La salud de al menos 250 familias de los predios conocidos como El Porvenir y Buena Suerte se encuentra comprometida por las aguas negras que han invadido sus viviendas debido a las inundaciones provocadas por el colapso del drenaje, consecuencia de la falta de mantenimiento de las autoridades de gobierno a esta labor fundamental, así como a las lluvias torrenciales atípicas que se han presentado, afectando a estas familias, habitantes de casitas de lámina con techos de cartón con agujeros, que en nada los protegen.
Esta es una situación desesperante para las familias de muy escasos recursos económicos que habitan estos predios, ya que han perdido todas sus pertenencias, desde enseres domésticos hasta muebles y ropa, que quedaron bajo las aguas pestilentes.
¿Es este el trato que se merecen los más necesitados de nuestra patria, esos a quienes la 4T dirigió sus mensajes para atraer sus simpatías, prometiéndoles mejores condiciones?
Ante esta lamentable situación, los afectados, de la mano del Movimiento Antorchista, se han dado a la tarea de gestionar apoyo para que el gobierno central envíe un vactor para hacer la limpieza del lugar, pero la respuesta ha sido nula. Aunado a esto, los vecinos, organizados, han intentado sacar el agua con botes, escobas y cubetas.
Sin embargo, esto sucede siempre en época de lluvias; es un círculo vicioso que afecta a los más pobres. Ante esto, pregunto: ¿Es este el trato que se merecen los más necesitados de nuestra patria, esos a quienes la 4T dirigió sus mensajes para atraer sus simpatías, prometiéndoles mejores condiciones una vez que arribara al poder?
La 4T endulzó sus oídos con su frase de “primero los pobres”. ¿Dónde está, en la capital del país, la ciudad innovadora y de derechos, con acento social? ¿Acaso estas son sus características: un total abandono de la ciudadanía?
Es un Gobierno que no atiende estos problemas, uno de ellos las graves inundaciones provocadas por el colapso continuo del drenaje en distintas alcaldías, y otro, la falta de vivienda para cientos de familias que viven en condiciones muy precarias, ¿es acaso la ciudad con acento social, la ciudad de derechos?
No, esta es precisamente la ciudad en la que el artículo cuarto de nuestra Constitución, que establece que “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa”, ha quedado invalidado, porque en los hechos no se cumple y los apoyos son negados para obtenerla.
La falta de atención a los vecinos de este lugar es el ejemplo más cercano que tenemos, pero así hay miles que sufren lo mismo, demostrando con esto el abandono hacia los habitantes de esta urbe.
Según lo expuesto en varios medios de comunicación, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) atiende pocas inundaciones y, cuando lo hace, es con equipo viejo.
Este organismo, que depende del Gobierno central, cuenta con tan solo 27 unidades para toda la ciudad, unidades que están en muy malas condiciones.
La más reciente de estas data de 2022, mientras que el resto son modelos pasados de 2016, 2007 y 2000, que ya ni con mantenimiento quedan, pues están casi inservibles. Aunado a esto, el mantenimiento no es una de las prioridades de este gobierno, que prácticamente tiene todo en el abandono.
La antigüedad de estos camiones provoca que ya ni siquiera puedan subir a la parte alta o a calles que requieren desazolve.
Muchas de las inundaciones que han ocurrido en la Ciudad de México pudieron evitarse si Sacmex hubiera realizado el desazolve correspondiente al sistema hidráulico, pero lo único que queda demostrado es que este organismo, al igual que el transporte, la educación, la salud y varios etcéteras, también están abandonados por parte del gobierno capitalino, que ni por error compra equipo suficiente para que se realice el trabajo de manera eficiente, dejando a los habitantes de muchas colonias a la deriva.
Gobiernos van y vienen, y ni siquiera este, que prometió ser un gobierno diferente, se aplica en cambiar sustancialmente la vida de los pobres, que continúan viviendo en la marginación, careciendo de lo más indispensable para vivir y tronándose los dedos para adivinar qué comerán mañana sus familias.
Es urgente que levantemos la voz y no sigamos permitiendo que los recursos públicos se sigan gastando en minucias, mientras los problemas que deberían ser resueltos simplemente se quedan en el abandono.
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