En el año 2021, en el estado de Oaxaca, aumentaron en 5 mil los pobres y otros 280 mil ciudadanos comenzaron a padecer por lo menos una carencia social; también, al recortar 1500 millones de pesos al estado, los servicios de salud recibieron ingresos 41.4 por ciento menores; pasan hambre 477 mil niños y 58 mil no van a la escuela; la inflación es del 9.8 por ciento, mientras en el país es de 7.45 por ciento y, en lo que va de mayo, el kilo de aguacate pasó de 45 pesos a 100 el kilo, el de pollo de 55 a 85, de la cebolla de 6 a 10, del limón de 20 a 25, por mencionar algunos productos; además, en lo que va del 2022, la trata de personas aumentó 500 por ciento y es el segundo lugar nacional con más de 40 feminicidios.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) retiró el subsidio a las unidades de riego afectando a 107 mil agricultores; el sector de la construcción decreció 10 por ciento y, la obra pública será asignada solo a grandes consorcios nacionales; hay un reacomodo en el manejo del reciclaje, haciendo a un lado a miles de trabajadores; el combate al comercio ambulante fue solo un reacomodo de grupos políticos ligados al ayuntamiento capitalino.
Es pues, en este contexto, en el que la dirigencia estatal del Movimiento Antorchista no se quedó con los brazos cruzados y desde 2 semanas anteriores, comenzó a reactivar la actividad de lucha y propaganda a través de perifoneos, entrevistas en radiodifusoras y medios locales, difusión de volantes, videos ciudadanos y actividades en redes sociales denunciando que es delicado el entorno social que se está gestando en Oaxaca, por tal razón, el próximo 19 de mayo, 5 mil antorchistas marcharán del mercado zonal Santa Rosa hasta al palacio de gobierno para exigir solución a demandas genuinas de miles de oaxaqueños.
Era el 18 de mayo de 2022, y desde que las manecillas del reloj marcaban las 7 de la tarde, en las redes sociales comenzaba a circular que cientos de campesinos comenzaban a salir, algunos caminando, otros atravesando ríos en lanchas de sus pueblos a algún punto de reunión donde los recogerían camionetas, autobuses u urbans para partir a la capital oaxaqueña y estar presentes en la marcha de 5 mil almas que desde que se comenzó a anunciar su realización en las redes sociales, en la opinión pública y sobre todo, entre la gente del gobierno del estado.
La duda sobre si el antorchismo lograría su cometido, tras 2 años sin realizar una manifestación de tal magnitud, agregado a que, desde el 2018 el presidente Andrés Manuel López Obrador desafió al Movimiento Antorchista con desaparecerlo; a pesar de esas amenazas, los antorchistas realizaron su manifestación sin tos ni son.
Ya era 19 de mayo, es decir, había llegado el día esperado, ese día en el que se comprobaría si Antorcha seguía encendida o no, lo cierto es que el reloj marcaba las 5 en punto y, tras recibir una llamada no esperada, de mi hermana, confirmándome la asistencia de los antorchistas de Donají y de la representación de istmeños, de donde soy orgullosamente originaria, el alma comenzó a reconfortarse, pero la alegría aumentó cuando, al salir a recibir a mi familia, comencé a ver no sólo a mis familiares de sangre, sino también a aquellos que, como dijo la poeta Gioconda Belli, “nos unen los lazos de fraternidad, que no pueden ver ni los traficantes de la muerte”.
En uno de los puntos de reunión, en la capital, comenzaba a ver a istmeños, costeños, cuenqueños, todos, reunidos con la entereza firme de luchar por cambiar este país y entidad que día con día sangra por el aumento de violencia, crisis económica, de salud, educativo, etcétera.
Así, nos dirigimos al mercado zonal de Santa Rosa y ahí fue sorprendente ver como continuaban llegando autobuses cargados de almas enérgicas y alegres de volver a reunirse para luchar contra los gobernantes sordos, ese recuerdo era una de las frases que muchos campesinos, estudiantes, artistas, referían.
Eran las 10 de la mañana y entonces comenzaron a formarse por contingentes, a la cabeza iba el Comité Estatal de Antorcha cobijado por grupos y asociaciones amigos, como el colegio de arquitectas DAMAHR, la CMIC, trabajadores de la salud afiliados al SITSS e integrantes de la CONIMER. Posteriormente, iban los niños, jóvenes y adultos que integran los grupos culturales de Antorcha y que, sin duda, dieron un rostro distinto a la manifestación de Antorcha en comparación con otras que, lejos de fomentar el arte aumentan su radicalización; de ahí, iban formados los médicos, aquellos que sólo Antorcha defendió cuando la 4T los despidió; y de ahí los antorchistas primero los mixtecos, despúes los de Valles Centrales, Sierra Sur, Costa, Istmo, Cuenca y Cañada. Pues bien, los que conocen la capital oaxaqueña, decíamos que los contingentes se comenzaron a formar en el mercado zonal de Santa Rosa y casi se llegaba a las oficinas del PRI y apenas se terminaba de formar la marcha, es decir, a esa altura, ya se podía visualizar que el antorchismo oaxaqueño sí cumplió y que Antorcha sigue más encendida que, cuando López Obrador dijo los que desaparecería.
En fin, la marcha sólo fue un ejemplo claro de que el pueblo organizado en Antorcha está decidido a cambiar la situación de México que ha sido manoseado por diversos partidos políticos que como no han sido emanados del pueblo trabajador, ojo, digo trabajador no sólo humilde, porque actualmente la 4T no sólo golpea a los que menos tiene, si no a médicos, sector de la construcción, productores del campo, entre otros. Y que, por lo tanto, urge la unidad de los mexicanos para crear esa fuerza social que termine de una vez por todas con la falsedad de la 4T siendo una oposición verdadera.
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