancillado al país  y lo seguirán haciendo mientras el presidente Obrador obtenga a cambio  el encarcelamiento de funcionarios de sexenios pasados bajo el yugo americano y ello le permita seguir predicando su combate a la corrupción, mientras EE. UU. se ahorra millones en políticas migratorias teniendo a México como apaga fuegos e invierte aún más en derrocar a sus enemigos políticos como China y Rusia.

Los ataques deshumanizantes contra los migrantes son cada vez más letales, tal es el caso del pasado 31 de octubre cuando elementos de la Guardia Nacional abrieron fuego contra 13 migrantes entre los cuales se encontraban dos  de origen cubano y cuya vida les fue arrebatada en el municipio de Pijijiapan; Chiapas, hecho que desató la indignación y la manifestación de activistas defensores de los derechos humanos, acusando al Instituto Nacional de Migración de desatar una ola de violencia en contra de los migrantes. Ante la situación el presidente de la república condenó el doble crimen y como era de esperarse abordar el tema bajo pura diplomacia. Está claro que la crisis migratoria ha venido a reforzar la ineficiencia de los elementos de seguridad fundados por el propio presidente. Como el del pasado 21 de septiembre donde policías fronterizos a caballo golpeaban a latigazos a los migrantes haitianos, no son más que el equivalente a una deshumanización del sistema político en el que estamos sumergidos y una prueba más de que seguimos siendo el país que le hace los mandados al país vecino sin importar que ello demerite nuestro nombre. Recordemos que el pasado 8 de octubre, ambos países sostuvieron el llamado acuerdo Bicentenario “para la Seguridad, Salud Pública y Comunidades Seguras” donde según los altos funcionarios declaran que se abordarán temas de seguridad nacional que les competen, tales como el tráfico de armas y el crimen organizado, dentro de las razones expuestas para desarrollar este nuevo pacto se encuentra el impulso para brindarles mayores condiciones educativas y sociales a los jóvenes quienes tienden a ser los más involucrados en estos delitos. Nos queda claro la formalidad de este nuevo pacto que no es tema a discutir, sino la razón escondida bajo toda esta diplomacia, ¿es acaso que México le está otorgando a EE. UU.  la capacidad de tomar decisiones respecto a la militarización del país para desmantelar los cárteles? Recordemos que el presidente se ha destacado por tratar con “tolerancia” a los cárteles, como cuando dejo libre en Sinaloa al hijo de Joaquín Guzmán o cuando se tomó la molestia de saludar de mano a la madre del mismo narcotraficante bajando de su camioneta ¿está AMLO buscando aliados que puedan remediar su fracasada política de abrazos no balazos? Cual sea la razón, el destino de los mexicanos y los migrantes está escrito ya, una política brutal que permita el sometimiento de todas las naciones del sur.

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