Quizá ya se nos olvidó que, en el grito dado por motivo del inicio de la lucha por la independencia de México, entre sus vivas extras el presidente dijo: “muera el clasismo”, quizá refiriéndose a que el objetivo de su gobierno sea que se acabe las clases y que todos volvamos a ser como hermanos; eso no se acaba porque ahora ellos se han convertido en clasistas o representantes de otra clase de la que dicen defender. Se han hecho ricos al amparo de su gobierno.
Algunos eventos recientes lo demuestran: hace poco tiempo se hicieron a la luz pública el escándalo protagonizado por la senadora Patricia Armendáriz, diputada federal de Morena, las majaderías lanzadas en contra de lacandones (indígenas que viven en el sur del país) a ello se suma Ana Gabriela Guevara, quien hace unos pocos años era una inspiración para los deportistas mexicanos, por su esfuerzo y dedicación. Bien se dice que si quieres conocer realmente a alguien dile la verdad o dale poder.
A este fenómeno, genuinamente mexicano, se suma el indignante trato del gobernador de Florida por los inmigrantes mexicanos y de otras nacionalidades que tienen que padecer desde que nos robaron los territorios, el trato injusto y denigrante hacia los propios connacionales. 50 migrantes desaparecidos en la tenebrosa carretera 57. En fin, es el resultado de un gobierno que se autodenomina de los pobres.
¿Tenemos realmente un gobierno popular?... no. Y, como se explica la corrupción imperante en el actual gobierno. El caso de Ana no es aislado, es una suma a todos los demás escándalos propiciados por el actual gobierno. sus hijos, sus generales, diputados, senadores…etc.
En octubre de 2020, Con 64 votos a favor y 39 en contra el Senado de la República aprobó la desaparición de Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar). Cerca de 788 personas: 288, de deporte convencional; 49, de adaptado; 81 deportistas paralímpicos vitalicios; 99 deportistas olímpicos vitalicios; 121, de grupos multidisciplinario; 33 analistas técnicos; 103 entrenadores para deporte convencional y 14 entrenadores en deporte adaptado se vieron afectados por la decisión.
Los que llegaron al actual gobierno, son aquellos que siempre han soñado con ser ricos. Y, el presidente decía que se habían hamburguesado, y él es el primero. Junto con toda su élite que ha sido encontrada recibiendo fajos de dinero. Y, el que recibe dinero de los ricos, trabaja para los ricos.
Asimismo, es el concepto general, por ejemplo, que el deporte se ha mercantilizado, quizá ya se nos olvidó aquel ciclista internacional, que ganó 7 premios y que después se detectó que hacía trampa y se dopaba. A poco su entrenador no sabía y sus patrocinadores tampoco. El afán de enriquecerse se ha apoderado de todas las áreas de la sociedad.
Entonces, el deportista se le inculca que debe ser exitoso para tener patrocinadores y mantenerse siempre en la cima, sea como sea. Y los actuales funcionarios emanados del color guinda ven como una última oportunidad de lograr su anhelo, es decir hacerse de dinero como sea y por eso vemos lo que estamos viviendo.
El peor enemigo del mexicano es aquel que ya se ha enriquecido, aunque en sus inicios tuvo que realizar enormes sacrificios para tener lo que ahora tiene. El actual gobierno, como lo demostró durante la pandemia, tiene una filosofía realmente reaccionaria: Sálvese quien pueda, que sobrevivan los más fuertes. Ahora lo mismo está haciendo con la salud y la educación. Que se curen los que tengan la capacidad de pagar.
Para poner un ejemplo local, en el municipio de Escobedo, Nuevo León, en donde antes estaba una cancha de fútbol, ahora está un cuartel de la Guardia Nacional. El país que teníamos no era el mejor, por supuesto, pero lo poco bueno que había está desapareciendo y si no levantamos nuestra voz un día nos despertaremos con la noticia de que ya no tenemos país.
La lucha de clases seguirá, porque esto no es una cuestión personal o moral. Y mientras no se genere un nuevo modelo económico, seguiremos sufriendo el trato humillante de aquellos que, por el momento, detentan el poder. Duro pero cierto. Se convirtieron en todo aquello que juraron destruir.
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