MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Cuántos mexicanos han sido deportados?

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Hoy quiero referirme a un tema que preocupa a miles de familias mexicanas, pues ya están cumpliéndose las amenazas del presidente Donald Trump de expulsar de Estados Unidos a los migrantes indocumentados que viven y trabajan en ese país, ensañándose particularmente contra los mexicanos.

Con las deportaciones masivas y la amenaza de aranceles, Trump busca someter al gobierno mexicano, mientras este minimiza la crisis y evade asumir una defensa real de los paisanos

Durante toda su campaña electoral, Trump amenazó varias veces con realizar la “mayor deportación de migrantes en la historia de Estados Unidos” y, tan pronto asumió la presidencia, firmó diversos decretos para cumplir estas amenazas, aun cuando, a la larga, dicha medida termine afectando a la propia economía estadounidense, que se encuentra sumida en una crisis.

Hasta el momento, se desconoce el número total de migrantes deportados desde el 20 de enero de 2025, cuando Trump asumió el poder; sin embargo, la oficina de prensa de la Casa Blanca ha informado diariamente de redadas para arrestar a cientos de migrantes en grandes ciudades como Chicago, Nueva York y Denver. No obstante, no todos los arrestados son deportados inmediatamente a sus lugares de origen.

Por ejemplo, el lunes 27 de enero, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) reportó el arresto de 1 mil 179 personas, de las cuales únicamente 670 tenían antecedentes penales. Ese lunes fue el día con más detenciones hasta el momento.

Además, el martes 28 de enero, el ICE anunció que dio a sus agentes la orden de arrestar entre 1 mil 200 y 1 mil 500 migrantes diarios y que cada semana elegirán tres grandes ciudades para llevar a cabo estas redadas.

Por otra parte, el lunes 27 de enero, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció en su “Mañanera del Pueblo” que, entre el 20 y el 26 de enero, nuestro país había recibido a 4 mil 94 migrantes deportados, de los cuales dijo que “la inmensa mayoría fueron mexicanos”, aunque no precisó la cifra.

Este miércoles 29 de enero, el presidente Donald Trump, desde una rueda de prensa, anunció que firmó un decreto para que los migrantes acusados de cometer robos y otros delitos no violentos sean deportados a sus países de origen antes de ser condenados por alguna autoridad judicial, mientras que los condenados por delitos graves serán enviados a la base militar de Guantánamo, Cuba, en donde se habilitarán hasta 30 mil espacios para los presos.

Todo este ambiente tiene sumamente preocupados tanto a millones de migrantes indocumentados que viven en Estados Unidos como a sus familiares en México, generando inestabilidad emocional y psicológica.

Me he informado de lo que, hasta el momento, está sucediendo en algunos municipios, pueblos y colonias de Veracruz y, aunque por ahora no se habla de una llegada masiva de gente expulsada de Estados Unidos, sí hay mucho temor, pues con la deportación de los migrantes, miles de familias perderán su fuente de ingresos.

La gente comenta que ha recibido llamadas de sus familiares en Estados Unidos y les han dicho que se vive un clima represivo contra los migrantes, pues se ha incrementado la presencia de agentes de migración en las calles, a la salida de los centros de trabajo, en el transporte público y hasta en los supermercados.

Algunos, alarmados, comentan que han recibido llamadas del Servicio de Inmigración para notificarles que los tienen identificados y que es mejor que regresen por su cuenta a territorio mexicano.

Además, la agresiva retórica verbal del presidente Trump y de los funcionarios de su gobierno contra los migrantes, culpándolos de los problemas que enfrenta Estados Unidos, está generando un clima de linchamiento social en su contra, tal como ocurrió en Alemania con los judíos durante el gobierno de Hitler, lo que podría desembocar en terribles consecuencias para nuestros paisanos.

Por esta razón, muchos migrantes mexicanos están optando por regresar a México por su cuenta antes de que los arresten, los traten como criminales, sufran maltrato en los centros de detención y sean regresados sin sus pertenencias.

Las cifras de quienes están regresando por su cuenta tampoco se han difundido, pero en varios pueblos y colonias se está dando este fenómeno.

Seguramente, Donald Trump no cumplirá su promesa de expulsar de Estados Unidos a todos los migrantes indocumentados, pues, según cifras de su propio gobierno, son más de 11 millones de personas.

El actual jefe del Sistema de Inmigración, Tom Homan, conocido como el “zar de la frontera”, declaró recientemente a un medio estadounidense que, para lograr esta meta, el gobierno de Estados Unidos requiere más de 86 mil millones de dólares para contratar una mayor cantidad de personal, así como para costear los traslados de los deportados; mientras que, al ritmo actual de arrestos diarios, les tomaría 28 años lograrlo.

Además, el trabajo de los migrantes indocumentados es vital para la economía de Estados Unidos, que necesita de esta mano de obra para producir mercancías en las plantaciones agrícolas, en las fábricas, en el sector servicios y en otras ramas económicas que actualmente funcionan casi enteramente con trabajadores indocumentados.

Pero esto no significa que Donald Trump no vaya a continuar con la agresiva política de deportaciones emprendida desde el 20 de enero, pues está decidido a expulsar a una cantidad muy grande de inmigrantes, cuando menos a decenas de miles, aunque esto afecte a la propia economía de Estados Unidos.

Sus acciones no responden a una lógica económica, sino a una lógica geopolítica de dominación sobre los gobiernos y pueblos de América Latina.

Con las deportaciones masivas de migrantes, la amenaza de aranceles y la declaración de los cárteles como organizaciones terroristas, Donald Trump pretende someter al gobierno mexicano a sus intereses políticos y económicos, y estas medidas de coacción le son sumamente eficaces.

Así pues, el destino de millones de paisanos que tuvieron que huir de México por la falta de empleos, por la violencia y por la marginación social está pendiendo de un hilo.

Todos los mexicanos bien nacidos debemos solidarizarnos con ellos y sus familias, pues el gobierno mexicano, en los hechos, está aceptando las condiciones impuestas por Estados Unidos, sin asumir una defensa real de los paisanos. De ahí las declaraciones desde las “mañaneras” llamando a la calma y minimizando el problema.

Hasta el momento, el gobierno mexicano ha salido con la puntada de prometer entregar tarjetas de 2 mil pesos mensuales para todos los que sean deportados, cantidad totalmente insuficiente para sostener a los migrantes y sus familias. Es, pues, una salida falsa y demagógica.

Como escribió recientemente el doctor en economía Abel Pérez Zamorano en la revista Buzos:

“En el fondo, la soberanía se defiende construyendo una economía competitiva. ¿Por qué emigran los mexicanos? Porque aquí no hay empleos suficientes, dignos, permanentes y bien remunerados. Porque el nivel de ingreso de la mayoría de los mexicanos es muy bajo.

Y mientras no tengamos una economía próspera, competitiva, con base tecnológica propia, seguiremos siendo un país atrasado, dependiente de las remesas, rehén de Estados Unidos en inversión y exportaciones, maquilador y vendedor de mano de obra barata”.

Y por ningún lado se ve que el gobierno de México esté pensando en construir esta economía pujante y competitiva que se necesita para salir del atraso y el subdesarrollo. Por el contrario, desaparecieron los fideicomisos para la ciencia y la tecnología, no se está instrumentando un sistema educativo para elevar la preparación académica de los mexicanos y tampoco se está alentando la inversión interna. 

Para defender la soberanía nacional, se necesita independencia económica, y nuestro país no es autosuficiente ni siquiera en la producción de sus alimentos, mucho menos en los bienes de capital.

 

 

 

 

 

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