MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Dengue en Colima, una enfermedad con causas sociales

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La Organización Mundial de la Salud define el dengue como una enfermedad viral aguda que puede afectar a personas de cualquier edad, especialmente niños y adultos mayores, causada por un virus transmitido a través de la picadura de mosquitos infectados (Aedes aegypti).

Los síntomas varían entre una fiebre leve a una fiebre incapacitante, acompañado de dolor intenso de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolor en músculos y articulaciones, y eritema. La enfermedad puede progresar a formas graves, caracterizada principalmente por choque, dificultad respiratoria y/o daño grave de órganos.

Los grupos más susceptibles a desarrollar complicaciones por el contagio son los niños pequeños y adultos mayores, especialmente aquellos que viven en zonas vulnerables con ambientes que facilitan la cría del mosquito transmisor.

Ante dicha información, pareciera que el dengue es una enfermedad que le puede dar a cualquiera que un mosquito infectado le pique, pero no es así, hay factores importantes como la pobreza y la vulnerabilidad que permite que el virus se propague más rápidamente. Veamos.

El postal web scidev.net menciona lo siguiente: “El estatus socioeconómico y la humedad del ambiente son algunos de los factores más determinantes para predecir casos de dengue severo en México, de acuerdo con un estudio publicado en la revista científica Ecological Informatics.

Cuando se incrementaba la pobreza en el modelo que diseñaron para el estudio la tasa de dengue severo aumentaba en 19.1 por ciento. Por su parte, la humedad estaba asociada a incrementos de hasta 1.7 por ciento para la manifestación más grave de la enfermedad. […]

Además de la pobreza y la humedad abundante, la baja altitud también es predictiva de una mayor cantidad de casos de dengue severo. Algunas zonas costeras del país que cumplen con estas características fueron identificadas como puntos críticos”.

La Secretaría de Salud del Gobierno del Estado de Colima informó que, en la última semana de agosto, se registró un aumento de casos de dengue en la entidad, al pasar de 97 a 110 (la cifra más alta en una semana, este año) y un incremento de la tasa de incidencia de 11.82 a 13.40 por cada cien mil habitantes.

De acuerdo con el último reporte del Sistema Especial de Vigilancia Epidemiológica de Dengue, de la Dirección General de Epidemiología, al corte del 4 de septiembre el estado de Colima se ubica en el décimo tercer sitio a escala nacional en el número de casos con 110 y cero defunciones.

Por municipios, se observa un aumento en Colima al pasar de 12 a 20 casos en esta semana epidemiológica 35, que se reporta para ubicarse en segundo sitio. Manzanillo sigue en primero, ahora con 61 casos, y Armería cae al tercero con ocho casos.

A nivel nacional, la cifra aumentó a 14 mil 972 casos y 30 fallecimientos; en la semana previa se habían confirmado 13 mil 25 casos y 13 decesos.

Colima está atravesando por un aumento de dengue en diversos municipios, y son precisamente los municipios más pobres del Estado, es cierto que el mosquito no sabe de clase sociales, pero son en su mayoría los pobres lo más afectados por esta enfermedad.

Son a los pobres a los que siempre les toca cargar con lo peor, y no solo con el dengue, si no con otras enfermedades similares o peores, como el Covid-19, en el que murieron millones de personas y millones de ellas fueron de las clases más desprotegidas y vulnerables.

Por eso digo que el dengue es además de una enfermedad viral, es una enfermedad social, provocada por la pobreza y la miseria de la gente, miseria que se desprende en muchos casos de las pocas oportunidades que brinda nuestro país para salir adelante, además de los incrementos abismales de la canasta básica, que ya ni oportunidad tienen las familias de alimentarse bien. Y ya ni pensar en una atención médica digna, o mantenerse incapacitado por tantos días, pues para miles de familias en México, o trabajas o no comes en esos días.

Por eso urge hoy más que nunca, organizarse y luchar para poder exigir a nuestros gobiernos un reparto más equitativo de la riqueza que se produce, que esa si la producen todos los obreros y trabajadores del país. Que se invierta en educación, salud, en vivienda y obra e infraestructura pública, sólo así podemos avanzar un poco para mejorar las condiciones de vida de todos los mexicanos.

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