¿Qué se necesita para que las autoridades de Guerrero atiendan de manera real e integral el dengue, la crisis de salud que persiste y sigue cobrando vidas?
Los habitantes del estado de Guerrero no pueden más con la desatención o, en su caso, con las pocas medidas paliativas. Necesitan de manera urgente una estrategia integral de salud pública que ataque el dengue, enfermedad que sigue causando muertes en gran parte del territorio, ante el desinterés de las autoridades de los niveles federal, estatal y municipal.
El incremento exacerbado del dengue debido a la falta de atención oportuna del sector salud está convirtiendo la enfermedad en una epidemia que se agrava con el paso de los días, representando una de las amenazas más persistentes para la salud pública del país y de Guerrero, estado que sigue siendo epicentro de la problemática.
El incremento exacerbado del dengue debido a la falta de atención oportuna del sector salud está convirtiendo la enfermedad en una epidemia que se agrava con el paso de los días.
Según cifras de la Secretaría de Salud Estatal, en lo que va del año se han registrado doce defunciones y 4 mil 403 casos sospechosos de dengue, cifra que no corresponde a la alarmante realidad. En lugar de atender, las actuales autoridades minimizan y pretenden ocultar el problema, que se está saliendo de control.
Las alertas a la ciudadanía para que tome medidas preventivas son pocas, y la fumigación y reparto de abate en los hogares son insuficientes para frenar el agresivo y mortal padecimiento.
Según datos oficiales, el municipio de Acapulco, tristemente conocido por la violencia y la desigualdad social, ahora lidera a nivel estatal los casos de dengue, con más de 2 mil pacientes confirmados, más los que se quedan en casa y utilizan remedios caseros para mitigar los síntomas.
Ciertamente, el reciente paso del huracán Otis exacerbó la situación, como señala la titular de la Secretaría de Salud en Guerrero, Aidé Ibarez Castro, al explicar que la apertura masiva de servicios médicos tras el desastre llevó a la detección de numerosos casos.
Sin embargo, culpar exclusivamente al desastre natural del aumento de casos de dengue es evadir la responsabilidad, porque en realidad, el dengue es una enfermedad prevenible.
Entonces, el aumento de casos en Guerrero no sólo es resultado del clima, del desastre natural o de la geografía tropical, sino de la falta efectiva y sostenida de una estrategia de salud pública por parte de las autoridades, incluida la Secretaría de Salud, que han basado su estrategia en negar la realidad.
Queda claro que las pocas medidas implementadas hasta el momento, como la fumigación y abatización, son tardías, reactivas y no preventivas, pues se realizan cuando el dengue ya está matando gente.
Es necesario que las autoridades tomen en serio este problema y realicen acciones reales que se complementen con un sistema de salud que pueda responder a tiempo, antes de que los brotes se conviertan en epidemias, que requieran mayor demanda de hospitalizaciones y más recursos para su atención, recursos que el Gobierno federal ha limitado argumentando austeridad.
A pesar de los esfuerzos de la Secretaría de Salud Estatal, queda claro que las acciones no son suficientes para controlar esta crisis evitable. Urge un enfoque más proactivo que incluya la inspección, el control de criaderos de mosquitos, la distribución de mosquiteros y la capacitación continua del personal de la dependencia para que Guerrero deje de ser noticia por su vulnerabilidad al dengue y se convierta en ejemplo de cómo enfrentar y erradicar eficazmente la enfermedad.
Una vez más, el llamado a las autoridades es a diseñar estrategias de prevención intensiva que se sostengan más allá de lo coyuntural, con el fin de frenar una posible epidemia de dengue hemorrágico, que tiene todas las condiciones de surgir en el corto o mediano plazo.
Su impacto en la demanda de hospitalización y mortalidad podría convertir la atención del dengue en una emergencia epidemiológica de primer orden. Al tiempo.
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