“Desde el primer momento de la existencia de la sociedad humana el hombre cantó, creó música y poesía; el hombre danzó y bailó”.
ACM
Una de las disciplinas con las que el hombre expresa su capacidad creadora y transformadora de sí mismo y de su entorno es la danza. Cuando el hombre asimila de manera honda la danza se despiertan en su interior aspiraciones para cambiar y desarrollar las condiciones injustas en que vive.
Los individuos cultivados en las bellas artes atraviesan un momento histórico crítico, pues la pandemia provocada por la covid-19 ha limitado sus actividades y el gobierno no ha sido capaz de desarrollar iniciativas significativas para atenuar los efectos de la crisis. En contrapeso, miles de artistas alrededor del mundo se han sumado a campañas para promover el arte a través de plataformas digitales con el propósito de sensibilizar, crear conciencia y brindar un mensaje de esperanza. El brutal escenario va despejándose poco a poco y el arte reanima el panorama social.
La danza nace de lo profundo del ser humano. A decir de la antropóloga y bailarina Amparo Sevilla, constituye una de las principales formas mediante las cuales el ser humano traduce simbólicamente el mundo que le rodea. A través del arte se alza la voz para evidenciar que la crisis social no llegó con la pandemia, sino que es un hecho innegable que existía y que la calamidad actual solo comprueba que no existen condiciones de igualdad para todos.
Una conmemoración importante y esperanzadora en este contexto es la del Día Internacional de la Danza, que este año tiene un propósito alentador y de lucha. Desde 1982, por decisión del Comité Internacional de Danza del Instituto Internacional del Teatro de la UNESCO, todos los 29 de abril se celebra el día Internacional de la danza. Para celebrar la danza se eligió este día por ser natalicio de Jean-Georges Noverre, innovador y estudioso francés de este arte, considerado el creador del ballet moderno. Esta celebración pretende fomentar la educación de la danza y crear conciencia de su importancia para la sociedad, pues a través de su diversidad podemos romper barreras culturales y étnicas y atizar el respeto y tolerancia humana.
En México la danza es una de las principales expresiones de la cultura y el arte, y a lo largo de su historia ha sido utilizada como medio de expresión cultural, patriótica, política, religiosa y académica. Dentro de la evolución del arte danzario mexicano podemos encontrar tres vertientes principales: religiosa, recreativa y de espectáculo. A pesar de que muchos estudiosos de la danza difieren en sus ideas, desde bailarines profesionales hasta danzantes tradicionales están hermanados por este noble arte usando los movimientos y expresiones del cuerpo, gestos de las manos y la cara para comunicarse con la humanidad y con lo eterno.
Es indispensable cultivar el arte y la cultura entre el pueblo, sobre todo en este momento tan crítico. La danza se convierte en un eficaz acicate para la sociedad, es por ello que se necesita artistas que a través de su danza eduquen, sensibilicen y resanen el espíritu humano en estos momentos difíciles.
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