Uno de los derechos humanos en México es el Derecho a la Vivienda, la declaración al respecto reza que: “Toda persona tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”. Este derecho se complementa con el Derecho al Agua y Saneamiento: “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y fácil de obtener”. La Constitución mexicana en su artículo 4º garantiza el derecho a la vivienda, en el párrafo siete, que a la letra dice “toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo (publicado en el DOF 7 febrero de 1983)”, en el párrafo 6º reza “toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos…”. Así mismo, la Ley de Vivienda en su artículo 2, establece: se considerará vivienda digna y decorosa la que cumpla con las disposiciones jurídicas aplicables en materia de asentamientos humanos y construcción, habitabilidad, salubridad, que cuente con los servicios básicos y brinde a sus ocupantes seguridad jurídica en cuanto a su propiedad o legitima posesión, y contemple criterios para la prevención de desastres y protección física de sus ocupantes ante los elementos naturales potencialmente agresivos.
Los mexicanos entonces, tenemos derecho a contar con una vivienda, que cuente con los servicios básicos como luz, agua y saneamiento. Pero, en muchas regiones del país, en la región de los altos de Chiapas, por ejemplo, estos derechos humanos y estas garantías que otorga la constitución a todo mexicano están muy lejos de cumplirse; datos oficiales de las Zonas de Atención Prioritaria ZAP 2015, tres municipios de la región dicen que estamos lejos cubrirse estas garantías. En Santiago El Pinar, de 702 viviendas que hay en el municipio, el 94.9% (650), presentaban carencias, el 40% estaban construidas con materiales endebles o eran insuficientes los espacios para los ocupantes, en ellas habitaba el 48.2% de la población del municipio; en Larraizar: de 4 mil 508 viviendas, el 38.4% de ellas estaban construidas con materiales no apropiados y el 78.8% presentaban carencias por servicios, en las viviendas con carencias habitaba el 77.3% de la población; y, en San Cristóbal de Las Casas: había 51 mil 377 viviendas, de ellas, el 22.7% presentaban carencias de servicios, en ellas vivía el 25.5% de la población del municipio y el 14.3 de las viviendas estaban hechas de materiales no apropiados. Las principales carencias que presentan son falta de espacios (su consecuencia es el hacinamiento), no pueden cocinar con gas (presentan fogón de leña o carbón), piso de tierra, disposición inadecuada de la basura y falta de drenaje. Es decir que, aunque lo garantiza la ley, las autoridades que han ocupado el poder no han podido garantizar este derecho humano y constitucional, ni siquiera en este gobierno en el que se pregona como el gobierno de “primero los pobres”, en el informe 2020 del CONEVAL, con respecto a Chiapas, 1 millón 117 mil personas tenían carencia por calidad y espacios en la vivienda y la carencia de servicios, que tuvo un aumento de 3.05 a 3.12 millones de 2018 a 2020, alcanzando a este mismo número de afectados.
El planteamiento del Movimiento Antorchista Nacional desde el año 2014, año del 40 aniversario, ha venido planteando que para que en México haya un verdadero cambio en las condiciones económicas, sociales y de vida de las clases populares, se necesita una mejor distribución de la riqueza nacional. para que los derechos y las garantías que establece la constitución se traduzcan en acciones concretas que vallan resolviendo las carencias en concreto. Para ello se proponen cuatro aspectos fundamentales que tendría que poner en marcha un gobierno progresista que sí tome en cuenta a los pobres, no como lo ha venido haciendo la 4a T, en donde se pregona la atención a los pobres, pero las carencias del pueblo siguen tan graves o más que antes, porque no se está combatiendo la pobreza, sino la “corrupción”. Los aspectos del planteamiento son cuatro: primero, empleo para todos; segundo, incremento de los salarios para que pueda cubrir las necesidades del trabajador y sus dependientes económicos. Es claro que si en las viviendas se cocina con leña y no con gas LP es por los contos que representa la compra de estufas de gas y el combustible que no está al alcance de quien no tiene trabajo, los pisos de tierra o la ampliación de una o dos recamaras para una familia de gente sin trabajo o trabajador informal no entran en sus alcances económicos, al disponer de empleo y un ingreso suficiente el propio trabajador contribuye a resolver el problema. Tercero, reorientación del gasto público hacia las clases populares, con ello el gobierno puede disponer de mayores recursos para construcción o mejoramiento de vivienda social y dotar de servicios las colonias y localidades de los municipios, y con ello, garantizar que toda vivienda cuente con drenaje, agua entubada y recolección de basura que son las principales carencias por las que no es una realidad el derecho a la vivienda. Finalmente, el cuarto punto, recaudación fiscal progresiva, que garantice al gobierno los recursos necesarios para implementar los otros tres puntos, pero esa recaudación tiene que ser equitativa de acuerdo con los ingresos de cada quien para que no se cargue sobre los pobres y permita a los grandes potentados amasar fortunas que poco o nada tributan.
Los antorchitas, a lo largo y ancho del país, hemos seguido hablándole a la gente de la necesidad de que en México se instaure un nuevo modelo económico político y social que tome encuentra a todos los sectores sociales, atendiendo atingentemente cada uno de los problemas del país y apara ello hemos seguido la fórmula de toda la vida del antorchismo, organizar y educar al pueblo, esta tarea la seguimos cumpliendo como la gota en la roca que un día la llegará a perforarla, solo entonces los mexicanos veremos hecho realidad el derecho a la vivienda.
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