De “irrealmente desigual” es como el diario El País califica a las extremas condiciones de pobreza y riqueza que existen en México. Los barrios pobres tienen el nivel educativo que México tenía hace 10 años, mientras la clase alta tiene el que tendrá en 123 años. El contacto entre los polos sociales más pobres y ricos es de menos del 10%, lo que hace que las realidades opuestas de los mexicanos sean prácticamente irreconocibles.
El diario español El País analizó 45.000 vecindarios para identificar dónde se encuentran las desigualdades más agudas de México. Los resultados son una radiografía del abismo social en uno de los países más desiguales del mundo.
“Las diferencias en algunas de estas zonas de desigualdad extrema son tan abismales que parecen un transporte en el tiempo. Los vecindarios pobres tienen el nivel educativo que México tenía hace 10 años. Los de clase alta el que tendrá en 123 años. Caminar unas cuadras es como viajar entre continentes enteros. Como transitar de las tasas de acceso a internet de Holanda, en los vecindarios ricos, a las de Haití en los pobres. De un lado de la calle las computadoras per cápita que tiene Francia. Del otro, las de Guatemala”, refiere el diario.
Solo en dos países del mundo, el 1% más rico de la población concentra más ingresos que en México. Estos países son Mozambique y la República Centro Africana. Aunque México es uno de los países más desiguales del mundo, las personas rara vez experimentan esta desigualdad.
Ramón Leucona, profesor de la Universidad de Anáhuac de Ciudad de México, relata que algunas escuelas de alto poder adquisitivo realizan excursiones a áreas pobres para que los estudiantes “se acerquen a gentes muy diferentes de las que ellos están acostumbrados”.
Los ricos no saben cómo viven los pobres porque no los conocen. La clase alta mexicana habita en un territorio estimado de 1.467 kilómetros cuadrados que representa apenas el 0.07% del territorio nacional. La mayor parte de ese territorio esta bardeado. Desde ahí, controlan el 47% de la riqueza del país. El miedo de los más ricos se ha vuelto un negocio multimillonario. El gasto en seguridad privada en el país es de 1.7 puntos del PIB, siete veces más que el gasto en seguridad pública federal.
Las barreras de concreto son también vendas en los ojos de las clases pobres. Según un estudio realizado por Raymundo Campos-Vázquez y Alice Krozer, profesores del Colegio de México: el mexicano promedio estima que el ingreso promedio de los ricos es de 38.000 pesos mensuales (unos 1.900 dólares). La realidad es que los hogares ricos ganan 37 veces más que eso.
Otra razón del porqué la extrema pobreza y la extrema riqueza de los mexicanos son tan irreconocibles entre sí se debe al escaso espacio de convivencia entre ellas. El 93% de los vecindarios mexicanos se encuentran a lado de vecindarios que se parecen mucho a ellos. Si el ingreso de tu hogar es de 223.000 pesos mexicanos al mes (unos 11.500 dólares), será muy difícil que tengas vecinos que ganen menos de 25.000 pesos (unos 1.300 dólares). En cambio, si el ingreso de tu hogar es de 3.000 pesos (150 dólares), será difícil que tus vecinos ganen más de 9.000 (450 dólares). Y si nos enfocamos solo en los vecindarios ricos, nos daremos cuenta de que solo el 1% de ellos se encuentra a lado de un vecindario que es pobre: esto representa el 0.02% del territorio nacional.
Los lugares en México donde la desigualdad sí se observa son extremadamente escasos, encontrarlos es como buscar una aguja en un pajar. Los espacios que ocupan los dueños de México representan menos del uno por ciento, parecería ser un mito que en México existan personas tan absurdamente ricas, pero la situación es tan real que todos sabemos que el séptimo hombre más rico del mundo proviene de nuestro país. Hace unos días escuchaba de palabras de un analista que prácticamente todos los mexicanos estamos más cerca de ser un vagabundo que de siquiera rasguñar la riqueza de Carlos Slim, lo peor al parecer es que los mexicanos no logramos ni dimensionar el extremo grado de desigualdad en que nos encontramos, una primera tarea transformar nuestro país y hacerlo un lugar más justo debe ser hacerles claro y evidente esto a todos los mexicanos, aunque pareciera que les hablemos de irrealidades.
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