El hambre, la falta de dinero, el pago de servicios, la renta, son unos de tantos problemas que viven y tienen día a día millones de mexicanos pobres, por lo que estas fechas de "celebración" pasan a segundo plano y sin nada que celebrar.
En México hay 3.8 millones de nuevos pobres y aumentan 15 millones sin acceso a salud, de acuerdo a datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
La realidad respalda estos datos que no se quedan en el papel y se ven a simple vista, cuando mujeres, hombres, niños, piden en los cruceros una ayuda para poder mantenerse, sobre vivir, un día más, en la sociedad podrida que le tocó vivir y que sí puede cambiar.
En Yucatán, cuando visitas Mérida, aparentemente no se ve la pobreza, pero no se ve justamente porque se oculta, como si al hacerlo, ésta terminará. No señores porque por más que queramos tapar el sol con un dedo, el sol va a estar sobre nosotros.
La pobreza en Mérida o en general todo el Estado, es evidente cuando se visita las periferias, donde existen asentamientos irregulares en los que las familias yucatecas han tenido que improvisar sus hogares ante el escaso apoyo gubernamental. Calles con escombro, así como sin luz, agua o lo elemental para vivir.
En este sentido, familias pobres organizadas en Antorcha en Yucatán, se han sumado a la exigencia de solicitar al Gobierno que encabeza Mauricio Vila Dosal, que atienda sus principales necesidades que le fueron planteadas desde el inicio de su administración y que a tres años Gobierno, poco o nada se ha hecho para solucionar sus demandas.
Múltiples manifestaciones han hecho y hasta el momento no han recibido apoyo aquellas familias que posiblemente no podrán, por sus recursos, celebrar estas fechas.
Ante estas evidentes carencias y necesidades, es necesario que el pueblo se organice y lucha para cambiar su situación, y sobre todo para quitar a este tipo de Gobierno que no ven por sus gobernados, pero sí se andan en nueva campaña rumbo a la presidencia de México que será hasta 2024. Vale.
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