MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Cuánto valen nuestros datos?

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Cuando accedemos a cualquier dispositivo que se pueda conectar a internet, estamos expuestos a que nuestros datos sean capturados, analizados y procesados por cientos o miles de corporaciones, que están dispuestas a vender todo acerca de nosotros al mejor postor.

Uno de los ejemplos más claros está en Meta, gigante de las redes sociales que tiene entre sus filas a las plataformas más grandes del mundo (Facebook, Instagram, WhatsApp) y que tan sólo en 2023 generó ganancias por 39,098 millones de dólares (mdd).

“Meta también registró un aumento en su facturación anual del 16%, hasta 134,902 mdd, mientras que sus costos (88 mil 151 mdd) se mantuvieron muy similares a los de 2022 (…) Los usuarios diarios de Facebook en diciembre aumentaron 6 % con respecto al año pasado, hasta una media de 2 mil 110 millones, mientras que los mensuales crecieron 3 %, hasta 3 mil 70 millones. Ambas cifras superaron ligeramente las expectativas de los analistas” (Forbes, 1 de febrero de 2024).

Esta cantidad inmensa de dinero garantiza que las plataformas puedan sostenerse (empleados, oficinas, etcétera), pagar a su CEO, Mark Zuckerberg, alrededor de 700 millones de dólares por año (lo que lo ha convertido en la tercera persona más rica del mundo) y pagar con una insignificante parte de eso a los creadores de contenido que garantizan que la plataforma tenga algo que la gente pueda seguir viendo.

Cualquier despistado podría preguntarse en un primer momento de dónde viene todo ese dinero si ni Facebook ni ninguna red social cobra por su uso; todas son “gratuitas” para el usuario promedio. Viendo a detalle, su principal fuente de ingreso, según la estadística dada por Statista.com (Ingresos anuales de Facebook de 2009 a 2023, por segmento), más del 97 % es “ingreso por publicidad”.

Es precisamente aquí donde Meta y las demás redes sociales tienen la ventaja frente a los demás medios de comunicación tradicionales, ya que la publicidad hecha a través de estas está potenciada con nuestros datos (comportamiento, hábitos, gustos, ideología y demás) que la hace casi imperceptible y la convierte en un arma de convencimiento más eficiente que cualquiera.

Esto no sería posible sin nuestros datos, por lo que, en esencia, lo que Meta y las demás plataformas venden es precisamente el uso, la visualización, la administración y la renta de nuestros datos, que son tan valiosos al punto de hacer multimillonarios a los dueños de estas empresas, mientras ellos nos dan a cambio contenido generado por creadores a los que se les paga una ínfima parte (a veces nada) de todas las ganancias producidas. Un negocio redondo.

Esto ha motivado a las compañías tecnológicas a convertirse en las herramientas de recolección de datos más grandes de toda la historia de la humanidad. Ya que entre más datos tengan, mejores cartas de presentación tendrán ante cualquier multinacional que requiera de servicios de publicidad, o, en el peor de los casos, a cualquier gobierno (especialmente el de Estados Unidos) que requiera implantar ideas dentro de su población; han visto en las redes una herramienta superpoderosa para garantizar sus intereses. 

No es por nada que el periodista y activista británico Julian Assange llamó a Facebook la más terrible máquina de espionaje jamás inventada: “Ahora en los países donde el nivel de penetración en Internet es el más alto, como en Islandia: más del 80 % de la población está en Facebook informando sobre sus amigos. Esta información no se queda en Islandia, regresa a Estados Unidos, donde los servicios de inteligencia tendrán acceso y accederán a esta información, y donde se entregará a los amigos de la inteligencia estadounidense. Cientos de cartas de seguridad nacional cada día, que son hechas públicas por el Gobierno de EE.UU.” (RT, 30 de noviembre de 2012).

También ha hecho que los métodos de recolección de datos sean cada vez más eficientes y estén cada vez más perfeccionados. Hasta apenas un par de años vemos el surgimiento de la “Inteligencia artificial”, la cual se ha lanzado al público con una careta de herramienta para facilitar el trabajo y estudio de la población; pero lo que no se dice es que los miles o millones que las usan a diario están dando información y aprendizaje gratuito a esta herramienta.

“En un comunicado, Meta informó este fin de semana que a partir del 26 de junio podrá utilizar el contenido compartido en sus redes -como publicaciones o fotos con descripciones- para desarrollar su IA generativa” (Forbes, 28 de mayo de 2024).

Esta recolección de datos no solamente abarca a los usuarios de estas redes, ya que también podrá analizar contenido de gente que sea mencionada o fotografiada aunque esta no esté registrada.

Este negocio abusivo de las compañías tecnológicas debe parar, y solamente parará si los usuarios, los millones que día a día se les roba con el único afán de mantenerlos sometidos, son conscientes de la fuerza que representan y que sin ellos, las redes sociales no serían posibles. Millones que deben tener presentes los peligros de estas plataformas y también sus ventajas, que pueden usarse para un verdadero beneficio.

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