A paso lento parece que el mundo y el país van recuperándose de la sacudida por el covid-19, aunque se siguen contagiando las personas, pero parece ser que la peligrosidad de dicha enfermedad ha venido a la baja -por lo menos en los vacunados-, después de dos años de contagios y muertes masivas.
A dos años de miles de muertos (315 mil), de millones de desempleados y del aumento de la violencia, la situación para los mexicanos continúa mal y en la incertidumbre. De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el primer trimestre de 2020 había un millón 976 mil desempleados, mientras que, para el cuarto trimestre de 2021, el número aumentó a dos millones 150.6 mil personas sin trabajo.
El desempleo a nivel nacional va en aumento. Millones de mexicanos sufren por no contar con un empleo para mantener a su familia, pero también sufren los que sí tienen un trabajo pues laboran muchas horas, pero reciben raquíticos salarios, además de que no cuentan con prestaciones ni con acceso a la seguridad social.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), indican que las personas que percibieron entre 1 y 2 salarios mínimos, con jornadas laborales mayores a 48 horas a la semana y sin acceso a alguna institución de salud, alcanzaron niveles estratosféricos en el cuarto trimestre del 2021.
En el último trimestre de 2021, el número de personas que ganan entre 1 y 2 salarios mínimos, el segundo nivel más bajo de ingresos en México, reportó 19 millones 940,225, una cifra no vista en los registros del Inegi y que representó un incremento de 2 millones 504,165 personas más en comparación con el último trimestre de 2019, previo a la pandemia.
De acuerdo con el economista en jefe del banco Ve por Más, Alejandro Saldaña, los efectos del desempleo no quedaron solo en menores ingresos, sino que también incrementó el número de horas que laboran y el número de personas sin acceso a seguridad social.
Además, advirtió, que este deterioro, más la inflación, puede tener un impacto en las cifras de pobreza en el país, lo que quiere decir que la brecha de desigualdad en México continuará aumentando. En el año 2020 el Coneval contabilizó a 55.7 millones de personas en situación de pobreza.
A esto hay que agregar que muchos profesionales dejaron sus trabajos para dedicarse a ser: choferes, taqueros, vendedores ambulantes, etc., a fin de aumentar su ingreso para así solventar a su familia.
No obstante, el presidente López Obrador no se preocupa por la estabilidad económica del país y de sus gobernados y, por el contrario, se enfrenta descaradamente a los inversionistas, denigra e insulta la inversión privada porque a decir de él: “odia la inversión privada”, pero por debajo de la masa les besa la mano a los “buenos” empresarios, aquellos que le sirven a su 4T, como al hombre más rico de México: Carlos Slim.
Mientras los mexicanos sigan tolerando y aguantando presidentes como López Obrador, seguirán sumidos en la carencia; mientras los mexicanos no salgan de su ignorancia y atraso seguirán pensando que AMLO es el mesías que estaban esperando, mientras que este lo único que continuará haciendo es hablar y hablar, sin lograr una verdadera acción en beneficio del pueblo pobre al que juró apoyar.
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