MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El accidente minero en Múzquiz, lección de economía para el presidente 

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Hubo un momento de silencio. Los martillazos continuaban allá en el fondo de la mina, y el viento pasaba con su quejumbre, como un grito de hambre y de cansancio que brotara de las profundidades de la noche. Calentándose a la lumbre, el viejo seguía rumiando sus recuerdos… …Luego su padre, Nicolás Maheu, a quien llamaban “El Rojo”, sucumbió a los cuarenta años escasos, en el fondo de la Voreux, que estaban abriendo entonces; murió enterrado a causa de un desprendimiento; la arcilla de carbón se sorbió su sangre, y las rocas trituraron sus huesos. Más tarde, dos tíos suyos, y después tres hermanos, se habían dejado allí el pellejo también, y él, Vicente Maheu, que había sabido escapar menos mal, aunque con las piernas destrozadas, pasaba por muy hábil. ¡Y qué había de hacer, si era necesario trabajar! … (“Germinal”)

Este pasaje de la novela del inmortal Émile Édourd Charles Antoine Zola, escrita en 1885 retrata el que hacer cotidiano de los mineros, que todos los días salen de madrugada a jugársela con la muerte; novela del siglo antepasado, pero vigente aun en nuestros días. Gracias a las leyes de la economía donde prevalece la lucha por la ganancia, llámese como se llame el lugar o las personas no hay regla moral; el decálogo moral de AMLO el gran capital se lo pasa por el arco del triunfo. La novela del inmortal Emile Zola seguirá vigente mientras la lucha del trabajo frente al capital prevalezca; le guste o no le guste al señor presidente Andrés Manuel López Obrador.

Aunque el accidente tiene ya más de un mes ocurrido, el día 4 de junio del 2021 en la mina “Micarán” en el municipio de Múzquiz, Coahuila, sigue vigente por la simple y sencilla razón que es la historia de la lucha de clases que se da en nuestro modelo capitalista del obrero frente al patrón,“neoliberalismo” le llama nuestro presidente y además nos hace claridad como los obreros mineros siempre han arriesgado su vida para ganar su magro salario, 16 sin importar arriesgar la vida si es necesario. ¡Se tiene que trabajar! Las condiciones laborales de los obreros mineros no han cambiado: hambre, muerte y desolación. Seguirá vigente la obra de Zola “Germinal” mientras la explotación de la clase obrera esté presente en cualquier rincón del país y del mundo.

La lucha de clases tan negada por los sectores más retrógradas de nuestra sociedad (léase Andrés Manuel López Obrador) que en uno de sus memorables discursos de campaña niega las leyes de la economía y realza el fenómeno de la corrupción sobre toda ley de la sociedad, pero de que la realidad es terca, es terca, la realidad nos pone a todos en nuestro lugar, también a los presidentes por supuesto. Por ejemplo,

la clase obrera en nuestro país cada vez está más desprotegida, las nuevas leyes laborales lejos de ser un alivio para los trabajadores día a día los castiga más.

-El obrero carece de un contrato colectivo que lo proteja de la avaricia del patrón.

-Su retiro cuando llega a la mayoría de edad con una pensión que no alcanza a cubrir sus necesidades de salud, alimentación, vestido, etc. Entre otras.

-Un servicio de salud desmejorado, deficiente, sin medicamentos de calidad que le permita una vida llevadera.

El 56.6% (25.6 millones) de los trabajadores de nuestro país están en la informalidad según datos del Inegi; es decir, carecen de todo tipo de prestaciones incluyendo la falta de salud y una pensión a futuro. Sin derechos laborales; pero que en cambio generan el 23% del PIB.

El trabajo informal también produce riqueza, aporta beneficios a la economía, y nadie se preocupa de su bienestar.

¿Por qué  es importante resaltar estos aspectos?, porque toda esta fuerza laboral está excluida de los beneficios laborales a los que tiene derecho el trabajador y que nadie se los garantiza, y el estado que debería tomar en sus manos el bienestar y salud de los obreros, los arroja a los brazos del gran capital.

Con todo esto y otras cosas más el único beneficiado en nuestro país es el capitalismo, que no está obligado a nada prácticamente, ¡jugosas ganancias del trabajo no pagado!

Como en el caso de los mineros de Múzquiz la falta de seguridad laboral, “la omisión de medidas y equipo de seguridad es casi total en la mayoría de las empresas en la región carbonífera, así como la afiliación al IMSS de sus trabajadores quienes se hallan en permanente riesgo de accidentes y enfermedades mortales y de dejar en absoluta desprotección a sus familias” (revista “Buzos de la Noticia” al 28 de junio 2021). Claro ejemplo de la explotación que se sigue dando a más de 100 cien años de “Germinal”.

El hecho de que el dueño de la mina no dé garantías laborales a sus trabajadores no es por mero gusto o porque sea un “patrón malo”, sino porque jamás va a sacrificar su “ganancia” en favor de nadie, aunque exista un “código moral” que lo pretenda orillar a ser buen cristiano, la ganancia es la ganancia y esta es una ley de la economía presente en nuestro modelo económico. Es duro, pero cierto, por la ganancia vive el gran capital y por la ganancia mata; 7 mineros muertos en Múzquiz por un salario que apenas promedia los 160 pesos diarios y el hecho más dramático ocurrido en 2006 en febrero, 65 trabajadores de las minas muertos al quedar atrapados por una explosión de gas en pasta de conchos en la misma región carbonífera.

La voracidad empresarial por la plusvalía (trabajo no pagado al obrero) no tiene límites y no la detendrán ni la “Biblia”, ni el “Corán” ni el reciente código moral de la 4T. 

Solo un trabajador organizado, un obrero consciente y organizado podrá hacerle frente a la voracidad del gran capital; la única salida de la clase obrera es organizarse y luchar no hay de otra.

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